INTELIGENCIA MILITAR EN LA BATALLA DEL EBRO, por Fernando Puell (IUGM-UNED) y Hernán Rodríguez Velasco. Dos órganos de inteligencia militar funcionaban a pleno rendimiento en julio de 1938: una amalgama de servicios dirigidos por el coronel Estrada en el bando republicano y el Servicio de Información y Policía Militar (SIPM), dependiente del coronel Ungría, en el franquista. Ambos desarrollaron una eficaz labor en las semanas previas a la batalla del Ebro, aunque Franco, intoxicado por la contrainteligencia republicana, desestimó la información enviada por el SIPM a su Cuartel General.
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