Importación de cerámica en Asturias siglos XIII y XVIII

Fig.1. Cerámica importada en Asturias, siglos XIII-XVIII (Busto 2024: 460, Fig. 697).

Asturias, ubicada en el norte de la península ibérica, a menudo ha sido vista como una región relativamente aislada debido a su geografía montañosa y su posición entre el mar Cantábrico y la meseta Norte. Sin embargo, el análisis detallado de la cerámica importada a la región entre los siglos XIII y XVIII revela una realidad diferente. Asturias no solo participó activamente en las redes comerciales de la época, sino que también experimentó transformaciones significativas en su consumo, como lo demuestra el estudio de más de 3.000 piezas cerámicas halladas en contextos arqueológicos de la región.

El estudio de la cerámica importada en Asturias durante los siglos XIII al XVIII permite comprender las dinámicas comerciales, sociales y económicas de la región en ese periodo. Aunque situada lejos de los principales centros urbanos y comerciales, Asturias participaba activamente en los circuitos de intercambio que conectaban la península ibérica con Europa y el resto de los continentes.

Esta investigación se basa en el análisis de 3.151 piezas cerámicas, mayoritariamente halladas en contextos arqueológicos de Asturias. Estas cerámicas, provenientes de regiones tan diversas como Sevilla, Talavera, los Países Bajos, Francia, Portugal, Italia y hasta China y México, evidencian el alcance y la complejidad de los intercambios. Mediante una metodología exhaustiva, que incluye bases de datos, sistemas de información geográfica y un catálogo razonado, se ha logrado clasificar y analizar las cerámicas, permitiendo trazar un mapa del comercio y el consumo en Asturias a lo largo de cinco siglos.

Periodización del consumo cerámico

Este estudio, que abarca más de quinientos años, proporciona una visión profunda de la evolución del comercio de cerámica en Asturias. Desde la Baja Edad Media hasta el final de la Edad Moderna, la región estuvo conectada con diversos centros de producción cerámica en la península ibérica, Europa, Asia y América. A través del análisis de estas piezas, se identificaron 18 regiones de procedencia, lo que permitió reconstruir la historia del comercio cerámico en la región y su impacto en la vida cotidiana de sus habitantes.

El análisis cronológico del material cerámico ha permitido dividir el estudio en cinco periodos: siglos XIII-XIV, siglo XV, siglo XVI, siglo XVII y siglo XVIII. Cada uno de estos periodos refleja las fluctuaciones en el comercio cerámico, que responden tanto a los cambios en la producción como a las transformaciones políticas y económicas que experimenta Asturias y Europa.

El análisis cronológico de la cerámica importada muestra cómo el consumo de estos bienes reflejaba los cambios en las redes comerciales y los eventos históricos. La distribución de las piezas estudiadas se organiza del siguiente modo: siglos XIII-XIV (4,58% del total de piezas), siglo XV (3,38%), siglo XVI (15,77%), siglo XVII (54,62%) y siglo XVIII (21,65%). Estos porcentajes indican un incremento notable en la importación de cerámica durante el siglo XVII, seguido de una contracción en el siglo XVIII.

Durante la Baja Edad Media, las cerámicas francesas dominaban el mercado asturiano. Sin embargo, en el siglo XV, comienzan a decaer, coincidiendo con el ascenso de las importaciones desde Sevilla. Será en el siglo XVI cuando las producciones sevillanas alcancen su máximo apogeo en la región, inundando los mercados asturianos. En paralelo, las cerámicas italianas, especialmente entre las clases más adineradas, también alcanzan cierta popularidad.

El siglo XVII marca un cambio significativo, con la entrada en escena de las cerámicas de los Países Bajos y Talavera de la Reina, relegando a las producciones sevillanas a un segundo plano. Este periodo destaca por la diversidad de procedencias de las cerámicas, que además de los mencionados Países Bajos y Talavera, incluye piezas de Portugal, Inglaterra, Alemania y el País Vasco. Sin embargo, este esplendor no se mantiene en el siglo XVIII, cuando el mercado cerámico se contrae significativamente, centrando las importaciones en producciones peninsulares, especialmente de Sevilla y la meseta.

Importación de cerámica Asturias - arqueología

Fig. 2. Consumo de cerámica importada en el siglo XV. A: Porcentaje de las producciones cerámicas según los núcleos de consumo. B: Lugares de proveniencia de la cerámica importada. C: Tipologías más comunes entre la cerámica importada. D: Porcentajes de consumo cerámico según su ámbito (Busto 2024: 416, Fig. 680).

Centros de producción y distribución

El análisis de las piezas muestra que los centros de producción más importantes para Asturias fueron, en primer lugar, Sevilla y Talavera de la Reina. Estos talleres, entre los más destacados de Europa en la Edad Moderna, representan el 21,53% y 13,32% del total de la muestra respectivamente. Les siguen los Países Bajos (12,38%), Portugal (10,33%) y Francia (7,15%), con una presencia significativa. Otras procedencias incluyen Inglaterra, Italia, Alemania y, en menor medida, China y México, cuyas piezas, aunque escasas, son de gran interés por su exotismo.

Los núcleos de consumo y hallazgo de estas cerámicas en Asturias están concentrados principalmente en Oviedo, que aporta el 60,29% del material cerámico analizado. Otros centros importantes son Gijón y Avilés, con menores porcentajes. Estos datos reflejan no solo la distribución de la población y la actividad económica en la región, sino también las rutas comerciales y los puntos de entrada de estos productos.

Tipologías cerámicas importadas a Asturias del siglo XVI

Fig. 3. Tipologías cerámicas importadas a Asturias más representativas del siglo XVI (Busto 2024: 427, Fig. 686).

Funciones y usos de la cerámica importada

La mayoría de las cerámicas importadas en Asturias durante este periodo estaban destinadas al consumo y servicio de alimentos. El estudio de los grupos funcionales de las piezas revela que la mayoría de la cerámica importada estaba destinada al consumo y servicio de alimentos sólidos y líquidos. Platos, cuencos y escudillas, que representan el 59,93% de las piezas, dominaban las mesas asturianas, mientras que las botijuelas, utilizadas para el transporte de mercancías como vino y aceite, constituían un 9,89%. Otros usos, como el consumo de tabaco (7,43%), la preparación de alimentos (2,57%) y el uso arquitectónico (1,18%), también estuvieron presentes, aunque en menor medida.

Los platos, cuencos y escudillas representan el 59,93% del total de las piezas, seguidos por el 17,03% dedicados al consumo de alimentos líquidos. Estas cerámicas compartían espacio en las mesas asturianas con las piezas dedicadas al transporte y almacenamiento, que constituyen el 9,89% del total, y las empleadas en el consumo de tabaco, que alcanzan el 7,43%.

El análisis de estas funciones permite entender no solo los patrones de consumo, sino también la jerarquía social y la adopción de modas y gustos provenientes de otras regiones. Las cerámicas importadas se convertían en símbolos de estatus y sofisticación, especialmente entre las clases emergentes de la sociedad asturiana.

Tipologías cerámicas importadas a Asturias más representativas del siglo XVII

Fig. 4. Tipologías cerámicas importadas a Asturias más representativas del siglo XVII (Busto 2024: 441, Fig. 689).

Factores políticos y económicos

Las fluctuaciones en la presencia de cerámica importada en Asturias están estrechamente vinculadas a los eventos políticos y económicos que afectan a la región y a Europa en general. El auge y caída de los centros productores reflejan no solo las transformaciones en la demanda, sino también los cambios en las rutas comerciales y las relaciones entre Asturias y el resto del continente.

En la Baja Edad Media, las guerras y conflictos entre Francia y otras potencias europeas influyeron en la disminución de las importaciones francesas, mientras que el auge del comercio sevillano en el siglo XVI se explica en parte por la expansión de la corona castellana y su control sobre las rutas marítimas. Por otro lado, el declive de las importaciones cerámicas europeas en el siglo XVIII puede estar relacionado con la competencia de las nuevas producciones industriales y la creciente autosuficiencia de las cerámicas peninsulares, junto con un empobrecimiento de la región asturiana.

El consumo de cerámica importada no solo fue un reflejo de las redes comerciales, sino también de los cambios sociales en Asturias. Durante la Edad Media y Moderna, la cerámica fue un símbolo de estatus y diferenciación social. Mientras que las élites aristocráticas y religiosas poseían piezas más lujosas, las clases medias emergentes también aspiraban a consumir cerámica de calidad. Esta demanda impulsó la importación de cerámica desde los principales centros productores europeos y peninsulares.

Asturias, aunque contaba con su propia producción cerámica en lugares como Faro de Limanes y Miranda de Avilés, no pudo competir con la calidad y el prestigio de las cerámicas importadas. Estos talleres locales incluso intentaron imitar las formas y decoraciones de los centros más destacados, pero la preferencia por la cerámica importada prevaleció entre las clases medias y altas de la región.

Conclusiones

La cerámica, en su fragilidad y durabilidad, se convierte así en un testigo silencioso de los contactos entre Asturias y el mundo, un reflejo de cómo las dinámicas globales afectaron a esta región aparentemente periférica. Este trabajo, lejos de agotar el tema, abre nuevas vías para futuras investigaciones sobre el comercio, el consumo y la sociedad en la Asturias medieval y moderna.

Este estudio ha demostrado que, lejos de ser una región aislada, Asturias estuvo plenamente integrada en las redes comerciales que unían Europa y el resto del mundo. La cerámica importada en Asturias entre los siglos XIII y XVIII no solo refleja los gustos y necesidades de su población, sino también su capacidad para adaptarse a los cambios políticos, económicos y sociales de la época.

Uno de los aspectos más fascinantes de este estudio es cómo la cerámica importada refleja los cambios en el panorama político y económico de Europa. Durante la Baja Edad Media, las cerámicas francesas dominaban el mercado asturiano, pero a partir del siglo XV, las importaciones sevillanas comenzaron a ganar terreno. El siglo XVI vio el auge definitivo de la cerámica de Sevilla, que inundó los mercados asturianos, mientras que las producciones italianas competían en las mesas de las clases adineradas.

Sin embargo, en el siglo XVII, la hegemonía sevillana fue reemplazada por las cerámicas de los Países Bajos y Talavera de la Reina, marcando una diversificación en las importaciones. Esta diversificación alcanzó su apogeo en el siglo XVII, cuando la variedad de piezas importadas en Asturias no tuvo precedentes. Pero este esplendor fue efímero, ya que en el siglo XVIII las importaciones europeas disminuyeron drásticamente, y el mercado se concentró nuevamente en las producciones peninsulares, especialmente las de Sevilla y Castilla.

Evolución del consumo de cerámica importada en Asturias, siglos XIII-XVIII

Fig. 5. Evolución del consumo de cerámica importada en Asturias, siglos XIII-XVIII (Busto 2024: 457, Fig. 696).

A través del análisis ceramológico, se ha logrado reconstruir una parte de la historia de Asturias y sus conexiones con otras regiones, ofreciendo una visión más completa de la evolución de esta sociedad. Este trabajo no solo aporta nuevos conocimientos sobre la cerámica medieval y moderna en Asturias, sino que también sienta las bases para futuras investigaciones en este campo.

La cerámica, como objeto cotidiano y duradero, se convierte así en un testimonio clave para entender las dinámicas de una sociedad en constante cambio, y su estudio permite arrojar luz sobre los intercambios comerciales y culturales que definieron la Europa de la Baja Edad Media y la Edad Moderna.

Este estudio ha demostrado que la cerámica importada a Asturias entre los siglos XIII y XVIII no solo es un testimonio del comercio y las redes de intercambio en Europa y más allá, sino también un indicador crucial de cambios en la región. A través del análisis de estas piezas, se ha obtenido una visión más rica y compleja de la historia asturiana, una historia que se entrelaza con la de muchas otras regiones y culturas.

Bibliografía

  • Busto Zapico, M. (2024). Cerámica importada en Asturias entre los siglos XIII y XVIII. Un análisis arqueológico. Madrid: Editorial UNED.

Fundación Palarq

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