Damos el pistoletazo de salida a una nueva serie de números especiales, esta vez dedicada a analizar los ejércitos medievales hispánicos. Mil años de historia marcados por las sociedades de frontera, la fragmentación política, las relaciones clientelares y feudales de poder y, en última instancia, la expansión territorial dentro y fuera de la Península en la que el oficio de las armas tuvo una particular relevancia. El primer volumen de la serie está dedicado al Estado que por vez primera tuvo su asiento fundamental en la antigua Hispania romana: el reino visigodo, que se dilató en el tiempo desde las primeras décadas del siglo V hasta su descomposición a partir de 711, ahogado por la presencia islámica en la Península. Los mayores especialistas en este campo nos ofrecen las últimas novedades en el conocimiento del Estado y del Ejército visigodo, y de su modo de combatir, dando un panorama completo que conjuga fuentes históricas y arqueológicas, y complementado, como siempre, con nuestro espectacular aparato gráfico. ¡Morbo gótico!
El reino de los visigodos por Amancio Isla (Universitat Rovira i Virgili)
El reino visigodo es una más de las estructuras políticas que surgieron en el solar del antiguo Imperio romano. Su origen está relacionado con la existencia de un ejército con fuerte componente étnico original de más allá de las fronteras del Imperio. Este ejército, tras saquear Roma en 410, se ubicó en la Galia y durante el reinado de Walia –en 418– obtuvo cierto reconocimiento por parte del emperador Honorio para quedar instalado en los espacios de la Aquitania Segunda. El compromiso implicó la colaboración militar con los intereses romanos, por lo que actuó en Hispania contra otros grupos bárbaros y también contra el propio Atila en una gran operación conjunta liderada por Aecio (451).
El sangriento nacimiento de dos reinos La batalla de Vouillé por José Soto Chica (Universidad de Granada)
En 484 moría Eurico, rey de los visigodos y señor del reino más poderoso de Occidente: el reino visigodo de Tolosa. Veintitrés años más tarde, su reino estaba destruido y su heredero, Alarico II, yacía muerto sobre el embarrado suelo de Vouillé junto con miles de sus hombres.
Formación y estructura del Ejército visigodo por Raúl González Salinero (UNED, Madrid)
Las transcendentales victorias conseguidas por los godos (Gotthi o Gotti, según las Chronicae Caesaraugustanae) ya desde la época de las migraciones (en Adrianópolis sobre el emperador Valente en 378) y durante el período en el que actuaron como aliados protectores (foederati) del Imperio romano (en los Campos Cataláunicos frente a los hunos de Atila, en 451), permitieron al ejército visigodo gozar de la imperecedera fama de potencia militar sumamente eficaz.
La mentalidad política y militar de la aristocracia goda por Guy Halsall (University of York)
A finales del siglo VI, el obispo galo Gregorio de Tours afirmaba que los godos de Iberia habían tomado por costumbre el vicio de asesinar a sus reyes toda vez que no les gustaran, y reemplazarlos con otro que les fuera más grato. Se trata de una afirmación bastante extraña, dado que en el periodo que cubren las Historias de este autor las sucesiones al trono en Toledo fueron bastante estables en comparación con los reinos merovingios, y se produjeron bastantes menos asesinatos. Se ha argumentado que Gregorio no sentía simpatía alguna por los godos, algo que en efecto puede ser cierto, y que con esta afirmación este autor estuviera tratando de reprocharles la instigación de algunos cortesanos francos de la década de 570, en particular la del patrono de Gregorio: el rey Sigeberto, asesinado en 575.
El ejército visigodo. Composición, reclutamiento, organización y cadena de mando por José Soto Chica (Universidad de Granada)
En los siglos VI y VII surgió un ejército visigodo complejo y muy efectivo, fuertemente influenciado en su organización por el ejército romano, primero, y bizantino, después, en el que militaban hombres de todo el espectro social y étnico del reino y en el que confluían tropas permanentes y de leva.
Castra, turres et clausurae. Las fortificaciones visigodas: algunas cuestiones para su definición por José María Tejado Sebastián (Universidad del País Vasco)
Una de las cuestiones principales a la hora de abordar el análisis de las fortificaciones, sean del período que sean, es su propia caracterización. ¿Qué es una fortificación o qué la define? Podríamos intentar un primer acercamiento diciendo que se clasificarían como tales aquellos espacios o recintos que presentan obras de fortificación… Si optamos por esa postura, el problema es doble: por un lado, ¿qué tipo de obras de fortificación, murallas? (que son los ejemplos más presentes o recurrentes). Ello implicaría asumir como cierto una norma que no siempre es certera: fortificación = murallas. En muchos casos se da esa identificación, pero no en todos, ni mucho menos.
El armamento del ejército visigodo. De las llanuras de Aquitania a la laguna de La Janda (416-711 d. C.) por Raúl Catalán Ramos (AC Zamora Protohistórica)
La vinculación de los visigodos con el mundo militar es un hecho evidente, que tiene su base en la asociación sistemática que reflejan las fuentes romanas entre sus contingentes guerreros y destacados hechos de armas a lo largo de los siglos IV y V. A la postre, todos estos acontecimientos acabarían por fijar a los visigodos como guerreros en el imaginario colectivo no solo contemporáneo a estos hechos, sino también en el futuro, y tanto dentro como fuera del mundo romano. En este contexto, es fácil de entender la importancia que el armamento debió de tener dentro de la mentalidad y la cultura de la Hispania visigoda.
Las leyes militares de los reyes visigodos del siglo VII por Iñaki Martín Viso (Universidad de Salamanca)
En el último tercio del siglo VII, los reyes visigodos Wamba y Ervigio publicaron sendas leyes para mejorar la organización del ejército. Se centraron en legislar sobre cómo debían acudir a la hueste aquellos que no formaban parte del núcleo permanente del ejército. Su contenido nos permite acercarnos a los medios de los que disponía la monarquía de Toledo para hacer frente a las amenazas bélicas, pero también son un reflejo de la compleja relación establecida entre la aristocracia y la realeza en estas décadas finales del siglo VII. Un periodo que, frente a la visión de un reino en descomposición, debe ser contemplado y analizado en su complejidad, una perspectiva sobre la cual se puede volver a releer estas leyes militares.
Centauros de metal por Yeyo Balbás
En febrero de 820, Bera, el primer conde de Barcelona, se enfrentó a Sanilo ante rey franco Ludovico Pío en un duelo judicial “según sus propias costumbres”. Aquella tradición, en la que los dos godos demostraron su destreza a caballo, resultaba desconocida para los francos, quienes con el tiempo desarrollarían una fuerza de caballería “capaz de abrir una brecha en las murallas de Babilonia”.
“Quienquiera que seas el que admiras la descomunal altura de las torres” La pugna de visigodos y bizantinos por el sur de Hispania por Jaime Vizcaíno Sánchez (Universidad de Murcia)
El verso utilizado en este título encabeza la inscripción que el patricio Comenciolo, enviado a Hispania por Mauricio Augusto para luchar “contra los enemigos bárbaros”, sitúa en 589/590 sobre la muralla de Carthago Spartaria, la actual Cartagena. Desconocemos si esa admiración que habría de provocar al visitante sería tan contundente, lo que sí sabemos, como puso de manifiesto J. Fontaine, es que su formulario se inspira en los versos de la Eneida donde Virgilio recrea el impacto que la visión de la Cartago púnica suscitaría en Eneas. Otros términos como ardua o culmina son igualmente eco de la edad dorada de la poesía latina, en tanto que para otra de las expresiones que adornan la inscripción cartagenera, como la bella referencia a la eternidad que habrá de tener el gobierno bizantino (dum poli rotantur dumque sol circuit orbem) es patente la analogía con la misma Eneida y otros célebres poemas.
La campaña militar de Wamba en la Septimania por Ángela Parra Romo (Universidad de Salamanca)
Durante el reinado de Wamba (672-680) se produjo la rebelión de uno de sus súbditos, que por breve tiempo desgajó la Septimania de su poder. El ejército visigodo emprendió entonces una campaña de reconquista y represión de los rebeldes que culminó de forma épica a los pies del antiguo anfiteatro de la ciudad de Nimes, transformado por entonces en fortaleza.
Morbo gótico. Comprender la caída del reino visigodo de Toledo por Pablo C. Díaz (Universidad de Salamanca)
El reino Visigodo se derrumbó tras una única batalla. ¿Es ello la prueba de que se hallaba en decadencia y apenas faltaba un empujón para derruir lo que no era sino un cuerpo tambaleante? El afamado profesor Díaz analiza en este revolucionario artículo las fortalezas y debilidades del Estado visigodo, poniendo en entredicho lo que hasta hacía muy poco se había pensado.