El paisaje del Pirineo aparece hoy plagado de restos románicos, testimonios que retrotraen a la pujanza y el deseo de renovación que ostentaban hace un milenio los condados e incipientes reinos cristianos del norte peninsular. En este número de Arqueología e Historia trataremos en particular sobre las primeras manifestaciones del románico en el Pirineo (en especial en los siglos X y XI), aunque no solo como fenómeno artístico. Contemplaremos por supuesto su arquitectura, influencias, sus singulares manifestaciones pictóricas y artesanas y hasta las técnicas necesarias para construir una iglesia, pero también incidiremos en el románico como fenómeno social y cultural asociado al feudalismo cristiano, e incluso en el sesgo que la historiografía tradicional ha tenido en nuestra percepción sobre el supuesto carácter sobrio y apagado de sus edificios. En efecto, el cristianismo fue el eje vertebrador de la sociedad de la Europa occidental desde el Bajo Imperio romano, pero nunca antes del fin del primer milenio gozó de un despliegue tan notable. Con el románico, la casa de Dios se abría al mundo, y la fe penetraba hasta el rincón más recóndito de la montaña.
El despertar de Europa y la formación de la sociedad feudal por Juan F. Utrilla (Univesidad de Zaragoza)
El año mil, de forma convencional, señala la fecha aproximada del inicio de lo que los medievalistas conocemos como Plena Edad Media, ya que desde entonces se van a producir un conjunto de transformaciones que permitieron la implantación del feudalismo como marco de organización de la sociedad occidental, hasta el punto de que los siglos XI y XII son considerados como los tiempos en los que se produce el florecimiento de la Europa feudal, la época clásica del mundo occidental que culminará en el XIII en el que la civilización medieval alcanza su apogeo. En dicho periodo Europa va a ampliar sus fronteras, tanto interiores como exteriores, incorporando vastos espacios, y alcanzará una notable homogeneidad social, ideológica y cultural, debida fundamentalmente al papel ejercido por la Iglesia. Acompañan a este artículo una estupenda ilustración de José Luis García Morán reconstruyendo la ordenación como obispo de Vic del abad Oliba de Ripoll, y un mapa de Europa occidental con las principales sedes episcopales y la influencia de algunas abadías relevantes en la fundación y renovación de algunos monasterios entre mediados del siglo X y mediados del siglo siguiente.
El románico en el Pirineo. Problemáticas generales y condicionamientos locales por Xavier Barral-Altet (Univ. Rennes / Univ. Ca’Foscari Venezia / IEC)
El románico en el Pirineo y el románico en general se ha mitificado. Es un arte que gusta, que suscita turismo y religiosidad, que se vende en las librerías y que en muchos lugares se asocia con la identidad local. El románico se restaura y las iglesias se limpian como para dejarlas austeras. Desde mediados del siglo XIX, el románico se ha utilizado para afirmar y demostrar una identidad local, regional o nacional en muchos países y regiones de Europa. Se han construido teorías sobre escuelas regionales que en cada lugar pretenden demostrar que el románico local es más antiguo que el del vecino, o al menos diferente o más original.
El cielo en la piedra. La arquitectura del primer románico por Joan Duran-Porta (UAB)
Hacia mediados de siglo x, en la Europa postcarolingia, la forma de diseñar y de construir edificios monumentales, en particular iglesias, empezó una feliz evolución. Feliz porque las aportaciones de esta evolución tuvieron éxito y un largo alcance, y dieron cuerpo a lo que modernamente hemos convenido en nombrar arquitectura “románica”. Este nuevo modelo constructivo se formuló a partir de elementos ya presentes en la tradición de la Alta Edad Media, pero dicha tradición fue modificada de manera sustancial en prácticamente todos sus aspectos: técnico, espacial, volumétrico, decorativo. Aun basándose en elementos conocidos, la arquitectura románica fue, pues, una arquitectura nueva, distinta, original. El artículo incluye un mapa a doble página con las principales iglesias del románico en el Pirineo y el contexto político de la transición entre los siglos X y XI.
Ad promissa perueniant celestia. Arte e iconografía en los primeros siglos del románico por Verónica Abenza (UAB)
Podría pensarse que los resortes socioeconómicos y culturales que impulsaron la fiebre constructiva en torno al año mil en toda Europa occidental, y de la que participaron los territorios del nordeste peninsular y el sur de Francia, se habría traducido, igualmente, en una rápida renovación del resto de tradiciones en el panorama general de las artes. Nada más lejos de la realidad. Son los tiempos de bonanza económica y demográfica derivados del retraso progresivo de la frontera con al-Ándalus y de los consecuentes procesos de reestructuración social y espiritual que llevarán, además, a la consolidación de los condados catalanes y del naciente reino de Aragón a lo largo del siglo XI. Y, sin embargo, la riqueza se orientará primordialmente a dotar a los nuevos santuarios con todo tipo de mobiliario litúrgico al que se destinan los recursos más suntuosos, fundamentalmente el oro y la plata e incluso otros metales menos nobles.
Los inicios del románico en el Pirineo aragonés por Javier Martínez de Aguirre (UCM)
Aragón experimentó en el siglo XI cambios radicales. Tras la muerte de Sancho el Mayor, rey de Pamplona, el antiguo condado que abarcaba las cuencas altas de los ríos Aragón, Aragón Subordán y Gállego quedó configurado como reino, que incluía Sobrarbe y Ribagorza. A su primer monarca, Ramiro I (1035-1064), le sucedió Sancho Ramírez (1064-1094), quien extendió su dominio al vecino reino pamplonés y dedicó sus energías a la expansión territorial a costa de la marca superior de al-Ándalus. Sus hijos Pedro I y Alfonso I el Batallador culminaron la empresa con la conquista de Huesca y Zaragoza. Cara al interior, los soberanos fomentaron una red de núcleos urbanos mediante la concesión de libertades y derechos a pobladores de villas y ciudades. La tercera faceta del cambio consistió en la reorganización de la Iglesia. Sancho Ramírez se reconoció vasallo de San Pedro de Roma y promovió la renovación de los cuadros dirigentes (abades y obispos) con partidarios de la reforma gregoriana, movimiento que transformó la espiritualidad, las estructuras eclesiales y las relaciones con los poderes civiles. Una magnífica ilustración de Josep R. Casals reconstruye al detalle la catedral de Jaca, uno de los edificios más influyentes del románico en el Pirineo, en torno al 1100.
Sentando los cimientos del cielo. La construcción de la arquitectura románica por Roberto Benedicto Salas (Arquitecto. Real Academia de Nobles y Bellas Artes San Luís de Zaragoza)
La arquitectura religiosa románica se concibió con una única finalidad, construir la casa de Dios, abierta a todos, donde transmitir su palabra y buscar el perdón y el sosiego. Es esta una idea básica que no veo suficientemente valorada. Y explica por qué abarca desde la pequeña iglesia rural, en muchas ocasiones construida por los propios fieles, hasta la gran iglesia catedralicia o abacial. Un ingente número de edificios que compone una inabarcable sinfonía conformada por muchos registros diferentes, entrecruzamientos y una importante complejidad. Un precioso contrapunto de variaciones estructurales, tipológicas y formales que son la expresión construida de la cultura románica. Pero al mismo tiempo, es cierto que el número de elementos estructurales y sistemas constructivos generalmente utilizados es relativamente reducido, lo que simplifica su estudio. Una estupenda ilustración de Rocío Espín muestra el monasterio de Sant Pere de Rodes en su proceso de construcción a finales del siglo X.
Entre la nieve y la piedra. El paisaje románico del valle de Boí por Milagros Guardia (UB)
El valle pirenaico de Boí (valle de las vacadas) lo recorre el río Noguera de Tor que, aguas arriba, está flanqueado por el camino que conduce hasta el puerto de Caldes. desde allí, por Arties, se alcanzaba el curso del Garona a través del valle de Aran. Este paso garantizaba, y nos permite explicar, los contactos transpirenaicos que tuvieron su inmediato reflejo en el románico de esta región. El artículo incluye un mapa del valle en la etapa del románico, con sus principales vías de acceso y las iglesias más representativas.
Y además, introduciendo el n.º 27: La imagen de Nerón en el cine y la televisión por Fernando Lillo Redonet
En el imaginario popular el emperador Nerón se fue convirtiendo en un ser corrupto y depravado, constituyendo un eficaz compendio de la decadencia imperial romana que podía contraponerse a la pureza de costumbres del cristianismo naciente. Henryk Sienkiewicz aprovecharía magistralmente todo esto en su exitosa novela Quo Vadis?, publicada en 1896, que enseguida se convirtió en un bestseller internacional. La obra recogía la tradición de toda una serie de novelas apologéticas como Los últimos días de Pompeya (1834), de E. Bulwer-Lytton, Fabiola (1854), del cardenal Wiseman, o Ben-Hur (1880), del escritor norteamericano Lewis Wallace, que defendían al cristianismo en un entorno cultural hostil aprovechando el poder comunicador de la ficción narrativa.