En el asedio de Bergen op Zoom (1622) muchos bisoños que no habían servido antes de la Tregua de los Doce Años comprendieron por qué los holandeses eran un temible adversario. Las trincheras frente a la ciudad fueron escenarios de combates encarnizados. Uno de los más viscerales se produjo cuando la compañía del imprudente capitán Lasso asaltó sin órdenes las trincheras avanzadas de los holandeses, ocasión que estos aprovecharon para sorprender a su vez las líneas españolas y tratar de aislar a Lasso y sus hombres. Varios de los atacantes blanden espadas y utilizan rodelas como protección, una opción más cómoda y útil para combatir en un espacio angosto que las picas, alabardas y partesanas, aunque a la hora de la verdad todo valía, incluidas las palas, los azadones y otras herramientas de zapa utilizadas para excavar las trincheras y alzar parapetos. Domingo Toral describe el aspecto y el ánimo que presentaban estos cuando lograron regresar, la mañana siguiente, a sus líneas: “Salió don Francisco Lasso, y todos los otros de los que entraron, que parecían demonios, de la noche que habían pasado, negros y deslustrados del humo de granadas, pez y alquitrán que echaban, y de la arcabucería, todos mustios y tristes que apenas se atrevían a levantar ninguno la cabeza a mirar a otro”. La dureza del asedio, que Spínola tuvo que levantar debido a las numerosas pérdidas y la cercanía del mal tiempo el 6 de octubre, provocó cuantiosas deserciones.
Combate en Bergen op Zoom. Lámina de Jordi Bru
- Edición numerada con certificado de autenticidad
- 64 x 33 cm
- Papel fotográfico Kodak Professional Inkjet Photo. Papel Lustre Finish 250 g, satinado con tratamiento anti-teflex y acabado luster arena.
- Sistema de impresión de 12 tintas pigmentadas (HP) larga duración
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