Apenas superados los traumas de la Segunda Guerra Mundial, Francia, el más débil de los vencedores, se vio abocada a un largo conflicto para recuperar su imperio colonial en Extremo Oriente. El envío de una fuerza expedicionaria no tardó en provocar una nueva contienda, la Guerra de Indochina, esta vez contra el Viet Minh, el movimiento nacionalista creado para oponerse a los japoneses, que disponía de armas y bases en las regiones más recónditas del norte del país. El conflicto, iniciado a finales de 1945, supuso una dura prueba para las tropas profesionales enviadas a combatir, ante la indiferencia de sus compatriotas metropolitanos, en un territorio infernal de ríos, junglas y montañas, sin los recursos suficientes para imponerse a un enemigo que estaba en todas partes y en ninguna. Agotados, a finales de 1954 los franceses decidieron provocar una batalla en un oscuro valle de las Tierras Altas llamado Dien Bien Phu con la intención de destrozar a la élite de las tropas enemigas. Todo salió mal desde el principio. Gracias a los abundantes suministros recibidos de su nuevo aliado chino, el ejército vietnamita del general Vo Nguyen Giap cercó el campamento fortificado, desplegó una artillería sin parangón hasta aquel momento y asaltó, una a una, con éxito, las posiciones francesas. En medio del barro y de la jungla, ensordecidos y embrutecidos por los estallidos de la artillería, empapados por las lluvias torrenciales del monzón, los soldados franceses desplegados en Dien Bien Phu resistieron los embates de los igualmente heroicos soldados vietnamitas que, sin dejar de vigilar el cielo para detectar la llegada de la omnipresente aviación de sus enemigos, combatieron con valor para hacerse con la victoria que supondría la liberación de la mitad norte de su país, el resto ya sería otra historia.
La Guerra de Indochina por Rémy Porte
A pesar de que duró casi diez años y costó la vida de veinte mil soldados metropolitanos, los franceses han condenado la Guerra de Indochina a un cierto olvido. Para unas Fuerzas Armadas que pertenecían al campo de los vencedores de la Segunda Guerra Mundial pero que seguían teniendo dificultades para recuperarse de la traumática derrota de 1940, este primer conflicto de la descolonización estuvo marcado tanto por la falta de perspectivas y de voluntad política como por profundas transformaciones de las instituciones militares. Tras rendición de Japón, los aliados, reunidos en la Conferencia de Potsdam, decidieron, sin consultar ni avisar al general De Gaulle, que China y Gran Bretaña ocuparían el norte y el sur del país, respectivamente. Al enterarse de ello, París rechazó esta imposición y afirmó que Francia debía restablecer su soberanía sobre dicho territorio por lo que a finales de septiembre y en medio de un ambiente de anarquía y atentados contra numerosos civiles europeos, desembarcaron en Cochinchina, junto con los británicos, los primeros soldados franceses. Acababa de comenzar la Guerra de Indochina (1945-1955), un conflicto que puede dividirse en cinco fases distintas.
La logística del general Giap por Benoît de Tréglodé (Institut de recherche stratégique de l’Ecole militaire)
Uno de los factores principales de la victoria vietnamita en el asedio de Dien Bien Phu fue la logística. El general Giap consiguió desplazar sus fuerzas a través de la jungla, suministrar a sus ejércitos y acumular municiones y armas utilizando caminos de tierra que cruzaban un terreno de auténtica pesadilla a pesar de los esfuerzos de la fuerza aérea francesa, que trató de desbaratar esta vía logística. La ayuda de China, que proporcionó armas modernas –entre ellas cañones antiaéreos– y consejeros, resultó también determinante en la victoria del Viet Minh. A principios de 1950, el Ejército de Defensa Nacional Viet Minh recibió la nueva denominación de Ejército Popular de Vietnam (EPVN). En el mismo, el mando de las unidades de combate era dual –con un comisario político y un comandante militar– pues instrucción política y adiestramiento militar iban de la mano. A mediados de enero de 1950, China envió a las montañas de Vietnam una delegación dirigida por Luo Guibo (1907-1995), representante del Partido Comunista Chino y comisario político del EPL, cuya misión era preparar el despliegue de los consejeros. La distribución de la ayuda comenzó en mayo de ese mismo año y se incrementó a partir de la victoria del Viet Minh en la batalla de Cao Bang en otoño.
Lo impensable. El derrumbe del subsector norte de Dien Bien Phu por Pierre Journoud (Université Paul-Valéry Montpellier 3)
El 13 de marzo de 1954, el EPVN del general Vo Nguyen Giap, en quien Ho Chi Minh había delegado plenos poderes para obtener una victoria decisiva, desencadenó su primera gran ofensiva contra Him Lan –la colina que los franceses bautizaron como Béatrice –, la posición defensiva más septentrional del poderoso despliegue defensivo de Dien Bien Phu. El coronel Henri De Castries había confiado el lugar al comandante Pégot, jefe del 3.er Batallón de la prestigiosa 13.ª Media Brigada de la Legión Extranjera (DBL E), bajo la autoridad superior del teniente coronel Trancart quien, por su parte, mandaba todo el subsector norte. Los cerca de doce mil oficiales y soldados desplegados en Dien Bien Phu llevaban tiempo preparándose para el enfrentamiento. Los habían convencido de que había que defender la independencia y la soberanía, no tanto de Francia, sino de los tres estados asociados de la Unión Francesa. Para detener el avance de las divisiones de élite del EPVN el general Navarre había tomado en noviembre de 1953 la decisión de establecer una base aeroterrestre en la única llanura de las Tierras Altas capaz de acoger un aeródromo y permitir la maniobra de medios acorazados, una elección calificada por el propio general Giap como la única posible.
Experiencias de los combatientes por Joaquín Colorado
Todo puesto tenía al menos una elevada torre de vigilancia desde donde observar a gran distancia los posibles movimientos hostiles. Patrullas diurnas y nocturnas partían a diario en reconocimiento a través de junglas, arrozales o arroyos, bien para despejar de obstáculos o minas las vías de comunicación, bien para neutralizar las infiltraciones del Viet Minh, ya fueran estas en forma de tropas o de agentes camuflados, muchas veces en balde. Inmóviles, sin poder hablar, sin fumar, soportando el acoso de enjambres de insectos o temiendo que se les acercara una serpiente, los emboscados permanecían varias horas aferrados a sus armas, en alerta permanente, atento el oído, pues un leve susurro o el ruido de una pisada podían indicar movimientos que, en ese lugar y a esa hora, solo podían ser enemigos. La función de los puestos no fue solo militar, sino que también se ocuparon de la población civil circundante en el área asignada, ejerciendo labores policiales, sanitarias, administrativas o de reconstrucción de obra civil destruida por el monzón o por la guerra; dependiendo de la región ya que cuanto más al sur de la colonia, la situación, relativamente más tranquila, permitía que los puestos pudieran desarrollar más labores humanitarias y sociales.
La batalla de las cinco colinas por Kevin Boylan (U. S. Army Center of Military History) y Luc Olivier
La segunda fase del asedio a Dien Bien Phu fue un largo respiro que duró desde el 17 al 30 de marzo de 1954. Para el EP VN la primera ofensiva había sido un gran éxito, pero de coste también elevado porque los asaltos a Béatrice y Gabrielle partieron de trincheras inadecuadas, se empleó demasiado tiempo en eliminar el alambre de espino y la artillería abrió fuego tarde. Giap decidió que no se lanzarían más ataques hasta que no se cavaran trincheras adecuadas que alcanzaran el límite mismo de las posiciones defensivas francesas, las baterías hubieran sido desplegadas a corta distancia y se completaran todos los demás preparativos necesarios. En consecuencia, los soldados del EPVN dedicaron las dos últimas semanas de marzo a excavar una amplia red de zanjas y posiciones artilleras en torno al campamento principal enemigo y a aislarlo de Isabelle. Giap se estaba preparando para combatir al más puro estilo de la Primera Guerra Mundial, cosa que sorprendió a los franceses, que pensaban que los vietnamitas emplearían sus tácticas habituales de ataques nocturnos seguidos por rápidas retiradas para ponerse a cubierto antes del amanecer.
El ejército colonial francés en Dien Bien Phu por David Alegre Lorenz (Universitat de Girona)
Las fuerzas que participaron en la conquista del valle de Dien Bien Phu y en la posteiror defensa del campamento fortificado fueron una magnífica muestra del ejército colonial francés de la época. Para empezar, había un importante núcleo de tropas paracaidistas, ya pertenecieran al Ejército metropolitano –batallones integrados por soldados europeos voluntarios para servir en ultramar– o fueran tropas de la Legión Extranjera o soldados autóctonos reclutados en la propia Indochina. Estos dos últimos cuerpos también participaron con numerosas unidades terrestres. La Legión envió varios batallones de los regimientos extranjeros y, sobre todo, la prestigiosísima 13.ª DBLE, que había combatido en Narvik y en Bir Hakeim. Las tropas autóctonas, reclutadas en virtud del proceso de vietnamización del conflicto propugnado por el general De Lattre de Tasigny, sirvieron destacadamente no solo en unidades propias, como los batallones tai o paracaidistas vietnamitas, sino también completando los efectivos de las unidades francesas. Finalmente, es necesario mencionar a las unidades magrebíes, tirailleurs de Marruecos y de Argelia que lucharon hasta el final mientras atendían de reojo a lo que sucedía allá en casa, donde pronto empezaría un nuevo conflicto colonial.
La caída de Dien Bien Phu por Kevin Boylan (U. S. Army Center of Military History) y Luc Olivier
El general Vo Nguyen Giap utilizó la palabra grignotage (“mordisqueo”) para describir las tres semanas que siguieron a su segunda ofensiva sobre Dien Bien Phu, durante las que fue erosionando a los franceses. Durante este periodo, como los sitiadores carecían de la munición de artillería necesaria para desencadenar ataques a gran escala, decidió acercar sus trincheras todo lo posible a las posiciones restantes para que las armas ligeras de su infantería pudieran seguir desgastando gradualmente a los franceses, y Huguette siguió siendo su objetivo principal, pues protegía la mayor parte de lo que quedaba de la zona de lanzamiento principal, con la ventaja añadida de que, a diferencia de las cinco colinas, sus posiciones exteriores estaban muy separadas entre sí y no podían ser reforzadas o reabastecidas con facilidad. la ofensiva principal comenzó el 1 de mayo, día internacional del trabajo e importante festividad en el mundo comunista. Se efectuó un ataque diversivo contra Huguette 4 –que para entonces se llamaba Lily 3– y otro contra Éliane 2 que expulsó a los defensores de las cercanías de la mina, que llevaban tiempo tratando de destruir, pero los objetivos prioritarios eran Dominique 3, Éliane 1 y Huguette 5.
La Conferencia de Ginebra por François Cochet (Université de Lorraine-Metz)
En la primavera de 1953 los franceses dejaron de dominar los acontecimientos militares y la guerra se convirtió en un callejón sin salida cada vez más costoso a nivel financiero pese a la ayuda norteamericana. Por estos motivos, cada vez más políticos consideraban que había que acabar con aquel conflicto lejano, impopular y oneroso. René Mayer, nombrado presidente del Consejo de la inestable Cuarta República el 8 de enero de 1953 con la intención de acabar con la cuestión de Indochina, nombró comandante en jefe al general Navarre en sustitución de Salan con una misión clara: encontrar una “salida honorable”. Para ello, este propuso un plan (1953-1955) en el que se trataba de vietnamizar primero el conflicto en el sur, donde el Viet Minh era más débil, antes de utilizar en 1954-1955 los batallones liberados por este proceso para ejecutar una ofensiva en el norte que permitiera una salida política en la que Francia se asegurara una posición favorable en las inevitables negociaciones. Este plan, que no tuvo en cuenta ni la evolución del enemigo ni el aumento de la ayuda china, fue aceptado por las autoridades –civiles y militares– el 24 de julio de 1953.
Y además, introduciendo el n.º 47: La pérdida del norte republicano. El punto de inflexión de la Guerra Civil por Guillermo Tabernilla (Asociación Sancho de Beurko)
La pérdida del norte supuso, de facto, sellar la suerte de la República al dejar en manos del gobierno del general Franco su enorme potencial industrial y humano, además de la facultad de desequilibrar cualquier otro frente al volcar sobre este a las fogueadas Brigadas de Navarra con el apoyo de todos los recursos militares que habían sido acumulados hasta entonces por los rebeldes en una única dirección estratégica. En ello resultó absolutamente decisiva la dirección de la guerra aérea que desarrollaban los alemanes con sus innovadoras tácticas: por ejemplo, en el apoyo directo a la infantería y, si bien no tan novedoso sí decisivo, su uso como herramienta para minar la moral del adversario al bombardear su retaguardia, forzando a los nacionalistas vascos a una negociación que se plasmaría finalmente en el pacto con los italianos. Si a esto sumamos, por primera vez en la Guerra Civil, el uso de masas artilleras propiamente dichas para saturar los sectores atacados por donde se pretendía romper el frente y un bloqueo por mar que, aunque resultó bastante ineficaz, sí cosechó algunos importantes éxitos como el apresamiento del vapor Mar Cantábrico podremos entender por qué nunca perdieron la iniciativa desde el inicio de la ofensiva de Mola sobre el territorio vasco del 31 de marzo de 1937 hasta el epílogo final de Asturias en octubre de ese mismo año, previo paso por Santander en agosto.