Engel Ela-Ramud está contigua a la famosa cuenca de Buia, donde se localizó un cráneo humano de 1 millón de años, que fue publicado por el equipo del Prof. Ernesto Abbate, de la Universidad de Florencia, en 1998. Sin embargo, se trata de una cuenca virgen, donde nunca antes se había realizado investigación alguna debido a que se encuentra en una zona de exclusión militar, junto a la frontera con Etiopía, donde durante la guerra de independencia de Eritrea y desde su configuración como estado en 1991, hasta la actualidad, ha existido un conflicto bélico latente de manera continuada.
En esta coyuntura, fuimos afortunados en 2012, cuando obtuvimos el permiso de las autoridades eritreas para que este proyecto de investigación comenzara su andadura, con la participación de investigadores eritreos y españoles, en el que colaboró muy activamente como codirector hasta el año 2019, el Prof. Eudald Carbonell. Desde entonces se han realizado 9 campañas de campo, la última entre el 12 y el 22 de mayo de 2022, que suman un total de tres meses y medio efectivos sobre el terreno.
Durante este tiempo se ha trabajado intensamente estudiando la geología de la cuenca, y se ha prospectado íntegramente la serie estratigráfica cuaternaria en toda su extensión para la localización de registros paleontológicos y arqueológicos. Ello ha permitido calibrar su potencial científico y patrimonial.
La columna estratigráfica tiene un espesor superior a 100 metros, está inclinada hacia el oeste y muy fracturada, con dominio de fallas normales distensivas. A nivel sedimentario, corresponde a un ambiente de tipo deltaico, donde el área fuente se sitúa en las tierras altas de Eritrea, localizadas a occidente. La serie está compuesta por niveles de conglomerados en la base, superpuestos por estratos de tipo arenoso con tendencia a hacerse de grano más fino hacia el techo. Es en estos niveles donde se encuentran la mayoría de los restos fósiles y la industria lítica. Arriba, sellando la serie estratigráfica y dispuesto de manera discordante, se encuentra un paquete de conglomerados en la parte occidental de la cuenca, donde se asienta la localidad de Engel Ela, mientras que en la parte oriental se localiza un paquete de roca volcánica, ignimbrita. El registro cronológico de la serie estratigráfica, datado a través de métodos geocronológicos combinados (paleomagnetismo, núclidos cosmogénicos, y ESR), corroborados con datos biocronológicos, especialmente basados en los cerdos fósiles localizados, comprende la segunda mitad del Pleistoceno inferior (entre 1,8 y 0,7 millones de años). Después, a partir del Pleistoceno medio se produce una erosión acelerada que continúa hasta la actualidad, encajándose una nueva red hidrográfica, que profundiza más de 150 metros en el sector de Ramud, donde se localiza el campamento militar.
El área prospectada es bastante extensa, aproximadamente unos 80 km² surcados por profundos barrancos de difícil acceso en muchas ocasiones, donde los hallazgos de industria lítica y de fósiles de vertebrados son relativamente abundantes, especialmente en superficie, al caer por gravedad desde las laderas a los cauces de los arroyos secos. Pero los niveles fértiles en restos arqueológicos y paleontológicos in situ son escasos. Por ello, ha sido necesario prospectar sistemáticamente todas las campañas el área en estudio, reincidiendo año tras año, barranco a barranco, hasta que paulatinamente se han localizado diversos estratos fértiles en industria lítica, fauna y restos vegetales en las áreas de Ado Qwawleh, Gameré, Sasaktoli, Delahaitu, Bolali, Luba Gadhi, Erau, Ganabá, y Dibakole-Diaritana. Se han realizado algunas excavaciones y pequeños sondeos, que certifican un registro, si bien no muy abundante, sí muy interesante, para el conocimiento de los homininos achelenses y su entorno, con abundante industria tallada en pequeño formato, siempre en cuarzo, y también abundantes piezas talladas en gran formato sobre cuarzo, cuarcita y rocas volcánicas, que están asociadas normalmente a fósiles de grandes vertebrados, especialmente elefantes (Palaeoloxodon), hipopótamos (Hippopotamus), cerdos (Kolpochoerus, Metridichoerus), rinocerontes (Ceratotherium), équidos (Equus), jirafas (Giraffa), búfalos (Pelorovis, Bos), antílopes, carnívoros, primates, cocodrilos y tortugas, y también a restos de flora, pues se han encontrado varios registros de troncos de plantas, entre los que destacan las palmeras.
Hasta el momento, sólo se han excavado dos yacimientos en extensión. En la primera localidad, Ado Qwawleh, aparece una rica asociación achelense tallada en pequeño formato sobre cuarzo, asociada a restos de jirafa, y en la segunda, Luba Gadhi 2-Gallardo, dedicada al Sr. Antoni Gallardo, presidente de la Fundación Palarq, es abundante la industria achelense tallada en gran formato, con presencia de bifaces, y una rica y diversa fauna dominada por cocodrilos, hipopótamos y cerdos. Por otro lado, en la campaña de 2020 se localizaron varios afloramientos con fauna, especialmente hipopótamos, en el sector de Erau, y abundantes restos de flora in situ en el sector de Dibakole-Diaritana, que serán excavados en las próximas campañas.
El objetivo final de estas investigaciones es convertir la cuenca de Engel Ela-Ramud en un enclave de referencia mundial para el estudio de los homininos achelenses. Para ello, además del estudio científico de la cuenca y de los restos arqueológicos y paleontológicos localizados, se está formando un equipo de jóvenes investigadores entusiastas en Eritrea, que contribuirán al desarrollo de las ciencias del Cuaternario en su país, donde el patrimonio prehistórico es tan abundante.
Finalmente, y aunque no tiene que ver con la Ciencia, sí tiene mucho que ver con la ética de la Ciencia y, especialmente de los científicos. Engel Ela se encuentra en uno de los territorios más pobres y deprimidos del mundo, donde no hay prácticamente agua, y la poca que se encuentra no es potable, pues los pozos artificiales que los habitantes del lugar excavan en las ramblas, rápidamente son contaminados por cabras y camellos, lo que provoca enfermedades que, en muchas ocasiones, acaban con la vida de las personas, especialmente de los niños. Por ello, el equipo de este proyecto de investigación se ha comprometido a buscar los recursos para construir una estructura de extracción, potabilización y servicio de aguas que mejore la calidad de vida de la población de Engel Ela. Creemos que no se puede, no se debe, hacer Ciencia sin comprometerse en el beneficio del territorio y de sus habitantes.
Agradecimientos: Esta investigación ha sido autorizada por la Comisión de Cultura y Deportes de Eritrea, y está financiada por la Fundación Palarq y por el Ministerio de Cultura. Agradecemos a todo el equipo que ha participado en la investigación (E. Carbonell, D. Araia, X. P. Rodríguez-Álvarez, A. Canals, O. Oms, D. Moreno García, S. Ros-Montoya, L. Pandolfi, A. Granados, L. Rook, M. Papini, S. Tesfamariam, y un conjunto de jóvenes investigadores eritreos en formación), y a todo el personal de la Comisión de Cultura y Deportes de Eritrea y del Museo Nacional de Eritrea, por su continuo apoyo a este proyecto. También agradecemos al equipo que ha colaborado en las tareas de cooperación del proyecto (P. Verzier, J. A. Garrido, M. Vílchez y F. Pérez Benítez). Finalmente agradecemos a la población afar de Engel Ela, Mahebele y Ramud, por acogernos y hacernos sentir como si estuviéramos en nuestra propia casa.
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