Presentamos la 3.ª edición de La amenaza celta, nuestro n.º2 de Antigua y Medieval dedicado a la guerra en el mundo celta, en el que incluimos material extra: “57 a. C. La campaña de Julio César contra los belgas”, un artículo inédito a cargo de nuestro co-editor Alberto Pérez Rubio, que encontraréis disponible como descarga gratuita al final de esta página. En este número analizamos, al margen del organizado y disciplinado ejército romano, el inconstante e indisciplinado pero terrible ataque celta. Estos últimos, a lo largo del siglo III a.C, alquilaron sus espadas al mejor postor desde las costas de Sicilia hasta las riberas del Nilo o Asia Menor. Descansa en estas páginas el destino de unos guerreros feroces destinados a ser vencidos por la eficacia romana.
La guerra en el mundo celta, por Alain Deyber, doctor en Historia Antigua por la Sorbona
A la hora de estudiar la guerra en el mundo celta conviene tener en cuenta aspectos de orden no solo político y militar, sino también social, económico y religioso.
Evolución de la panoplia y tácticas galas, por Fernando Quesada Sanz, profesor de Arqueología, UAM
Los galos…bárbaros feroces y aterradores por su fuerza, estatura y aspecto, que a veces incluso atacaban desnudos en un frenesí de furor. Eran terribles en el ataque pero inconstantes e indisciplinados, y se desalentaban fácilmente. Estaban, por tanto, destinados a ser vencidos y sometidos por el disciplinado y civilizador esfuerzo de Roma.
La batalla de Telamón, por Carlos Javier Pacheco
En el año 225 a.C. un enorme peligro amenazaba a Roma y a sus aliados. Tras una larga paz con los pueblos de la Galia Cisalpina, éstos habían formado una alianza militar con vistas a una invasión armada de tal magnitud que nunca antes se había visto otra igual. Analicemos esta campaña militar que sería la última gran aventura de los galos cisalpinos contra Roma.
Brenno y el ataque a Delfos del 279 a. C., por Francisco Gracia Alonso, profesor de Prehistoria, UB
“En los capiteles hay armas de oro, escudos ofrecidos por los atenienses después de la batalla de Maratón, y por los etolios –los de la izquierda y de detrás- los escudos de los gálatas, cuya forma es muy semejante a los de los persas” (Pausanias, X.19.4).
El fin de la Céltica hispana: las Guerras Celtibéricas, por Eduardo Sánchez-Moreno, profesor de Historia Antigua, UAM
“Guerra de fuego es denominada la que los romanos llevaron a cabo contra los celtíberos; extraordinaria fue la naturaleza de esta guerra, así como el carácter ininterrumpido de sus enfrentamientos, pues las guerras de Grecia y Asia suele terminarlas generalmente un solo combate, raras veces dos y las mismas batallas suelen decidirse en su solo momento, el del primer choque y encuentro de fuerzas. En esta guerra, sin embargo, sucedió todo lo contrario, pues la mayor parte de los combates los terminaba la noche y los hombres resistían con pleno ánimo sin que sus cuerpos cediesen ante la fatiga, sino que, desistiendo de la retirada, renovaban la lucha con mayor ímpetu, como si estuvieran arrepentidos” (Polibio, XXV. 1)
El celta en el imaginario grecorromano, por Alberto Pérez Rubio
La imagen que en las concepciones romana y helenística se tuvo del grupo de pueblos que la historiografía clásica englobaba como celtas vendría alimentada por la amenaza del tumultus gallicus, presente en la Urbs desde la toma de la ciudad a comienzos del siglo IV a. C., y, un siglo después, por la invasión gálata del 279 a. C. contra Grecia.
Arqueología de un mito: Celtomania y Celtoescepticismo, por Tomás Aguilera
Pocas culturas provocan tanta fascinación como la celta. Pocas nos llegan de forma más distorsionada. Sin poder dar una respuesta inequívoca y definitiva, es necesario ir desechando tópicos y falsedades, intentando distinguir historia y literatura, evidencias y manipulaciones.
Entrevista a Frank Mathieu, armero y especialista en reconstrucción gala.
Reseñas de libros, miniaturas y juegos.
Y además, introduciendo el n.º 3: Vikingos en Irlanda, por Andy Halpin, conservador del Museo Nacional de Irlanda.
La presencia de los vikingos en Irlanda está marcada por una paradoja fundamental. Aunque tuvieron un profundo impacto, especialmente en el desarrollo político y económico de la isla, los vikingos tuvieron mucho menos éxito como conquistadores en Irlanda que en Gran Bretaña, a pesar de que se puede considerar que Irlanda no estaba tan avanzada política y militarmente. ¿Es incorrecta esta aseveración o hubo otros factores que explican el diferente impacto que tuvieron los vikingos en ambas islas?