Platea y Mícale

Desperta Ferro Antigua y Medieval

n.º 85
Septiembre 2024
batalla batallas Platea y Mícale grecia persia aqueménida guerras médicas
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Tras la debacle de la flota persa en la batalla de Salamina, el gran rey aqueménida, Jerjes, temió que los griegos, que ahora dominaban los mares, derribaran el puente que había tendido en el Helesponto, lo que habría tenido el efecto de atrapar al rey y a todo su ejército en Grecia, aislado por tanto del resto de su imperio. Para evitarlo, Jerjes decidió abandonar la Hélade. Tras de sí dejó, sin embargo, a uno de sus mejores generales, Mardonio, al mando de un ejército de menor tamaño, aunque formado por las mejores tropas, y le encomendó la misión de completar la conquista de Grecia. Mardonio pasó el invierno en las regiones de Grecia dominadas por los persas. Y, al año siguiente, todo quedó dispuesto para el enfrentamiento decisivo entre sus tropas y las de aquellas ciudades que aún se resistían al gran rey, entre las que destacaban dos: Atenas y Esparta. En las proximidades de la ciudad de Platea, en Beocia, se libró una colosal y épica batalla que, junto con la simultánea batalla de Mícale (en la costa de Jonia), decidiría el resultado final de las Guerras Médicas. Así pues, las batallas de Platea y Mícale supusieron el fin de la expansión persa hacia occidente.

El tenso invierno de 480/479 a. C. por Javier Jara Herrero (Universidad de Salamanca)

El tenso invierno de 480/479 a. C. por Javier Jara Herrero (Universidad de Salamanca)

La batalla de Salamina representó un inesperado revés para un Jerjes acostumbrado a la victoria, y este regresó a Asia. En el terreno quedó el general Mardonio, con la misión de reanudar los intentos de someter Grecia pasado el invierno. Aunque la logística de la guerra en la Antigüedad exigía que el desarrollo de las acciones bélicas tuviera lugar en los meses calurosos, el invierno de 480/479 a. C. estuvo protagonizado por una reapertura de las hostilidades. Apenas consumada la desaparición de Jerjes del tablero geoestratégico, varias poblaciones se declararon en rebeldía ante el poder aqueménida.

Cabalgando para el gran rey. La caballería aqueménida en tiempos de las Guerras Médicas por Kaveh Farrokh (Langara College)

Cabalgando para el gran rey. La caballería aqueménida en tiempos de las Guerras Médicas por Kaveh Farrokh (Langara College)

Los contingentes de caballería de época aqueménida temprana se asemejaban a aquellos de época meda, así como a los de los pueblos del norte de Irán, pues todos ellos tenían una característica común, y es que no estaban diseñados para romper el frente de batalla del enemigo.

La batalla de Platea por Adolfo Domínguez Monedero (Universidad Autónoma de Madrid)

La batalla de Platea por Adolfo Domínguez Monedero (Universidad Autónoma de Madrid)

Tras haber pasado el invierno del año 479 en Tesalia, Mardonio volvió a invadir el Ática. Los embajadores atenienses reclamaron la ayuda de Esparta, y de esta partió un ejército compuesto por cinco mil hoplitas y 35 000 hilotas. A su frente estaba el jovencísimo Pausanias, sobrino del fallecido rey Leónidas y tutor de su hijo Plistarco, el sucesor legítimo de su padre.

Las pinturas de Tatarlı por Lâtife Summerer (Arkin University of Creative Arts and Design)

Las pinturas de Tatarlı por Lâtife Summerer (Arkin University of Creative Arts and Design)

El túmulo de Tatarlı se encuentra en la provincial de Afyonkarahisar, en Turquía. Se trata de una cámara subterránea de 2,5 por 2 m que representa el ejemplo más tardío documentado hasta la fecha de la tradición frigia de tumbas de cámara construidas en madera. Fue erigida y pintada poco después de las Guerras Médicas, durante los reinados de Jerjes o Artajerjes, entre los años 470 y 460 a. C. Entre las escenas destaca la del muro oriental, que representa una escena de batalla entre tropas persas y adversarios ataviados con gorros picudos.

La batalla de Mícale y el final de las Guerras Médicas por Manel García Sánchez (Universitat de Barcelona)

La batalla de Mícale y el final de las Guerras Médicas por Manel García Sánchez (Universitat de Barcelona)

A finales de agosto del año 479 a. C. los persas fueron derrotados en la península de Mícale, frente a la isla de Samos. Si bien es cierto que los persas perdieron las Guerras Médicas, ni la severa derrota supuso el inicio de la decadencia del Imperio aqueménida ni este dejó de arbitrar la política de las ciudades griegas y sus hegemonías sucesivas hasta la llegada de Alejandro.

Griegos vs. persas. ¿Qué inclinó la balanza? por Fernando Echeverría Rey (Universidad Complutense de Madrid)

Griegos vs. persas. ¿Qué inclinó la balanza? por Fernando Echeverría Rey (Universidad Complutense de Madrid)

Nadie aparentemente apostaba por los griegos cuando Jerjes cruzó el Helesponto en la primavera del año 480 a. C., pero finalmente resultaron vencedores en la guerra. Esta paradoja ha llamado poderosamente la atención de los especialistas, que desde siempre se han preguntado cómo pudo obrarse el milagro.

La soberbia de un espartano. La “conversión” de Pausanias el Regente de liberador en opresor por César Fornis (Universidad de Sevilla)

La soberbia de un espartano. La “conversión” de Pausanias el Regente de liberador en opresor por César Fornis (Universidad de Sevilla)

Hace poco más de año y medio, en un artículo sobre Temístocles para esta misma revista (véase Desperta Ferro Antigua y Medieval n.º 74: Salamina), destacábamos la paradoja de que el arquitecto vencedor de la batalla de Salamina, el gran éxito naval de la Segunda Guerra Médica, acabara sus días en la corte persa, como un “refugiado de lujo”. No muy diferente fue el destino de Pausanias el Regente, comandante en jefe de la coalición griega en Platea, la batalla hoplítica que selló la suerte de la contienda; acusado, juzgado, depuesto y, finalmente, emparedado vivo.

La primera piedra del imperio ateniense. ¿De symmachía a arché? por Laura Sancho Rocher (Universidad de Zaragoza)

La primera piedra del imperio ateniense. ¿De symmachía a arché? por Laura Sancho Rocher (Universidad de Zaragoza)

Entre el fin de las Guerras Médicas (479 a. C.) y el inicio de la Guerra del Peloponeso (431 a. C.) median unos cincuenta años, que Tucídides resumió en los capítulos 89-118 del libro I, sección que denominamos Pentecontecia, textualmente “los cincuenta años”. Durante ese periodo, Atenas ejerció una hegemonía, no solo militar, sino también política, económica y cultural sobre el mundo egeo.

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