Carlos V y la Liga de Esmalcalda

Desperta Ferro Historia Moderna

n.º 14
Febrero 2015
Carlos V Liga Esmalcalda
7€IVA incluido

Tras la muerte del emperador Maximiliano I, el rey Carlos I de España aunaba los dominios territoriales que había heredado de sus abuelos maternos, los Reyes Católicos, con el legado patrimonial de las casas de Austria y de Borgoña de sus abuelos paternos, configurando un vasto y diverso imperio. No es de extrañar que al año siguiente, siguiera los pasos de su abuelo y se impusiera a Francisco I de Francia en la elección a emperador del Sacro Imperio Romano Germánico como Carlos V, en un mosaico de ciudades libres y nobiliarias cuya conflictividad era idónea para la Reforma. La posterior Guerra con la Liga de Esmalcalda, a pesar de la aplastante victoria en la batalla de Mühlberg, solo sirvió para consolidar la fractura de la Cristiandad en dos bloques irreconciliables y abocar a Europa a un conflicto confesional que desangrará al continente durante los siguientes cien años. Llegamos, pues, a un momento crucial de la historia europea imprescindible para entender la sociedad global en la que vivimos.

Maximiliano I Durero

El Sacro Imperio Romano 1493-1531. Aspectos políticos, sociales y religiosos por Joachim Whaley (University of Cambridge)

“Toda escritura y enseñanza religiosa es ignorada, el mundo entero vive en la más oscura noche, la gente persiste ciegamente en su comportamiento pecaminoso, todas las calles y callejuelas están llenas de locos”. La popular sátira moral publicada en 1494 por el profesor de leyes de Basilea Sebastian Brant retrataba la sociedad de su época como un “barco de locos”. Su obra así titulada, un poema épico de 112 capítulos, frecuentemente reeditado y traducido, es una crítica devastadora de sus contemporáneos, de la que no se libra ninguna institución. Lo que Brant reflejó en su obra fue la sensación de inseguridad que caracterizó los territorios del Sacro Imperio Romano en torno a 1500… y con razón, pues estaban a punto de llegar tiempos turbulentos, que iban a sacudir tanto las estructuras de poder como las creencias más íntimas de la población. En la imagen el emperador Maximiliano I, detalle de un cuadro de Durero.

Guerra de la Liga de Esmalcalda 1546

El camino hacia la Guerra de la Liga de Esmalcalda (1546-1547) por Friedrich Edelmayer (Universität Wien)

En 1517 Martín Lutero, monje agustino, doctor en teología y profesor de lectura de la biblia en la universidad de Wittenberg, presentó en una carta sus quejas sobre la situación de la iglesia católica al arzobispo y príncipe elector Alberto de Maguncia. Sus críticas aludían sobre todo al abuso de la venta de indulgencias. La gente pensaba, según Lutero, que solo con la compra de suficientes indulgencias podría librarse del purgatorio ya que el dinero de su venta estaba destinado a roma, aparentemente para una buena obra, es decir, para la construcción de la catedral de san pedro. Esta carta fue, sin embargo, el desencadenante de una controversia religiosa que acabaría dividiendo a la cristiandad; controversia que, a su vez, acabaría sirviendo como bandera de intereses políticos diversos enarbolada por la Liga de Esmalcalda en un conflicto que cambió la historia para siempre. Mapas de Carlos de la Rocha.

Liga de Esmalcalda

El ejército de Carlos V durante la Guerra de Esmalcalda por Eduardo de Mesa Gallego (Nevada State College)

Las tropas de Fernando el Católico y de Maximiliano de Austria lucharon aliadas en Italia durante los primeros años del siglo XVI, lo que facilitó la posterior aparición del ejército hispano-imperial. Sin embargo, fue el emperador Carlos quien logró organizar una milicia multinacional, o de naciones, en la que sus súbditos estaban representados por diferentes contingentes de soldados junto a un número considerable de mercenarios. Por este artículo veremos desfilar a lansquenetes, piqueros de los tercios, caballería pesada, herreruelos, jinetes húngaros y, con toda seguridad, arcabuceros a pie y a caballo. Ilustraciones de José Luís García Morán.

Entrada Carlos V en París 1540

Intervenir o no intervenir. Francia, el Imperio y la Liga de Esmalcalda por David Potter (University of Kent)

La Guerra de Esmalcalda llegó a su clímax el 24 de abril de 1547, cuando las fuerzas del elector de Sajonia fueron derrotadas en Mühlberg por el emperador Carlos V. La batalla propiamente dicha fue poco más que una escaramuza, por mucho que fuera glorificada en el cuadro de Tiziano; pero la captura del príncipe elector Juan Federico, uno de los pilares del protestantismo alemán, fue un golpe devastador. Esta derrota también supuso un descalabro considerable para los gobernantes de Francia, que habían invertido gran cantidad de fondos para organizar una significativa red de apoyos en el imperio. En 1519, a comienzos de su reinado, Francisco I se había enfrentado a Carlos por el liderazgo del Imperio, pero acabó humillado gracias a la superior capacidad financiera de los Habsburgo…. En la imagen podemos ver la solemne entrada del emperador Carlos V, Francisco I de Francia y el cardenal Alejandro Farnesio en París en 1540, pintura al fresco de Taddeo Zuccaro.

campaña del Danubio 1546

La campaña de 1546 por Alberto Raúl Esteban Ribas

El conflicto entre Carlos V y la Liga de Esmalcalda en 1546 se caracterizó, en el frente del Danubio, por una guerra de movimientos entre los dos ejércitos en la que cada parte trató de forzar una batalla campal cuando dispuso de superioridad numérica, mientras que la otra intentaba eludirla. Por el contrario, el escenario de Sajonia se caracterizó por una multiplicidad de operaciones de captura de ciudades del enemigo. Ambos frentes concluyeron sin ningún desenlace efectivo, por lo que las maniobras continuaron hasta la jornada de la batalla de Mühlberg. Esta campaña del Danubio fue un modelo de cambio de la iniciativa. Gracias a su flexibilidad, las fuerzas imperiales, que habían empezado reaccionando a las acciones de su enemigo, acabaron dictándole sus propios términos, lo que las llevó a la victoria. Ilustraciones de Zvonimir Grbasic, mapas de Carlos de la Rocha.

Sebastián Schertlin von Burtenbach

Sebastián Schertlin von Burtenbach por Julio Sánchez Hernández (Universidad de Sevilla)

El cuerpo de lansquenetes fue creado por Maximiliano I, abuelo del emperador Carlos V, a imagen de los piqueros Suizos. Hay tres grandes generaciones de lansquenetes. A la primera pertenece Georg von Frundsberg, vencedor en Pavía y conocido como el padre de los lansquenetes. Schertlin von Burtenbach sirvió con Georg von Frundsberg y es el más famoso de la segunda. Lazarus von Schwendi representa a la tercera. Sebastián Schertlin von Burtenbach (Schorndorf 1496- Augsburgo 1577) vivió una vida de intensa actividad guerrera que le llevó de simple soldado a una posición sólida e influyente. En la imagen podemos ver al protagonista de este artículo, por Dominicus Custos.

batalla de Mühlberg

La batalla de Mühlberg por Julio Albi de la Cuesta

La batalla de Mühlberg se inserta en la brevísima campaña del Elba de 1547, continuación de la del Danubio del año anterior, que se inicia con motivo de los inesperados éxitos de Juan Federico, elector y duque de Sajonia. A fines de 1546 se había visto obligado a separarse del ejército de la Liga de Esmalcalda para acudir en defensa de sus posesiones, atacadas por el rey de romanos y por su pariente, Mauricio de Sajonia. No contento con recuperar lo perdido, toma la ofensiva contra sus rivales. El emperador les envía en su ayuda al marqués de Brandemburgo con más de 8000 hombres. De poco vale el refuerzo. Únicamente, para aumentar el prestigio del elector, que no solo bate a los refuerzos, sino que hace prisionero al marqués. Ilustraciones por Ángel García Pinto, mapas de Carlos de la Rocha.

paz de Augsburgo Fernando I

De Mühlberg a la paz de Augsburgo por Gabriele Haug-Moritz (Universität Graz)

Los ocho años que transcurrieron entre 1547, fecha en que Carlos V derrotó a sus adversarios protestantes de la Liga de Esmalcalda, y 1555, cuando la paz de Augsburgo restableció la estructura de poder tradicional en el Imperio, conforman uno de los periodos más dramáticos de la larga historia del Sacro Imperio Romano Germánico, caracterizado por un cambio progresivo en la sede del poder. Así, aquí veremos cuáles fueron las consecuencias inmediatas de la victoria de Mühlberg y como poco a poco Carlos V volvió a perder la posición ganada con este éxito ante la oposición, tanto militar como política, de los príncipes alemanes, hasta que finalmente abdicó en su hermano Fernando I, que es precisamente quien aparece en la imagen, pintado por Tiziano en 1548.

batalla de Bunker Hill

Y además, introduciendo el n.º 15: Bunker Hill, la derrota triunfal de la rebelión americana por Paul Lockhart (Wright State University)

Durante los primeros dos meses tras la rebelión de las Trece Colonias había habido poca acción, pero mucha actividad. El 19 de abril de 1775 –el “glorioso diecinueve de abril”– el general Thomas Gage, comandante en jefe de las tropas de su majestad en Norteamérica, envió discretamente una fuerza expedicionaria a la campiña de Massachusetts, en las afueras de Boston, con un doble objetivo: primero, capturar a uno o más de los «patriotas» agitadores que habían estado espoleando el descontento popular contra la gobernación británica; y segundo, destruir los suministros militares que los colonos descontentos habían ido acumulando en Concord, no lejos de Boston. Había también otro objetivo, de más amplio calado; Gage simpatizaba con los americanos y no quería comenzar una guerra, pero debía fomentar la obediencia a la corona británica y recordarles la fuerza irresistible que se enfrentaría a ellos si elegían el camino de la rebelión. Ilustraciones por Don Troiani, mapas por David Sancho.

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