En este momento de especulaciones, a tan sólo unas horas de su fallecimiento (23 de agosto, 2023), las voces dispares de los analistas se han agrupado básicamente en dos bloques, unos (los menos) que, cayendo en teorías conspiranoicas (difíciles de mantener con el paso del tiempo) aseguran que Prigozhin sigue vivo y que puede estar en otro país bajo identidad falsa, y, otros, los que dan por hecho su desaparición en firme.
Y junto a estos últimos los miembros y partidarios de Wagner que piden explicaciones sobre las causas del accidente al Kremlin, bajo acusaciones de su posible participación en un atentado provocador del accidente, junto a amenazas de represalia, caso de confirmarse tal hipótesis, lo que es negado por Putin en los medios de comunicación oficiales (así como que hubieran recibido financiación estatal; lo que no es verdad) afirmando, al tiempo de sus condolencias a las familias de los fallecidos, que se abrirá una investigación sobre el accidente (investigación que Putin anuncia que será larga, lo que le dará tiempo para organizar los cambios en Wagner), investigación en la que muchos rusos, ni Wagner, confían; asimismo, muchas de las reacciones internacionales, que se han sumado a la posible participación de Putin/Kremlin en el mismo, EEUU y afines entre ellos, creen en lo afirmado.
En principio, salvo algunos casos, son análisis más dedicados a los hechos (causas del accidente, lugar, tipo de avión privado, fallecidos…) que a sus efectos o consecuencias a corto y medio plazo (estado de sus fuerzas ante la falta de su líder, continuidad de la marca Wagner, posible nueva plana mayor, relaciones con el Kremlin…).
El futuro de Wagner tras la muerte de Prigozhin
En ese camino, en ambos casos, la no desaparición y el si de la desaparición de Prigozhin, cabe preguntarse en concreto quien será su posible sustituto, y cómo afectaran tales hechos a las fuerzas de Wagner, en especial a aquellas presentes en África (el último bastión operativo y de obtención importante de ingresos que Prigozhin visitó) cara a la posible próxima guerra en Níger.
En Ucrania, parece garantizada su continuidad bajo su aproximación a las fuerzas militares o bien unidas por contrato a alguna de las milicias militares privadas rusas de entidad inferior a Wagner (que no son pocas: Patriot, Redut, Cosacos, Slavonik Corps, Oprichnik, RSB-Group, ATK Group, E.N.O.T, Centre R, MS Group…), o, en su caso, abandonando Bielorrusia diluidas mediante su licenciamiento (hay que tener en cuenta que a estas fuerzas les fueron retiradas las armas pesadas).
Pero antes resulta necesario acudir brevemente a su biografía para comprender, tanto su presencia y su forma de actuar en África, como el posible futuro de sus fuerzas en el continente tras la desaparición de su liderazgo.
Yevgueni Viktorovich Prigozhin (1961, en Leningrado-2023, en Kuzhénkino), oligarca multimillonario ruso gracias a sus contactos con la comunidad empresarial rusa, con la élite política y, fundamentalmente, gracias a su amistad con Putin (quien reconoció que su labor ha sido, cumpliendo con todos los objetivos, una importante contribución a la política exterior rusa, y le definió en consecuencia, a pesar de todo, como «un hombre con talento que cometió errores»).
A pesar de sus estudios universitarios no completados (en química y farmacéutica), tras su inicio como delincuente (en prisión desde 1990 por delitos de robo) y trabajar de vendedor de perritos calientes, creo una cadena de restaurantes (empresa de cáterin Concord) en San Petersburgo a los que Putin llevaba a mandatarios extranjeros. Momento en el que se ganó el apodo de «chef o cocinero de Putin» avanzando en actividades ilegales, entre ellas las desarrolladas con su propia agencia de información (Internet Research Agency) y su agencia de noticias (RIA Fan), así como con el grupo mercenario Wagner (desde Siria. donde adquirió experiencia de combate, a África); grupo, creado en 2014, que fue entrenado en el sur de Rusia por el GRU, los servicios de inteligencia militares rusos (no extraña entonces que su segundo, también fallecido en el accidente, fuera Dmtri Utkin, antiguo agente del servicio de inteligencia del ejército).
Tampoco hay que dejar de considerar al resto de los fallecidos integrantes de la cúpula de Wagner, plana mayor de Prigozhin (entre ellos, Valeri Chekálov, responsable de la logística de Wagner) por cuanto su desaparición junto a su líder ahonda más en la idea de una actividad encubierta.
En cierta forma, se puede considerar que Prigozhin fue un captado por Vladimir Putin como agente al viejo estilo de la KGB para así aprovechar sus contactos y actividades; un agente que, a golpe de privilegios ganados por su importante funcionalidad, creyó, por un momento, ser libre y estar por encima de su captador, olvidando en consecuencia, las formas antiguas de actuación del KGB sobre aquellos que traspasaban las líneas rojas de disciplina y lealtad establecida para los agentes: eliminaciones físicas de espías y disidentes, y claro, de los traidores.
En ese marco se puede entonces integrar su fallecimiento tras la traición a Putin que supuso la marcha de rebeldía (de la justicia) de Wagner hacia Moscú el 23 y 24 de junio de 2023, protestando por el bombardeo a sus fuerzas en Ucrania (marcha paralizada el 24 tras acuerdo con Putin de marchar a Bielorrusia), no estar de acuerdo con el Ministerio de Defensa en cuanto a su estrategia en Ucrania y la falta de municiones; protesta, wagnerada, como la consideran muchos, posible causa del accidente aéreo que ha acabado con su vida (desde la protesta se le citaba ya como ´muerto andante`).
Lo que en cierta forma supone un triunfo para Putin al servir de aviso a todos aquellos que quisieran seguir el mismo camino de Prigozhin (se sabe que Putin no perdona a nadie que se le oponga), poniendo nerviosos a líderes políticos y militares, sobre todo a aquellos que tuvieron amistad a proximidad con el líder de Wagner (como, por ejemplo, el general Serguei Surovikin, actualmente destituido y que estaba en paradero desconocido desde la protesta).
Las operaciones de Wagner en África
En África, Prigozhin, con una extensa presencia, llegó a contar con efectivos desplegados en Mali (donde el Ejercito a poyado por Wagner está ocupando ahora las bases de la OTAN ante la marcha de sus fuerzas), Sudán, la República Centroafricana y Libia, pudiendo mantener operaciones en la República Democrática del Congo, Camerún, Madagascar, Mozambique, Burkina Faso, Zimbabue, Angola y Esuatini.
Un ejército privado a la sombra, operando, fuera de las leyes establecidas, en guerras híbridas, con unos efectivos, que, formaban parte, no sólo de sus operaciones militares, sino también de un complejo entramado económico con empresas reales y algunas falsas, complejo creado y dirigido por Prigozhin, sirviendo a los intereses e influencias rusos en el continente africano, a aquellos de los países africanos que le paguen, a las necesidades de logística militar de Wagner, amén de a sus propios intereses.
Con esos objetivos, sus formas de actuar siguieron un camino general pautado aunque siempre adaptado a las peculiaridades de cada país; así, en unos casos ofrecía protección a la explotación de recursos primarios (minerales preciosos: oro y diamantes, petróleo, madera, producciones agrícolas y ganaderas, …), ayuda para resolver problemas internos (a veces a petición ante la lentitud e inoperatividad de la UA, la ONU y demás fuerzas foráneas), incluso dar respuesta a la violencia yihadista u otra, siempre, en todo caso, a cambio, como pago, de concesiones mineras u otras de las que se encargaban algunas de las empresas ligadas a Wagner; estando dispuesto para ello a realizar el trabajo sucio de los contratantes (por ello son acusados de ejecuciones sumarias, torturas, asesinatos, violaciones…).
De momento, algunos dirigentes africanos que estaban en contacto con Prigozhin, han lamentado su fallecimiento, pero no han apuntado nada respecto a no seguir con los acuerdos establecidos con su organización dado que consideran su presencia necesaria para atender a su seguridad y combatir de manera efectiva (legal o ilegal) contra todo tipo de violencia, incluyendo en ella la yihadista (violencia que está comenzando a aparecer en Níger con la amenaza de guerra de la CDEAO).
Así, las preguntas a encajar con el fallecimiento de Prigozhin, aún sin respuesta clara, se orientan hacia los efectos, planteando las siguientes cuestiones:
- ¿Wagner cambiará de nombre y de dirección (mas cercana a Putin)?
- ¿Las fuerzas Wagnerianas se integrarán en algunas de las otras milicias privadas rusas?
- ¿Quién será el nuevo líder y quienes integrarán la nueva plana mayor?
- ¿Qué condiciones ha de cumplir tal líder (leal a Putin, con contactos en el GRU…)?
- ¿Caso de seguir con su organización original seguirán desplegadas en el continente africano cumpliendo sus objetivos contractuales o bien desaparecerían sus actuales funciones?
- ¿Pasarán a depender del ejército ruso?
- ¿Se pasaría entonces de la diplomacia irregular mantenida hasta ahora a una diplomacia más regularizada?
De todas formas, en definitiva, es pronto aún para anunciar que las que las fuerzas de Wagner han quedado como pollo sin cabeza, o que han sido colocadas en una situación de jaque mate (lo que si querrían las fuerzas occidentales y las de la CDEAO cara a su posible intervención en Níger, teniendo en contra, al lado de las fuerzas nigerinas, las de Mali, con fuerzas de Wagner desplegadas en el país, y Burkina Faso), dado que, en principio, hay que tener en cuenta lo siguiente, al menos a corto plazo:
- Que hacer con Wagner en aquellos países africanos que, incluso en la actualidad, a menos de 24 horas, están manifestándose propiciando la salida de las fuerzas francesas (y de su embajador en Níger) y otras occidentales, pidiendo a su vez la intervención rusa, confundiendo a tales fuerzas con las militares rusas.
- Unas fuerzas, en principio, convencidas de la intervención del Kremlin en la muerte de Prigozhin, y que están vertiendo amenazas de represalia a Putin si se demostrara la misma.
- Fuerzas que saben, por Prigozhin, que el Ejército ruso y el Kremlin no querían que existieran y que han escapado a todas las posibles represalias debidas a la ´marcha de la rebeldía`.
- Unas fuerzas que se apoyan en las múltiples empresas de Wagner en el continente africano, por lo que la compra de armas y su logística no sufriría con una previsible falta de apoyo de las fuerzas armadas rusas.
- Empresas que continuarán estando presentes como respaldo a las fuerzas wagnerianas por ser de interés ruso.
- Fuerzas que cuentan con una tropa y mandos seguidores a ultranza de Prigozhin y con un líder fuerte en la región saheliana, Dimitri Styyi, reconocido por todos como tal.
- Por otra parte, hay que contar con las dificultades de Putin, si desprecia a Wagner cambiando su nombre, uniendo sus fuerzas a otra milicia privada o imponiendo su líder, para evitar la caída de la influencia rusa en el continente africano en la actual guerra fría, alterando en su contra la misma, empujándola al tiempo a favor presumiblemente de China.
- Putin pues, precisa de tales fuerzas como herramienta importante para mantener los contratos establecidos con los dirigentes de los países en los que Wagner esta presente o ejerciendo su influencia.
- Así pues, aunque si Wagner desapareciera de nombre sus fuerzas desplegadas en África seguirían estando presentes, aunque actuarían bajo una estrategia más próxima al Kremlin dado los intereses rusos a mantener.
- Y qué pasará al fin con las fuerzas de Wagner presentes desde 2018 en el conflicto de Libia al lado del general Hafter.
A la vista de lo expuesto es pronto aún para anunciar dificultades en Wagner y en su entorno y, sobre todo, poner en duda la solidez de su presencia en África. Habrá que esperar a ver con claridad los pasos a seguir por Putin y la respuesta a ellos de los mercenarios, para poder salir de la gran cantidad de opiniones y especulaciones que circulan en los medios de comunicación, tales como que la solidez de Wagner se está poniendo a prueba, junto a afirmaciones con seguridad, casi incuestionable, de opciones tales como la integración automática de las fuerzas africanas de Wagner en las fuerzas armadas rusas (no sin dificultades ya que Wagner no tiene existencia legal formal en Rusia), su desplazamiento a Bielorrusia (dejando un vacío inadmisible para el Kremlin en África) o la desvinculación de Wagner (también inadmisible en el momento actual), afirmaciones en contra de aquellos que suponen que, de momento, nada cambiará para Wagner en el continente africano (lo más previsible de momento), habida cuenta los beneficios de influencia y económicos para Rusia y aquellos de seguridad para los regímenes africanos que les contratan (Sudán desde 2017 junto a la República Centroafricana, Libia desde 2018, Mozambique desde 2019…) y que, por tanto, continuará actuando de la misma forma, con la misma libertad de acción, que antes de la desaparición de su líder, alejándose así de aquellos que ya hablan de fracaso ruso en el Sahel y en el resto del continente africano.
Por último, en cuanto a Prigozhin, de cara al futuro, fuera del más inmediato, posiblemente quedará, más adelante, en el olvido a pesar de que una parte de la sociedad rusa le esté calificando, desde antes de su fallecimiento, de patriota, de héroe, de posible punta de lanza para el cambio futuro en Rusia, y se le esté ensalzando con altares llenos de flores en diversas localidades rusas…. Olvido que ya ha comenzado en varios de los medios de comunicación oficiales rusos y que será aún más contundente si desapareciera Putin.
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