Batalla de Rocroi, 1643. Horas de encarnizado combate han reducido al ejército hispánico al mando de Francisco de Melo a seis escuadrones de infantería española de los tercios de Jorge de Castellví, Antonio de Velandia, el duque de Alburquerque y los condes de Garcíez y de Villalba. Los piqueros calan picas; los mosqueteros clavan sus horquillas en el suelo para descargar su plomo. Muchos hombres caen, pero los supervivientes van juntándose poco a poco en filas apretadas y rechazan con sus picas la acometida enemiga. Los franceses quedaron asombrados por la defensa a ultranza de los tercios que, pese a ir cediendo terreno poco a poco, se mantenían firmes en el centro del campo de batalla y forzaron a Enghien a acometerlos con todas sus fuerzas, topando una y otra vez con impenetrables murallas de picas erizadas alrededor de los escuadrones. Según Henri de Bessé de la Chapelle: “El valor de la infantería española no se puede alabar lo suficiente; porque es casi increíble que, después de la derrota de un ejército, un cuerpo de infantería sin caballería tuviera la firmeza de aguardar en campo abierto, no solo un ataque, sino tres seguidos sin temblar”. El goteo de bajas que dejaba cada acometida sobre los cuadros españoles comenzó a preocupar al alto mando francés, incrédulo ante la resistencia a ultranza de un enemigo sin esperanza de salvarse. Así pues, el duque de Enghien les ofreció una rendición honrosa, como si en lugar de en campo abierto se encontrasen tras los muros de una fortaleza.
Batalla de Rocroi. Lámina de Jordi Bru
- Edición numerada con certificado de autenticidad
- 51 x 33 cm
- Papel fotográfico Kodak Professional Inkjet Photo. Papel Lustre Finish 250 g, satinado con tratamiento anti-teflex y acabado luster arena.
- Sistema de impresión de 12 tintas pigmentadas (HP) larga duración
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