El Ejército alemán ocupó la ciudad polaca de Łódź el 8 de septiembre de 1939, una semana después de que se iniciase la invasión de Polonia y, con ella, la Segunda Guerra Mundial. Situada a 120 kilómetros al suroeste de Varsovia era la segunda ciudad del país por habitantes (casi 700.000) y la más poderosa económicamente, con una fuerte industria textil que los nazis aprovecharían gracias a mano de obra judía esclava. La renombraron como Litzmannstadt [1] y crearon allí el primer gueto polaco, con la estrecha colaboración del presidente del Judenrat Chaim Rumkowski, que también sería el último en clausurarse y el segundo mayor tras el de la capital. Antes de su creación los judíos padecieron ya la violencia de los ocupantes: grupos de EinsatzKommando [2] con la ayuda de parte de la minoría alemana, dieron palizas y practicaron torturas. La estrella de David fue obligatoria, se les confiscaron bienes arbitrariamente y se les prohibió acudir a las sinagogas, viajar en autobuses urbanos y poseer radios o automóviles.
El 10 de diciembre, una circular secreta de Friedrich Uebelhoer, gobernador alemán de la ciudad, se refería al futuro gueto como “un recurso de transición”, porque “el último objetivo tiene que ser quemar por completo este foco de infección”, refiriéndose a la raza judía [3]. En febrero de 1940 se anunció que los judíos de Łódź, unos 160.000 [4] deberían realojarse en una zona aislada en el centro de la ciudad [5], zona que fue clausurada el 1 de mayo con una alta valla rodeada de alambre de espino. Quien fuera detenido en el exterior podía ser fusilado en el acto. La crueldad era extrema y los miércoles, jueves y viernes los Volksdeutsche (miembros de la minoría alemana) protagonizaban los Días Sangrientos, en los que asesinaban a los judíos en sus propios domicilios, implantando un régimen de terror [6].
El «reinado» de Chaim Rumkowski
No había agua ni electricidad y el hambre y las enfermedades diezmaron pronto a sus ocupantes. Los alemanes les suministraban muy pocos alimentos para obligarles a sacar de sus escondites joyas y otros objetos de valor, que se vieron obligados a vender a muy bajo precio para comprar comida. Miembros de la minoría alemana de las zonas aledañas se enriquecieron con este negocio. Ya antes de la creación del gueto, los alemanes instauraron el Consejo Judío (Judenrat), formado por hebreos, y el 13 de octubre de 1939 nombraron presidente a Mordechai Chaim Rumkowski, con la misión de trasladar a la población judía a la zona donde se iba a formar el gueto, que debía tener cierta autonomía, pero siempre bajo las estrictas directrices del Tercer Reich. A Rumkowski se le impartieron instrucciones muy concretas: “Debe usted asegurar el orden, en particular, de la vida económica, la provisión de alimentos, el uso de la mano de obra, la salud pública y el bienestar público. Se le autoriza a adoptar todas las medidas necesarias e impartir todas las instrucciones necesarias para conseguir este objetivo, e implantarlas por medio de la fuerza policial judía que tiene a sus órdenes” [7], cuatrocientos guardias armados con bastones.
Chaim Rumkowski había nacido el 27 de febrero de 1877 en Ilyino, región de Velikoluksky, en el Imperio Ruso, y era corredor de seguros venido a menos que vivía en Łódź desde 1917 y tenía la ciudadanía polaca desde el año siguiente. Era viudo (se casó posteriormente, el 27 de diciembre de 1941, con la abogada Regine Weinberger), dirigió un orfanato entre 1925 y 1939 y gozaba de cierta simpatía por sus obras piadosas, simpatía que acabó pronto. Ególatra y autoritario, ejerció un poder omnímodo sobre sus conciudadanos, hasta el punto de ser conocido como ‘Rey Chaim I’ por su comportamiento absolutista. Hizo gala de una buena capacidad organizativa y administrativa, que convenía a los alemanes. Su eficacia económica explica en gran parte la pervivencia del gueto, primero en abrirse y último en cerrarse.
Se le concedió una autonomía administrativa considerable, siempre que garantizara la producción en las fábricas, básicamente textiles y de las que salían, entre otras cosas, miles de uniformes para el ejército, confeccionados por unos 15.000 sastres que tenían privilegios alimenticios. Rumkowski pactaba con los ocupantes la entrega de judíos no productivos, que se iban a trasladar fuera del gueto para un supuesto reasentamiento en el Este que ocultaba la deportación y el exterminio [8]. Otorgaba licencias de matrimonio o divorcio, sancionaba a los adúlteros, ejercía de rabino principal y dirigía las ceremonias religiosas vistiendo una lujosa túnica. Se desplazaba en ocasiones en una especie de carroza tirada por un asno, estaba rodeado por una corte de aduladores, castigaba a sus oponentes y tejió una amplia red de espías y confidentes.
“Era un tirano, que se comportaba exactamente igual que un führer y dirigía su terror letal contra todo aquel que se atrevía a enfrentarse a sus bajezas”, según Yehuda Leib Gerst, superviviente del gueto. Adam Czerniaköw, líder judío del gueto de Varsovia, lo calificó de “engreído”, “muy dado al autobombo” y “peligroso”. La descripción de Primo Levi, superviviente de Auschwitz y posteriormente escritor (“Era un hombre enérgico, inculto y autoritario”) contrasta en cierto modo con la de Vasili Grossman, que entró con el Ejército Rojo en Łódź y que calificó a Rumkowski de “judío ilustrado y especialista en estadística” [9]. Su gobierno fue calificado de “reino kafkiano”, en el que formó “una gerontocracia poderosa, mientras el resto de la población moría de causas tan naturales como la inanición, la disentería y la tuberculosis” [10].
A los habitantes iniciales del gueto se sumaron pronto judíos de Alemania, como consecuencia de la orden de Adolf Hitler de septiembre de 1941: quería un Reich Judenrein (libre de judíos) de inmediato. La primera deportación, en octubre, incluyó 20.000 judíos de Renania y 5.000 gitanos. De Hamburgo llegó Lucille Eichengreen, de 16 años, que sobreviviría a la deportación a Auschwitz en 1943 y que dedicó posteriormente su vida a dar testimonio del horror [11]. Los recién llegados se adaptaron mal, porque procedían de zonas de mayor nivel económico y porque, en general, no fueron bien recibidos, dado el estado de hacinamiento insoportable que ya se sufría. A pesar de todo se desarrolló en el gueto cierta vida cultural: había teatro, música, moneda oficial, un periódico [12]…
Chaim Rumkowski antes las deportaciones
A finales de 1941 los nazis comenzaron a eliminar a aquellos que calificaban de “bocas inútiles”: ancianos, enfermos y niños que nada aportaban a la producción industrial. Se les dijo que iban a ser trasladados a otros lugares (ellos lo llamaban, con evidente humor negro, recibir “una invitación de boda” [13] pero en realidad les esperaba el campo de exterminio creado en Chelmno, a unos 75 kilómetros al oeste. Allí se acondicionó un viejo caserón como lugar de recepción de los deportados y residencia del personal del campo. El primer grupo incluyó no solo a judíos de Łódź, sino de otras regiones [14].
Los deportados eran traslados en tren a alguna estación cercana a Chelmno, a donde llegaban en camiones para ser trasladados, se les decía, a otro lugar. Obligados a desnudarse para ir a las duchas y a desprenderse de sus pocos objetos valiosos, pero se les conducía a unas camionetas en la que eran encerrados y asesinados por la inhalación de los gases del motor. Se les enterraba en fosas comunes en un bosque situado a cuatro kilómetros. Adolf Eichmann, teniente coronel de la SS y una de las piezas clave del Holocausto, que visitó el campo, describió en el juicio al que fue sometido en Jerusalén el protocolo habitual, del que se confesó horrorizado, sobre todo cuando alguien extraía los dientes a los cadáveres con un alicate. Pretendía justificarse ante los jueces, que finalmente le condenaron a muerte [15]. Chelmno fue el primer campo en el que se utilizaron gases para el exterminio a gran escala y el primero fuera de la URSS donde los judíos fueron asesinados masivamente.
En las deportaciones colaboró Rumkowski. En un famoso discurso del 4 de septiembre de 1942 se dirigió a sus conciudadanos pidiéndoles la entrega de niños, enfermos y ancianos para intentar, según él, impedir una deportación mayor. “Nunca imaginé que me vería obligado a llevar este sacrificio al altar con mis propias manos. En estos años de vejez debo juntar las manos y suplicaros: Hermanos y hermanas: ¡Entregádmelos! Padres y madres, ¡entregadme a vuestros hijos!”. Y más adelante: “En el gueto hay muchos enfermos de los que cabe esperar que vivan tan solo unos pocos días más, quizá unas pocas semanas. No sé si la idea es diabólica o no, pero debo decirlo: Dadme a los enfermos. En su lugar podremos salvar a los sanos”. Pidió a los que solicitaba este inhumano sacrificio que pensarán “con lógica” y se pusieran en su lugar: “Llegaréis a la conclusión de que no puedo proceder de ninguna otra manera” [16]. Los confinados desconocían aún que sus seres queridos iban a ser asesinados, no simplemente trasladados.
Lucille Eichengreen recuerda: “No podía entender cómo alguien podía querer convencer a unos padres de que le diesen a sus hijos”. “La gente gritaba: ¿cómo puedes pedirnos eso? ¿Cómo vamos a hacerlo? Él se limitó a responder: Si no lo hacemos será peor”. Karin, la hermana de Lucille, tenía doce años y el máximo para la deportación era de once, pero aún así se la llevaron a Chelmno, donde murió, a pesar de que Lucille la maquilló para que pareciese mayor. Jacob Zylberstein, de 19 años, que sobrevivió al Holocausto, dijo de Chaim Rumkowski que “era un auténtico cobarde” y que “antes de entregar a los niños tenía que haberse suicidado”. Las escenas fueron trágicas cuando los alemanes y la policía judía detuvieron a los elegidos para la deportación [17]. Josef Zelkowicz escribe en su diario: “No sirve de nada que el niño se aferre con los dos bracitos al cuello de su madre. No sirve de nada que el padre se tire de rodillas, delante del umbral, y brame como un buey moribundo: ‘Solo por encima de mi cadáver os llevaréis a mi hijo’. No sirve de nada que el viejo se agarre con sus manos huesudas a la fría pared y a su cama [diciendo]: ‘Dejadme morir aquí en paz’. No sirve de nada que el enfermo entierre la cabeza enfebrecida en la almohada húmeda y sudorosa y solloce allí las que quizá son sus últimas lágrimas. No sirve de nada. La policía tiene que entregar el pedido”. Los alemanes actuaron con brutalidad y cuando quisieron llevarse a una niña de cuatro años y su madre trató de impedirlo, le dieron tres minutos para entregarla y, al no hacerlo ésta, las mataron a ambas allí mismo.
Sobre la actitud de Chaim Rumkowski se pregunta Laurence Rees, uno de los mayores expertos en el Holocausto: “¿Tenía en su mano alguna alternativa realista que no fuera someterse a las exigencias alemanas? El líder del gueto de Varsovia, Adam Czerniaków, se quitó la vida cuando empezaron las deportaciones, pero esto tampoco sirvió de especial ayuda a los demás judíos” [18].
Rumkowski hizo valer su posición para abusar sexualmente de jóvenes judías, a las que forzaba a convertirse en concubinas. Ellas sabían que solo así podrían salvarse de la deportación. Eichengreen fue una de ellas y relató episodios escabrosos [19]. Todo era conocido en el gueto. “Abusó de las mujeres con impunidad”, escribe Laurence Rees, que asegura que cuando Rumkowski dirigió el orfanato antes de guerra ya hubo rumores sobre algo semejante [20].
En marzo de 1943 los alemanes consideraron que, excepto los 67.000 que permanecían en Łódź, los judíos del Warthegau (parte de la Polonia ocupada la que pertenecía la ciudad y el gueto) habían sido ya eliminados. Cerraron el campo y enviaron al personal a combatir contra los partisanos yugoslavos, pero el cierre fue solo un paréntesis: se reabrió en abril de 1944, volvió el personal y se reanudaron los asesinatos, aunque esta vez los cadáveres se incineraban: se habían construido crematorios. Ahora se trataba de eliminar a todos los judíos del gueto, no solo a los improductivos. Los transportes se reanudaron el 23 de junio de 1944 y en poco menos de un mes habían sido exterminados más de 7.000, cifra que pareció pequeña a los responsables nazis, que comenzaron a sustituir este campo por el de Auschwitz-Birkernau: el gas Zyklon B era más rápido [21].
Los nazis no protegieron a Rumkowski y el fiel servidor también fue deportado junto a su familia y gaseado. Sobre su muerte existen diversas versiones. Según una de ellas su hermano fue elegido para la deportación y Rumkowski, para evitarlo, se subió al tren con él y amenazó con marchar también hacia la muerte, suponiendo que los nazis cederían, cosa que, evidentemente, no hicieron. Otra versión asegura que Chaim Rumkowski estaba en la lista de deportados, aunque trató de evitarlo por todos los medios el industrial alemán Hans Biebow, enriquecido con la mano de obra esclava y que tenía en el director del Judenrat un colaborador esencial. Biebow no pudo evitar que fuera enviado a Auschwitz, pero consiguió que viajase en un vagón especial y no hacinado como los demás. Le entregó una carta destinada al comandante del campo de recepción solicitando trato de favor, pero, en caso de llegar a su destino, la carta no le salvó la vida [22].
La orden de cerrar el gueto la dio Heinrich Himmler el 10 de junio de 1944, cuatro días después del Desembarco de Normandía. El 8º Ejército de la Guardia del general Vasili Chuikov ocupó Łódź el 18 de enero de 1945, cinco días antes de lo previsto, por lo que los alemanes no tuvieron tiempo de destruir la ciudad. En él viajaba Vasi Grossman, que escribió: “Tras la aniquilación final del gueto quedaron allí 850 personas. La entrada de nuestros tanques les salvó la vida” [23].
En cuanto a Chelmno, ante el avance del Ejército Rojo se pretendieron borrar las pruebas del exterminio y se obligó a los judíos supervivientes a desenterrar los cadáveres de los asesinados e incinerarlos. Comenzó a evacuarse el 17 de enero de 1945. “Mientras tanto, asesinaron a los últimos 48 prisioneros judíos. Hubo un intento de enfrentamiento y tres lograron escapar. El resto murió” [24].
De la vida en el gueto ha quedado amplia constancia gráfica gracias a Henryk Ross, fotoperiodista antes de la guerra, que tomó fotografías para las tarjetas de identificación y otras para ser utilizadas como propaganda de la eficacia económica de Łódź. Con grave riesgo de su vida tomó también imágenes cotidianas y de la brutalidad nazi [25]. En 1944 enterró en una caja más de 6.000 negativos, que pudo rescatar tras la liberación y aunque muchos se habían deteriorado irreversiblemente, aproximadamente la mitad pudieron ser revelados y muestran una visión excepcional de la vida en el gueto. Ross, el fotógrafo de Łódź, declaró como testigo clave en el juicio contra Eichmann en Jerusalén.
Bibliografía
Fuentes primarias:
- “Give me your children”: Voices from the Łódź Ghuetto’ https://encyclopedia.ushmm.org/content/en/article/give-me-your-children-voices-from-the-Łódź -ghetto. Fuente: United States Holocaust Memorial Museum
- ‘Give me your Children. Chaim Rumkowski / 4 september 1942’ (Versión editada del discurso) https://www.speech.almeida.co.uk/chaim-rumkowski. Fuente: Figures of Speech
- ‘Memory Unearthed. The Łódź Ghetto photographs of Henryk Ross’ https://www.mfa.org/exhibitions/memory-unearthed. Fuente: Museum of Fine Arts Boston
- ‘Rumkowski’s Address at the Time of the Deportation of the Children from the Łódź Ghuetto’. September 4, 1942 https://www.yadvashem.org/odot_pdf/Microsoft%20Word%20-%205375.pdf. Fuente: Yadvashem
- ‘The Łódź Ghetto: The Deportation of the Children from the Łódź Ghetto. September 4, 1942’. Discurso editado de Rumkowski. https://www.jewishvirtuallibrary.org/the-deportation-of-the-children-from-the-Łódź -ghetto-september-1942. Fuente: Jewish Virtual Library
- ‘The Łódź Ghetto Photographs of Henryk Ross. A Collection of Holocaust Photographs’ http://agoŁódź ghetto.com/ Fuente: The Lodz Ghetto Photographs of Henryk Ross
Fuentes secundarias:
- ANSÓ, Federico de. ‘Breve historia de la amonedación de los guetos de Łódź y Terezin, así como de otros campos y de las emisiones conmemorativas. Centro Numismático Buenos Aires. Trabajo publicado previamente a las XXXIV Jornadas Nacionales de Numismática y Medallística. Concordia, Entre Ríos. Argentina, 2014. http://www.cnba.org.ar/holocausto.html
- ARENDT, Hannah: ‘Eichmann en Jerusalén. Penguin Random House Mondadori (DeBolsillo). Barcelona, 2010.
- BEEVOR, Antony: ‘La Segunda Guerra Mundial’. Ediciones de Pasado y Presente. Palma de Mallorca, 2012.
- BEEVOR, Antony, y VINOGRADOVA, Luba: ‘Un escritor en guerra. Vasili Grossman en el Ejército Rojo, 1941-1945’. Booket. Barcelona, 2012.
- ‘Canciones del gueto de Łódź’ https://www.yadvashem.org/yv/es/exhibitions/music/Łódź -ghetto.asp
- ‘Chelmno’ https://www.yadvashem.org/es/holocaust/encyclopedia/chelmno.html
- COLLOTTI, Enzo: ‘La Alemania nazi’. Alianza Editorial. Madrid, 1972.
- ‘El asesinato de los judíos de Polonia’ https://www.yadvashem.org/es/holocaust/about/fate-of-jews/poland.html
- LEVI, Primo: ‘Los hundidos y los salvados’ (Trilogía de Auchwitz). Ediciones Península (Austral). Barcelona, 2018.
- ‘Łódź Ghetto’ https://www.yadvashem.org/holocaust/about/ghettos/Łódź .html
- REES, Laurence: ‘Auschwitz. Los nazis y la solución final’. Crítica. Barcelona, 2007.
- REES, Laurence: ‘El Holocausto. Las voces de las víctimas y de los verdugos’. Crítica. Barcelona, 2017.
- ROSENFARB, Java. ‘El último poeta de Łódź’. https://www.letraslibres.com/mexico-espana/el-ultimo-poeta-Łódź
- SILVER OCHAYON, Shreyl. ‘The Final Days of the Łódź Ghetto’. https://www.yadvashem.org/holocaust/about/ghettos/Łódź .html
- WEINBERG, Gerhard L.: ‘Un mundo en armas. La Segunda Guerra Mundial: una visión de conjunto’. Grijalbo. Barcelona, 1995.
- ZALOGA, Steven J: ‘La invasión de Polonia: Blitzkrieg’. RBA. Barcelona, 2007.
Notas
[1] Ciudad de Litzmann en honor de Karl Litzmann (1850-1936), general alemán que conquistó Łódź en la Primera Guerra Mundial.
[2] Escuadrones que seguían a las tropas de ocupación con la misión de violentar o incluso exterminar a las poblaciones conquistadas.
[3] ‘El Holocausto. Las voces de las víctimas y de los verdugos’. Laurence Rees. Crítica. Barcelona, 2017. p. 206.
[4] Según Vasili Grossman en el gueto había al principio 165.000 judíos de Łódź, 18.000 de Luxemburgo, Austria, Alemania y Checoslovaquia, 15.000 de asentamientos polacos y 15.000 de Czestochowa. La máxima población llegó a ser de 200.000. ‘Un escritor en guerra. Vasili Grossman en el Ejército Rojo, 1941-1945’. Antony Beevor & Luba Vinogradova. Booket. Barcelona, 2012. p. 388.
[5] Plano del gueto de Łódź en ‘El imperio de las mentiras’, de Steve Sem-Sandberg. Literatura Mondadori. Barcelona, 2012. p. 639.
[6] ‘Un escritor en guerra…’, p. 388.
[7] ‘El Holocausto…’. P. 208.
[8] Rumkowski “no solo dirigía el gueto de forma autocrática como un feudo privado, sino que decidía quién debía morir y quién sobrevivir seleccionando quienes debían llevarse a Chelmno y Auschwitz”, los dos campos de exterminio a la que terminarían por ser deportados los judíos del gueto. ‘Un escritor en guerra…’, p. 389
[9] ‘El Holocausto…’ p. 209 y ‘Los hundidos y los salvados (Trilogía de Auschwitz’. Ediciones Península. Barcelona, 2018. p. 521.
[10] Java Rosenfarb, superviviente del holocausto, en ‘El último poeta de Łódź’. https://www.letraslibres.com/mexico-espana/el-ultimo-poeta-lodz
[11] Lucille (nacida Cecilie Landau) llegó a Łódź junto a su madre, Sara, que iba a morir allí, y a su hermana menor Karin, que fue deportada a Chelmno, donde fue asesinada. El padre, Benjamin, también había sido asesinado en 1940 en Dachau.
[12] La vida cultural era relativamente rica, a pesar del sufrimiento. Sobre la moneda en el gueto: ‘Breve historia de la amonedación de los guetos de Łódź y Terezin’. Federico de Ansó. Centro Numismático de Buenos Aires, 2014. Concordia, Entre Ríos, 2014 http://www.cnba.org.ar/holocausto.html
La primera serie de billetes se emitió el 15 de mayo de 1940 y está constituida por valores de 50 pfenning y 1, 5, 10, 20 y 50 marcos. Los primeros sellos estuvieron listos el 9 de marzo de 1944, con la efigie de Chaim Rumkowski, pero los alemanes cancelaron su salida y solo se vendieron unos pocos. Sobre el periódico, el Ghuetto Zeitun, publicaba artículos del propio Rumkowski, glorificando su política, y de autores elegidos por él que le elogiaban desmesuradamente. Sobre música: El director de orquesta era el compositor y violinista David Beygelman, que murió en Auschwitz en febrero de 1945. El director artístico del teatro era Moshe Pulaver. La Casa de la Cultura fue clausurada a mediados de 1942 y convertida en una fábrica de almohadas.
Sobre canciones con letras de esperanza: ‘Un escritor en guerra…’, p. 388. Otras fueron recordadas por supervivientes y grabadas por cantantes actuales por el Comité Histórico de Múnich, bajo la dirección de Shmerke Kaczerginski. Algunas pueden escucharse (y leer su letra y comentarios adicionales) en https://www.yadvashem.org/yv/es/exhibitions/music/Łódź-ghetto.asp
Sobre el poeta Simkha-Bunim Shayevich y otros aspectos de la vida cultural ofrece amplia y detallada información Java Rosenfarb, superviviente de la Shoah, en ‘El último poeta de Łódź https://www.letraslibres.com/mexico-espana/el-ultimo-poeta-Łódź
[13] ‘El último poeta de Łódź’. Java Rosenfarb. https://www.letraslibres.com/mexico-espana/el-ultimo-poeta-Łódź
[14] Según ‘Chelmno. Campo de exterminio’, del Centro de Recursos de la Shoá, la Escuela Internacional para el estudio del Holocausto de Yad Vashem (https://www.yadvashem.org/es/holocaust/encyclopedia/chelmno.html) llegaron desde Łódź a Chelmno el 7 de diciembre de 1941, y según ‘Auschwitz. Los nazis y la solución final’. Laurence Rees. Crítica. Barcelona, 2007. p. 131, el 16 de enero de 1942.
[15] Las declaraciones de Eichmann están recogidas en ‘Eichmann en Jerusalén’. Hannah Arendt. Penguin Random House Mondadori (DeBolsillo). Barcelona, 2010. p. 130: “No sé cuántos judíos entraron [en la camioneta], apenas podía mirar la escena. No, no podía. Ya no podía soportar más aquello. Los gritos…”. Describe también el enterramiento en fosas comunes: “Fueron arrojados al hoyo, y me parece ver todavía al hombre vestido de paisano en el acto de extraerles los dientes con unos alicates. Aquello fue demasiado para mí. Volví a entrar en el automóvil y guardé silencio”. Eichmann, uno de los altos responsables de la Solución Final, huyó a Argentina tras la guerra, pero fue localizado allí por el Mossad, secuestrado en 1960, juzgado y condenado a muerte por ahorcamiento en Israel en 1962.
[16] Las frases del discurso y las reacciones de los que allí estaban están tomadas de ‘Holocausto…’, p. 459 y siguientes. Una versión editada del discurso en ‘Give me your Children. Chaim Rumkowski / 4 september 1942’ https://www.jewishvirtuallibrary.org/the-deportation-of-the-children-from-the-Łódź -ghetto-september-1942
[17] A los miembros de la policía judía se les facilitaban documentos con los podían salvar a familiares, amigos o personas de su elección, lo que provocó un profundo resentimiento y odio en el resto de la población.
[18] ‘Holocausto’, p. 466.
[19] “Me acosaba sexualmente. Tomaba mi mano y colocándola sobre su pene, me decía: ‘ponla a trabajar’. ‘Auschwitz…’, p. 146 a 148.
[20] ‘Holocausto…’, p. 466). Rees remite para estos temas a Michal Unger: ‘Reassessment of the Image of Morcechai Chaim Rumkowski’, Yad Vashem, 2004. p. 13.
[21] Chelmno (Campo de exterminio) https://www.yadvashem.org/es/holocaust/encyclopedia/chelmno.html
[22] ‘Los hundidos…’. p. 524) y ‘Un escritor en guerra…’, p. 390.
[23] ‘Un escritor en guerra…’. p. 389.
[24] Chelmno (Campo de exterminio) https://www.yadvashem.org/es/holocaust/encyclopedia/chelmno.html
[25] La exposición Memory Unearthed (‘Memoria desenterrada’) se celebró en el Museum of Fine Arts de Boston entre el 25 de marzo y el 30 de julio de 2017 y 4.000 de las fotografías de Ross pueden verse en www.mfa.org. Pueden verse fotos de Henryk Ross aquí.
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