Antikythera Indiana Jones

El mecanismo astronómico descubierto en Antikythera que inspiró la creación del Dial del destino, el artefacto que aparece en la última película de Indiana Jones. En el Museo Arqueológico Nacional, Atenas, Grecia. Fuente: Wikimedia Commons.

Es esta la primera de las películas del Dr. Jones que se basa en un objeto realmente mítico para los estudiosos del pasado. Es uno de los unicornios rosas de la Arqueología. Y es que el mecanismo de Antikythera quizás no permite viajar al pasado en el sentido literal, como se representa en el film, pero sin ninguna duda nos permite una aproximación única a las tecnologías complejas del pasado grecorromano. Unas tecnologías que mediante mecanismos de relojería permitían cálculos tan complejos como la posición exacta de los astros en el firmamento, y la fecha de los eclipses lunares y solares.

Valga así, como una hermosa metáfora, la transmutación del mecanismo de Antikythera en el Dial del tiempo.

Antikythera es una pequeña isla remota que actualmente tiene 44 habitantes y pertenece al municipio de Kythera, situada entre el extremo occidental de Creta y el Peloponeso. En la primavera del año 1900, dos barcas procedentes de Symi fondearon en la costa este de Antikythera. El pescador de esponjas Ilias Stadiatis encontró allí, entre 42 y 50 metros de profundidad, el brazo de una estatua de bronce. El capitán avisó a las autoridades, que enviaron las naves Mykali, Syros y Aigialeia. Los buzos trabajaron en turnos de diez minutos, compartiendo un solo vestido y un solo casco. A pesar del corto tiempo de estancia en el fondo, la gran profundidad causó la muerte de uno de los buzos y dos más terminaron con graves secuelas. Estuvieron trabajando hasta septiembre de 1901 y recuperaron estatuas de mármol y de bronce, vajilla de vidrio, ánforas rodias, lucernas, joyas y monedas, que se llevaron al Museo Nacional de Atenas.

Se sabe que, en esta expedición, muchos objetos que estaban recubiertos de concreciones marinas, fueron descartados como piedras y se volvieron a lanzar al mar. Los arqueólogos subacuáticos sabemos hasta qué punto los objetos sumergidos se transforman profundamente bajo el agua hasta devenir absolutamente irreconocibles, porque quedan cubiertos por los restos de las algas y animales marinos que se instalan en seguida sobre cualquier superficie fija. En esto, hay que decir que la imagen del pecio que ofrece la película tiene poco que ver con la del pecio real.

Se supone que en Antikythera naufragó una ὀλκὰς (en latín, una navis oneraria) de unas 300 toneladas de desplazamiento y hasta 50 metros de eslora, enorme para la época, que transportaba obras de arte y objetos lujosos desde Rodas hacia Roma, alrededor del 60 a.C. Otra teoría considera que se trata del botín de un saqueo, destinado a ser mostrado en las celebraciones del triunfo de Cayo Julio César.

Antikythera: un calculador astronómico

Entre los objetos recuperados en 1901, destacan los restos de un mecanismo construido con ruedas dentadas, que aumenta todavía la excepcionalidad del yacimiento: un calculador astronómico, el único de la antigüedad hallado hasta el momento. El 17 de noviembre de 1902, Valerios Stais, examinando lo que parecía una piedra, se dio cuenta de que contenía engranajes. Desde entonces, la  máquina ha sido objeto de estudio y de atención de los arqueólogos hasta hoy, a medida que se han identificado nuevos fragmentos. Desde 2014 ha regresado la exploración del fondo marino con nuevas campañas.

El calculador astronómico de Antikythera era un mecanismo formado por un mínimo de treinta ruedecillas de bronce dentadas, contenido en una caja de madera que se ha conservado en buena parte. La parte trasera contenía las instrucciones, en griego. Se conservan 82 fragmentos, de los que siete contienen todos los mecanismos y la mayoría de las inscripciones, aunque hay 16 más con inscripciones, todas en griego.

En la cara frontal había un dial fijo con la eclíptica, dividido en doce sectores para los doce símbolos del zodíaco: ΚΡIOΣ (Aries), ΤΑΥΡΟΣ (Tauro), ΔIΔΥΜΟΙ (Géminis), ΚΑΡΚIΝΟΣ (Cáncer), ΛEΩΝ (Leo), ΠΑΡΘEΝΟΣ (Virgo), ΧΗΛΑΙ (Libra), ΣΚΟΡΠΙΟΣ (Escorpio), ΤΟΞΩΤΗΣ (Sagitario), ΑIΓOΚΕΡΩΣ (Capricornio), YΔΡΟΚΟΟΣ (Acuario) y IΧΘΕIΣ (Piscis). A su alrededor  giraba un dial móvil con los 365 días del calendario Sotíaco egipcio, con los meses: ΘΟΘ, ΦΑΩΦΙ, ΑΟΤΡ, ΧΟΙΑΚ, ΤΥΒΙ, ΜΕΧΕΙΡ, ΦΑΜΕΝΩΘ, ΦΑΡΜΟΥΘΙ, ΠΑΧΩΝ, ΠΑΥΝΙ, ΕΠΙΦΙ, ΜΕΣΟΡΗ y ΕΠ.

Se supone que se disponía de una tabla adicional para fijar el año, y después se movía el dial exterior hasta la fecha, lo que calculaba simultáneamente la posición del sol, de la luna, la fase de la luna, los eclipses y, probablemente, la posición de los cinco planetas conocidos por los antiguos griegos. En la cara trasera tenía cinco diales más, los de los ciclos Metónico, Saros, Calíptico y Exegilmos, que sirven para calcular los eclipses, y un quinto, el Olímpico, que permitía calcular la fecha de los Juegos Panhelénicos: ΙΣΘΜΙΑ (Corinto), ΟΛΥΜΠΙΑ (Olimpia), ΠΥΘΙΑ (Delfos), ΝΕΜΕΑ, NAA (se supone que es Dodona) y un sexto lugar indescifrado.  El puntero del dial Metónico señalaba los meses del calendario corintio: ΦΟΙΝΙΚΑΙΟΣ, ΚΡΑΝΕΙΟΣ, ΛΑΝΟΤΡΟΠΙΟΣ, ΜΑΧΑΝΕΥΣ, ΔΩΔΕΚΑΤΕΥΣ, ΕΥΚΛΕΙΟΣ, ΑΡΤΕΜΙΣΙΟΣ, ΨΥΔΡΕΥΣ, ΓΑΜΕΙΛΙΟΣ, ΑΓΡΙΑΝΙΟΣ, ΠΑΝΑΜΟΣ y ΑΠΕΛΛΑΙΟΣ.

Se trata de un objeto único y muy sofisticado, que no fue igualado hasta los relojes astronómicos del siglo XIV. Se le ha considerado como el ordenador más antiguo conocido. Funciona según métodos aritméticos de origen babilonio y no aprovecha los conocimientos trigonométricos que ya tenían los griegos. Se cree que fue construido bastantes años antes del naufragio, según unos autores a finales del siglo II a. C. y según otros en el 205 a. C., y se cree que su origen es Corinto. Nada lo relaciona con Siracusa y su gran sabio Arquímedes, pero algunas fuentes clásicas nos cuentan que Arquímedes inventó un artilugio de este tipo.

Todos los fragmentos del mecanismo han sido digitalizados en 3D de alta resolución y se pueden estudiar desde casa. Incluso es posible imprimirlos en tres dimensiones, con la colaboración de Hewlett Packard.

Cousteau revisitó el lugar del naufragio en 1953 y 1976, cuando rodó el capítulo de la su Odisea particular Diving for Roman Plunder / Le Butin de Pergame sauvé des eaux, y demostró que el yacimiento tenía aún mucho potencial.

Antikythera Indiana Jones

Reconstrucción del mecanismo astronómico Antikythera. Fuente: Wikimedia Commons.

Tecnología actual para estudiar la tecnología antigua

Aunque parezca mentira, el estudio científico del pecio no empezó hasta 2014, de la mano del Eforato de Antigüedades Subacuáticas del Ministerio de Cultura Helénico y la Woods Hole Oceanographic Institution. Aplicando las tecnologías más avanzadas, ya en el primer año se levantó la topografía tridimensional del sector, determinando que el pecio era mayor de lo que pensaban los pescadores de esponjas de 1901, y recuperando nuevos fragmentos de estatuas y otras maravillas.

Además de la modelización del yacimiento en 3D y de la aplicación de sensores de campo magnético que permiten localizar fragmentos de estatua y otros objetos metálicos dispersos, la principal innovación consiste en el uso de un traje rígido capaz de soportar la presión sin transmitirla al ocupante, y de reciclar el aire respirado de manera que es posible pasar unas cuantas horas seguidas trabajando, en lugar de tener que limitarse a visitas de unos pocos minutos seguidas de una descompresión inacabable.

Habrá que agradecer que la despedida de Indiana Jones haya contribuido con tanta eficacia a colocar en el imaginario de la cultura de masas un mecanismo que abre una pequeña ventana al pasado, en la que se vislumbran unos antepasados mucho más sabios y sofisticados de lo que solemos imaginar.

Y quién sabe si en la butaca de algún cine, algún adolescente fascinado habrá encontrado su vocación futura, y terminará siendo un arqueólogo que contribuya a conocer mejor el pasado de la Humanidad.

Etiquetas: , , , ,

Productos relacionados

Artículos relacionados

Contenido patrocinado

Las fíbulas de la «Vacceia», siglos V al I a.C. Diversidad tipológica y composicional

Los oppida, que se distribuían por el Duero medio durante la segunda Edad del Hierro, atesoraron una rica y variada producción broncínea. Las fíbulas, o imperdibles para sujetar la vestimenta, debieron de contar con la estimación de las gentes vacceas como puede deducirse del nutrido conjunto procedente de la Zona Arqueológica Pintia (Padilla de Duero/Peñafiel), uno de los más notables de la península Ibérica. Algunas piezas de esta y otras colecciones han sido analizadas mediante espectrómetro de Fluorescencia de Rayos X (FRX) en el desarrollo de un ambicioso proyecto financiado... (Leer más)
VI Concurso de Microensayo - Finalista

El ansia de trascender: los petroglifos podomorfos

Hay algo atávico, un extraño placer en dejar huella. Lo hacen ahora los niños en el cemento fresco igual que antaño lo hacían los neandertales en sus cuevas de arcilla.... (Leer más)