Brujería. El concepto de magia ha existido siempre y, con él, el de las personas que la practicaban. Además de existir, desde siempre, miedo hacia quienes usaban dichas artes, en particular a las mujeres, las brujas, que podían devenir poderosas e imprevisibles. Sin embargo, las ideas y creencias en torno a ellas fueron cambiando, desde la mitología romana a la idea del engaño diabólico en la Edad Media, para llegar al concepto moderno de la bruja, acompañado de una brutal persecución desatada por acusaciones imaginarias que acabó con la vida de miles de personas, sobre todo mujeres. La caza de brujas varió según la región, desde lugares con cientos de ejecuciones rápidas hasta otros donde la magia era vista como superstición. Con el tiempo, este furor sangriento se cubrió de tópicos que dificultan comprender a verdugos y víctimas: las brujas como mujeres sabias perseguidas por la Iglesia, el folklore de brujas demoníacas, inquisidores sádicos y vecinos histéricos. La realidad fue más compleja, marcada por conflictos religiosos, miedos por malas cosechas, luchas políticas y dinámicas judiciales perversas, un caldo de cultivo que costó miles de vidas. Solo un enfoque múltiple permitirá acercarnos a una historia más fiel de la brujería, descubrir quiénes fueron realmente las personas acusadas y juzgadas, y comprender los casos de crueldad, misericordia o racionalidad. Porque, a menudo, la realidad supera a la ficción.
Magas romanas, mujeres malignas y aliadas del demonio. La evolución de un mito por Martha Rampton (Pacific University)
Algunas mujeres malvadas, volviéndose a Satanás, seducidas por engaños y fantasmas de demonios, creen y reclaman –en las horas de la noche, con Diana, diosa de los paganos, y una innumerable multitud de mujeres– montar en ciertas bestias, y, en el lúgubre silencio de la noche, atravesar grandes espacios de la tierra y obedecer sus órdenes como amante e ir a su servicio (Regino de Prüm, De synodalibus causis 2.371)
Brujas y familiares. La imagen de la bruja por Eva Lara Alberola (UCV)
Las brujas, arquetipo imprescindible del ideario colectivo, representan todo lo terrible tanto en su aspecto como a través de sus actos. Suponen una amenaza para la comunidad y, cuando se encarnan en personas concretas, serán el perfecto chivo expiatorio. Aunque no existieran como tales hasta los siglos XIV-XV, sus antecedentes habitan las pesadillas humanas desde tiempos inmemoriales.
Género, brujería y el Martillo de las Brujas por Hans Peter Broedel (Hamilton College)
En 1485 el inquisidor alemán Heinrich Kramer se sentó a escribir un relato exhaustivo sobre el azote de las brujas y una guía para aquellos que fueran lo suficientemente valientes para cazarlas: el Malleus Maleficarum, el Martillo de las brujas. Lo escribió como respuesta a una humillante derrota el año anterior, en que su intento de perseguir brujas en Innsbruck había terminado con una derrota ante los tribunales, las presuntas brujas liberadas y el propio Kramer expulsado de la ciudad.
Mujeres, supersticiones e Inquisición en Lima, siglo XVIII por Natalia Urra (Universidad Andrés Bello)
A finales del siglo XIX, el historiador francés Jules Michelet lanzó una de sus obras más leídas y polémicas, pues la consagró al estudio y a la descripción de la “bruja”, personaje histórico temido y perseguido en la Edad Moderna. En el texto de 1862 analizó las características y virtudes de todas esas mujeres acusadas de malhechoras, peligrosas y secuaces del demonio. Condicionado por su tiempo, no estuvo distante del mito creado en torno a ellas, pues se basó en una serie de ideas inspiradas en los miedos o recelos que provocaron. Aunque muchas de sus teorías también las fundamentó con un compilado de documentos judiciales.
La misoginia como espectáculo. Saludadores y conocedores de brujas por María Tausiet
En la España moderna las autoridades judiciales encargadas de perseguir la brujería eran tres: los tribunales de la justicia seglar, los de la justicia episcopal y los de la Inquisición. Desde el punto de vista de los obispos, la brujería era una conducta irreligiosa, una superstición, y su deber era vigilarla para impedir que se extendiera. De hecho, en los archivos diocesanos se conservan procesos contra mujeres acusadas de este delito. Pero los crímenes relacionados con la magia eran extremadamente difíciles, si no imposibles, de probar.
El final de la caza de brujas en Occidente por Jonathan Durrant (University of South Wales)
La caza de brujas en Occidente empezó a decaer cuando remitieron las presiones, inseguridades y crisis causadas por la Pequeña Edad de Hielo, las agresivas reformas religiosas y las guerras a lo largo y ancho de Europa. Sin embargo, intentar explicar qué causó exactamente el declive de la persecución en torno a 1630 es una tarea compleja que muchos historiadores evitan, porque cada una de estas cazas tuvo sus propias razones y conjuntos de causas. Por supuesto, además, la caza de brujas pervivió aproximadamente un siglo más desde su pico de intensidad hasta su completa desaparición en Europa. A lo sumo, podemos esbozar algunas conclusiones generales a partir de las razones locales y los cambios de actitud entre las élites europeas hacia muchos de los asuntos que las habían acosado a finales del siglo XVI y principios del XVII
La caza de brujas en Zugarramurdi (1608-1614) por Lu Ann Homza (William and Mary University)
La caza de brujas que tuvo lugar en Navarra entre 1608 y 1614 es una de las más famosas en la historia europea. La Inquisición española estaba, supuestamente, a cargo del proceso, pero sus agentes arruinaron la investigación de tantas maneras que la institución tuvo que crear nuevas instrucciones sobre los procesos de brujería en 1614, y nunca más persiguió sospechosos de una manera extensiva. Nuevos documentos de los archivos de Pamplona mejoran significativamente nuestra comprensión de la agitación emocional y parental que subyace a esta persecución.
Orgullo, protesta y oraciones. La bruja rebautizada y reivindicada por Allene Nichols (Mississippi University for Women)
A mediados del siglo XVI, al tiempo que los juicios por brujería se extendían por Europa, Pieter Breugel el Viejo representó en sus cuadros a las brujas como ancianas que tenían relaciones con demonios mientras removían sus calderos y volaban en escobas. Una generación después, en Inglaterra, mientras continuaban los juicios por brujería, las tres brujas ancianas del Macbeth de Shakespeare, juntas en torno a un caldero y tramando maldades, encarnaban los temores de los cazadores de brujas.