La batalla de Guadalete. Pocos momentos en la historia han sido tan determinantes como la coyuntura del año 711, una fecha que marca un antes y un después en la historia de la península ibérica. Un ejército formado en su mayor parte por bereberes norteafricanos, y en menor medida por árabes, cruzó el estrecho de Gibraltar acaudillado por el general Tariq ibn Ziyad, cuyo nombre ha quedado fosilizado en el peñón de Gibraltar (que deriva de Yabal Tariq o “montaña de Tariq”). Su propósito era extender las fronteras del ya por entonces gigantesco, y aparentemente imparable Imperio omeya, entidad que, bajo la dirección del califa de Damasco, unía políticamente a todos los musulmanes de la Tierra. El rey visigodo Rodrigo se enfrentó a ellos en una colosal batalla, pero fue traicionado por los suyos y derrotado, perdiendo además la vida. El Estado visigodo quedaba herido de muerte, y en apenas unos pocos años sucumbía también ante el empuje de las huestes árabes, que se hacían con sus antiguos territorios. Las fuentes que narran estos episodios –y en particular la gran batalla entre Tariq y Rodrigo– son escuetas y de difícil interpretación, lo que ha suscitado ríos de tinta, dudas historiográficas y no pocas confusiones. Sin embargo, frente a todo esto se yergue hoy una nueva generación de investigadores que aportan un renovado estudio tanto de la batalla como de las circunstancias de la conquista islámica, con resultados sorprendentes y nuevas propuestas que, en ocasiones, obligan a revisar lo que creíamos saber.
Un reino agitado. El Estado visigodo en vísperas de la conquista árabe por Roger Collins (University of Edinburgh)
Hace cincuenta años la caída del reino visigodo se interpretaba en clave moralista. ¿Cómo pudo haber colapsado tan rápidamente y sin apenas oponer resistencia ante el empuje árabe-bereber del año 711?
África Subjugata. La más reñida y dura de las conquistas (683-710) por José Soto Chica (CEBNCh de la Universidad de Granada)
Pocas conquistas plantearon a los ejércitos árabes tantas dificultades y costaron tanta sangre como la del África bizantina. Iniciada con una triunfante expedición en 647-648, pronto se tornaría en una guerra de desgaste de más de cincuenta años repleta de sangrientos cambios de fortuna y de inesperadas alternativas. Tanto es así que todavía en 698 la balanza parecía inclinarse, una vez más, del lado bizantino, mientras que los árabes eran forzados, por tercera vez en quince años, a retirarse a Barca, en Cirenaica y a más de 1800 km al este de Cartago.
El ejército de Tariq por David Nicolle
La conquista islámica del al-Ándalus fue obra, según las fuentes, de apenas quince mil hombres, la mayoría de los cuales eran bereberes dirigidos por árabes, junto con un pequeño grupo de tropas de élite árabes destacadas de los contingentes provinciales omeyas del norte de África pero provenientes en su mayoría de familias originarias de Oriente Próximo.
Aridez, ruina y división en la Bética. Factores ambientales y económicos en la batalla de Guadalete por Francisco José Jiménez Espejo (Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra-CSIC) y Manuel Castro Priego (Universidad de Alcalá)
Fenómenos meteorológicos puntuales contribuyeron a la victoria de los ejércitos en el pasado. Una tormenta repentina podía destrozar una flota, una lluvia intempestiva podía anular arcos o ballestas, un cambio de viento hacer que los dardos de un bando fueran más o menos efectivos, etc. Nada de esto parece haber ocurrido en el verano del 711 cuando tuvo lugar la batalla de Guadalete o de los montes Transductinos. Sin embargo, el clima y conocimiento del paleoambiente nos puede dar información relevante de cómo se llegó hasta allí, cómo pudo afectar a la economía o entender mejor el lugar de la batalla y su desenlace.
El cruce del Estrecho por Yeyo Balbás
La historiografía tradicional concebía la historia militar como una sucesión de hitos conformado por “las grandes batallas”, unos dramáticos puntos de inflexión que reflejarían los sucesivos avances en el arte de la guerra y supondrían el paradigma de los enfrentamientos bélicos de la Edad Media. No obstante, la célebre frase atribuida a Napoleón, “Los aficionados discuten tácticas, los profesionales hablan de logística”, resulta aplicable a todas las épocas.
Rumbo al desastre. Reconstrucción de los posibles itinerarios de Rodrigo y Tariq y propuesta de ubicación del campo de batalla de 711 por Eduardo Kavanagh
El instante en el que Tariq puso el pie en Gibraltar comenzó una nueva era que revolvería por completo la historia de la Península. Y, sin embargo, a pesar de su relevancia, conocemos muy mal la cascada de acontecimientos que a partir de entonces se desataron. No obstante, el equipo liderado por el profesor José Soto Chica ha ofrecido en fechas recientes una reconstrucción de las posibles rutas de aproximación de los ejércitos que puede servir para determinar la ubicación aproximada del campo de batalla.
“Sin descanso para la espada.” Una reconstrucción de la batalla en que se derrumbó la Hispania visigoda por José Soto Chica (CEBNCh de la Universidad de Granada)
Si queremos reconstruir de forma aproximada cómo fue la batalla que más condicionó nuestra historia, se deben establecer dos bases de partida: identificar el campo de batalla y conocer bien cómo combatían los ejércitos enfrentados. De esa manera, aunque las fuentes sean parcas en detalles, el estudio del terreno y el encaje en este último de la doctrina militar, la logística y las tácticas que habitualmente usaban ambos ejércitos, arrojarán nueva luz sobre aquel sangriento día de matanza en “Hesperia”, “la tierra del ocaso”.
De Córdoba a Covadonga. La consolidación de la conquista (711-722) por Carlos Martínez Carrasco (Universidad de Córdoba–CEBNCh)
Cuenta el desconocido compilador de la Crónica mozárabe de 754 que Musa ibn Nusayr tenía un libro que le servía de guía, indicándole dónde estaba el puerto en el que era más conveniente desembarcar y de ahí internarse en Spania. Todo está envuelto en una atmósfera esotérica, como corresponde al ambiente apocalíptico que se vivió en la península ibérica a partir de la derrota de los montes Transductinos. Pero si vemos más allá de la bruma, quizás lo que se perfile sea un itinerarium, un mapa de calzadas que le habría permitido al emir moverse por el norte de África en su avance hacia el occidente.
711. Historia y Memoria por Javier Albarrán (Universidad Autónoma de Madrid)
La constitución del califato omeya de Damasco en el año 661 supuso la recuperación el impulso expansivo del islam. Uno de los objetivos de este nuevo programa de conquistas fue el norte de África, empresa compleja no tanto por la resistencia de las autoridades bizantinas que controlaban la región que correspondía, aproximadamente, a la actual Túnez, sino por la tenacidad de las poblaciones locales, más o menos romanizadas, que poblaban el Magreb central y occidental, y que las fuentes árabes llamarán, de manera homogeneizadora y poco precisa, bereberes.