¡Ya está aquí la nueva edición! En 2024 vuelve el esperadísimo VI Concurso de Microensayo Histórico Desperta Ferro Ediciones. Queremos, como siempre, que nos demuestres tus conocimientos y pericia como historiador y te cueles entre los prestigiosos autores que colaboran con nosotros.
Las bases del VI Concurso de Microensayo Histórico Desperta Ferro Ediciones son las siguientes:
- Mándanos por correo electrónico (info@despertaferro-ediciones.com) tu texto, especificando en el asunto «VI Concurso de Microensayo Histórico», tus apellidos y el título del texto.
- Puedes enviar un máximo de dos piezas.
- Ensayos de temática histórica libre, en castellano y con una extensión comprendida entre las 2000-2500 palabras (bibliografía y citas aparte).
- Los ensayos deben ser originales y no estar publicados total o parcialmente, o ser extracto de, ningún otro contenido disponible online.
- El plazo límite para la recepción de los ensayos será el lunes 8 de abril.
¡Anímate y participa ahora en el concurso!
Resultados del VI Concurso de Microensayo Histórico Desperta Ferro
Después de valorar todos los textos bajo el rigor histórico y científico que nos caracteriza, el jurado ha escogido un ganador que será obsequiado con una suscripción premium, modalidad que os permite recibir durante un año todos los números de nuestras cuatro revistas y especiales, y tres finalistas que recibirán una suscripción a una de nuestras revistas (Antigua y medieval, Historia Moderna, Contemporánea o Arqueología e Historia, a elegir).
Ya podéis disfrutar de estos cuatro artículos en nuestro blog, y a lo largo de las próximas semanas iremos publicando muchos otros de los textos presentados al concurso, ha habido tantos buenos que la decisión no ha sido fácil…
¡Enhorabuena a los ganadores y muchas gracias a todos los participantes! Esperamos que todos disfrutéis de estos estupendos trabajos.
Ganador del VI Concurso de Microensayo Histórico Desperta Ferro
¿«Pax Tartesia»? Sobre la (in)materialidad y las formas del conflicto en el Hierro Antiguo
por Jesús M. Fernández Rodríguez
Entre los topoi vertidos sobre Tarteso en las fuentes grecolatinas y el opaco rastro arqueológico de violencia, la imagen de unos fenicios comerciantes y unos indígenas hospitalarios y pacíficos, ha calado profundamente en el imaginario colectivo y en la propia investigación científica, hasta el punto de convertirse en un argumento de autoridad. De hecho, una revisión historiográfica permite contemplar la escasa o nula atención que ha recibido el conflicto y la violencia en la cultura tartesia, más allá de la simple referencia a una potencial tensión con los recién llegados o a los habituales análisis cronotipológicos y funcionales de su panoplia, salvando unas pocas excepciones. La narrativa tradicional asume sin discusión la escasez de armas, afianzando en el tiempo el consenso general de un momento histórico de convivencia y prosperidad mutua, si bien desigual, la culminación de lo que ha sido llamado alguna vez “pax tartesia”. Y hay parte de verdad en el hecho de que existió un beneficio socioeconómico recíproco y un período de estabilidad generalizada, lo que condujo a que la regulación pacífica pudiera ser el modo habitual de gestión de la conflictividad. Pero, ¿sin resistencias?
Finalistas del VI Concurso de Microensayo Histórico Desperta Ferro
El destino del Gulnare
por Eduardo Casas Herrer
El último coletazo de la Primera Guerra Carlista en el frente valenciano y aragonés lo constituyó la captura del Gulnare, un barco contratado por el caudillo Ramón Cabrera para traer ocho mil fusiles a España que podrían dar la vuelta a la contienda. Conocido el dato por los liberales, dos faluchos guardacostas de la Real Hacienda lo estaban esperando. Lo capturaron el 7 de febrero de 1839 y llegaron con él a Barcelona a los cuatro días. Hasta ahora, ahí se perdía la pista. El hallazgo de nuevos documentos han permitido saber qué pasó después: el capitán y el piloto, que afrontaban una pena de hasta diez años de prisión en el correspondiente juicio, fueron finalmente absueltos por no estar España en guerra con Inglaterra, mientras que el barco, que se declaró presa buena, fue vendido en pública subasta el 14 de diciembre de 1840 con sus velas y aparejos. Los fusiles se entregaron al Ejército mientras que los cajones que los transportaban también fueron rematados en el puerto de Barcelona. Así acabó este epílogo a aquel sangriento conflicto.
El paradigma del suceso desencadenante. Su influencia en el dominio cognitivo, un enfoque sociológico
por Julio Granizo Romero
“Nada de cuanto puede lograr la voluntad humana quedó sin probar”, con estas palabras retrata Apiano el horror de las guerras mitridáticas, sin embargo pocas veces se logra desentrañar cómo un conflicto logra derivar en tales cotas de salvajismo. Quizás acontecimientos como las Vísperas Asiáticas (88 a.C.), los desastres atenienses en Sicilia y Eubea durante la guerra del Peloponeso, entre una infinidad de ellos, nos permitan discernir las causas de un uso a menudo desproporcionado de la violencia que produce la ruptura total con los modos de hacer la guerra aproximándola a su idea absoluta, además de proporcionarnos una respuesta plausible acerca de los motivos más determinantes por los que se ganan, se alargan y se pierden las guerras.
El ansia de trascender: los petroglifos podomorfos
por Elisa Rivero
Hay algo atávico, un extraño placer en dejar huella. Lo hacen ahora los niños en el cemento fresco igual que antaño lo hacían los neandertales en sus cuevas de arcilla. Quizás es esa ansia tan humana de trascender… o un simple juego. Lo cierto es que las marcas de pies, más específicamente los grabados, llamados petroglifos podomorfos, son un fenómeno global en el espacio y el tiempo. Se sabe que llevamos ejecutando grabados de pies desde, al menos, el Neolítico, como evidencian un par de podomorfos esculpidos en un ortostato del dolmen de Petit Mont (Arzon, Francia). Durante las edades del Bronce y del Hierro debió de ser una práctica bastante extendida, en especial en el occidente europeo. Abundan en castros, estelas y multitud de lajas al aire libre. También aparecen en templos romanos y, más tarde, en estelas medievales.
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