Los humanos siempre hemos sido conscientes de que nuestras vidas dependían de la clemencia de la naturaleza y el clima. Hemos adorado a las tormentas, creado dioses del mar y rogado por lluvias pacíficas, por primaveras sin granizo, veranos suaves e inviernos clementes. Sin embargo, también nos hemos considerado dueños y señores de esa misma naturaleza, con autoridad para usarla a nuestro antojo, sin ser conscientes de las consecuencias. En este número vamos a quitarnos esa venda de los ojos, porque ahora sí existe consciencia de la necesidad de estudiar el clima y sus variaciones, de los peligros de alterarlo y, también, y no menos importante, de que ha influido de manera profunda en la historia de la Humanidad. Porque la historia la hacen las personas, y pocas cosas influyen más en las personas que el clima. En una escala macro, los cambios climáticos a lo largo de la historia han influido en cómo se mueve la población, qué sitios se habitan y cuáles se abandonan; cómo se crean nuevas redes de contactos, así como en el móvil de las migraciones e invasiones. Las comunidades humanas han desarrollado diferentes estrategias para adaptarse a estos cambios, se han rendido a la evidencia o han peleado por sobrevivir, los cual nos ha marcado profundamente. En este intento de explicar cómo el clima ha marcado el devenir de la humanidad, es fundamental la colaboración interdisciplinar entre climatólogos, historiadores y geólogos, un análisis que, además, se puede proyectar para intentar atisbar en el futuro.
El clima, la caprichosa voluntad de los dioses por Francisco Jiménez Espejo (CSIC-UGR) y Javier García Serrano (UB)
Conocer la variabilidad climática, los cambios climáticos y la intensidad de los eventos climáticos que han afectado a una región es fundamental para comprender la dinámica de los pueblos que la habitaron. El clima condiciona los ecosistemas, la fauna, los cultivos y las enfermedades entre otros muchos factores que modelan la estructura social e incluso la psique humana. Además, el clima, principalmente la lluvia, era una de las formas más comunes a través de la cual las divinidades expresaban su felicidad o descontento ante sus seguidores, adeptos que no ahorraban a la hora de construir templos o incluso crear clases sociales que las contentaran o sirvieran de mediadoras.
Neandertales: cambios climáticos y especiación por Antonio Rosas (MNCN-CSIC)
Comprender cómo se ha configurado el cuerpo y la mente de los neandertales es un tema recurrente en la cultura occidental moderna, desde que la ciencia supo identificar en ellos una forma humana distinta: el Homo neanderthalensis. Desde los primeros estudios antropológicos acometidos a mediados del siglo XIX, han sido varias las causas esgrimidas para explicar esa anatomía tan particular. Entre estas podemos destacar la adaptación climática, una especialización en la caza al acecho, hábitats en lugares montañosos o el simple resultado de mutaciones al azar.
Cambio climático y cambio social en el valle del Nilo durante el IV milenio a.C. por Marcelo Campagno (Universidad de Buenos Aires)
Una de las grandes preocupaciones de nuestro tiempo es sin duda el cambio climático, entendido básicamente en función de los efectos nocivos que produce la actividad antrópica y que tiene como algunas de sus principales consecuencias la depredación del medio natural y el calentamiento global. Y en efecto, si bien la acción humana siempre ha tenido cierto impacto ambiental, como lo atestigua la evidencia de procesos localizados de deforestación o de contaminación de diverso tipo, la actual ha alcanzado proporciones que no encuentran parangón en ningún momento anterior de la historia humana.
Cambio climático y crisis del 2200 por Francisco Jiménez Espejo (CSIC-UGR) y Rafael Garrido Pena (UAM)
A lo largo del hemisferio norte se han relacionado diversos cambios sociales y ambientales a la influencia del llamado evento climático del año 4200 antes del presente (2250 a. C.), más conocido por su nombre en inglés 4.2 ka BP event –4.2 thousand years Before Present climate evento–. En algunos registros es una de las anomalías climáticas más importantes de todo el Holoceno y hace referencia a un momento de prolongada sequía durante varias décadas. Algunos estudios le atribuyen un papel importante en el colapso de gran número de culturas antiguas en el Mediterráneo, Egipto, Mesopotamia, valle del Indo, China, Corea y Japón.
La espada más afilada. La sequía como factor relevante en la conquista árabe de Hispania por Soto Chica (UGR) y Jon Camuera (CSIC-UGR)
En 673 el rey Wamba desplegó, con sorprendente eficacia, el poderío militar del reino visigodo, derrotando en una campaña relámpago, no solo a los vascones y a los rebeldes de la Tarraconense y la Narbonense, sino también a sus aliados francos y sajones. La campaña demostró que el reino visigodo era, en aquel momento, Estado más poderoso de Europa occidental. Wamba tuvo también oro para construir magnos y bellos edificios y para restaurar las murallas e iglesias de Toletum (Crónica mozárabe de 754, 29). Todo cambió durante los siete años del reinado de su sucesor Ervigio (680-687). El anónimo cronista mozárabe que escribía en 754 nos dice: “Fue consagrado Ervigio en el reino de los godos. Gobierna siete años, asolando a Hispania un hambre terrible” (Crónica mozárabe de 754, 37).
Vikingos en un mar helado por Christian Koch Madsen (Greenland National Museum)
Según las antiguas creencias nórdicas, el fin de los tiempos (Ragnarǫk) empezaría con un duro y tormentoso invierno de tres años (fimbulvetr). Que ese invierno se cerniera sobre las gentes nórdicas, conocidas popularmente como “vikingos”, como un miedo colectivo y religioso no era mera coincidencia. Reflejaba una realidad social en que las condiciones climáticas y ambientales. Los años se contaban por inviernos, no por veranos. Quizás por eso la historia de los asentamientos vikingos en Groenlandia, alrededor del año 1000 d. C., ha conquistado la imaginación de los investigadores.
La Pequeña Edad del Hielo en la península ibérica por Armando Alberola-Romá (UA)
Entre los años 700 y 1300 tuvo lugar la pulsación climática conocida como pequeño óptimo climático o periodo cálido medieval, cuyo signo distintivo fue una clara suavización de las temperaturas. Concluido este periodo, dio comienzo un enfriamiento progresivo del clima terrestre que se prolongaría desde las primeras décadas del siglo XIV –el terrible invierno de 1309-1310 fue el primer aviso– hasta los años ochenta del siglo XIX. La llamada Pequeña Edad del Hielo (PEH) o Pequeña Edad Glaciar (PEG) coincidió, en su fase más aguda, con el período histórico que conocemos como Edad Moderna y afectó a buena parte del planeta Tierra.
Antropoceno y cambio climático por Valentí Rull (CSIC/ICP-CERCA)
Que los humanos hemos modificado nuestro planeta hasta cambiar su dinámica global, lo cual se nota en alteraciones tanto físicas como funcionales del sistema Tierra y sus componentes (litosfera, hidrosfera, biosfera, criosfera, atmósfera), es algo que ya está fuera de toda duda. Ante ello se ha propuesto, no sin un debate, un término y una nueva época, que seguiría al Holoceno: el Antropoceno. Sus implicaciones abarcan desde las controversias científicas hasta la cultura popular o el activismo, pasando por la filosofía, la literatura, el arte y un sinfín de áreas de conocimiento.