Soldado confederado 6.º Regimiento Texas Guerra de Secesión

Soldado Thomas F. Bates de la Compañía D del 6.º Regimiento de Infantería de Texas, armado con un cuchillo Bowie con guarda en forma de D y un revólver de bolsillo John Walch. El 6.º de Infantería de Texas se creó en noviembre de 1861, y pasaría los dos primeros años de la Guerra de Secesión entre Texas y Arkansas, donde sería apresado por las fuerzas federales. Tras repetidas reconstituciones, posteriormente participaría en las batallas de Chickamauga y Chatanooga. Fuente: Library of Congress.

El 6 de noviembre de 1860, una oleada de estupor se extendió por los estados norteamericanos, sobre todo en los que se hallaban al sur de la línea Mason-Dixon[1]. ¡Abraham Lincoln, candidato del recientísimo Partido Republicano, había sido elegido presidente! Considerado por muchos ciudadanos del Sur un revolucionario antiesclavista dispuesto a destruir sus instituciones y sus formas de vida, pronto empezaron a cristalizar las ideas separatistas que llevaban ya tiempo formando parte de la vida política norteamericana. Si los estados se habían asociado libremente, entonces, libremente debían poder separarse de la Unión. Por supuesto esta no era la idea que tenía el presidente electo, mucho más favorable a la primacía del Estado federal frente a cada uno de los estados que lo formaban, pero aún faltaban meses para que accediera al cargo.

La secesión de Texas

El 20 de diciembre, Carolina del Sur declaró su secesión de los Estados Unidos y ante la mirada impasible de James Buchanan, presidente al cargo, pronto seguirían otros estados[2]. Uno de ellos fue Texas, donde la agitación había comenzado nada más conocerse la victoria del candidato republicano. Una de las primeras manifestaciones del secesionismo texano fue la aparición de la bandera de la Estrella Solitaria, la vieja insignia de la República de Texas,[3] en lugar de las Barras y Estrellas de los Estados Unidos. Pronto, una serie de atentados y disturbios, hábilmente aprovechados por la prensa secesionista, y el miedo a que Lincoln, una vez en el cargo, azuzara a la población esclava a alzarse en contra de sus amos, convirtieron la preocupación en histeria y los texanos, que en 1859 habían elegido gobernador a Sam Houston, héroe de la guerra de independencia, con un programa claramente unionista, empezaron a decantarse a favor de la secesión.

Sin embargo, el viejo Houston, que por entonces tenía ya sesenta y siete años pero no había perdido un ápice de su carácter combativo, se negó a ceder a la presión secesionista, pues era muy consciente de que aquel era un camino que llevaría a la guerra y a la derrota. Según la legislación texana, convocar al legislativo para que este llamara a su vez a una convención destinada a evaluar y posiblemente declarar la secesión, era una prerrogativa del gobernador, y a pesar de que cada vez eran más las voces que exigían la convocatoria y del aislamiento político al que lo estaban sometiendo las fuerzas vivas del estado, Houston, con la esperanza de que los ánimos acabarían calmándose, no hizo nada. Fue un error. El 21 de noviembre de 1860, George M. Flournoy, fiscal general del estado, Oran Milo Roberts, presidente del Tribunal Supremo de Texas y John Salmon “Rip” Ford, político, editor y antiguo ranger,[4] entre otros, convocaron por su cuenta y sin autoridad una convención estatal para el 28 de enero de 1861 a fin de que decidiera el destino de Texas. El 17 de diciembre Houston reaccionó. Consciente de que tal vez se había equivocado con su actitud dilatoria, convocó una sesión especial del legislativo para el 21 de enero. La idea era que las cámaras declararan la nulidad de la convención que había de celebrarse una semana después, pero la jugada le salió mal y la respaldaron. Vencido, el héroe de la independencia fue testigo mudo de cómo los acontecimientos se aceleraban. El 1 de febrero, tras cuatro días de deliberaciones, la convención aprobó la secesión por 167 votos contra 7, y convocó un referéndum para el día 22 donde solo 18 de los 122[5] condados en que se dividía el estado votaron por permanecer en la Unión. Todos ellos estaban ubicados en las fronteras norte y oeste, donde los puestos militares del Ejército federal llevaban años protegiendo a la población de las incursiones indias.

Samuel Houston Texas Guerra de Secesión

Samuel Houston (1793-1863), fotografiado en 1861 por Matthew Brady. Héroe de la independencia de Texas, presidente en dos ocasiones y gobernador del estado en el momento de la secesión, este unionista convencido hizo todo lo que estaba en su mano para tratar de evitar la ruptura y la guerra. En abril de 1861, afirmó ante una multitud: «Dejad que os diga lo que va a ocurrir. Tras sacrificar incontables millones del Tesoro y cientos de miles de vidas, puede que consigáis la independencia del Sur si Dios no lo impide, pero lo dudo». Tras fracasar y ver a su querido estado arrastrado al enfrentamiento, decidió abandonar su cargo. Falleció dos años más tarde, antes de ver cumplido su vaticinio. Fuente: Wikimedia Commons.

El paso siguiente era declarar la independencia, que se hizo efectiva el 2 de marzo, y que todos los cargos políticos hicieran un juramento de lealtad a la Confederación. Houston se negó. “Seguiré a la ‘Estrella Solitaria’ con la misma convicción de antaño”[6], se dice que anunció, pero también que renunciaría a su puesto antes de “ceder a la usurpación y a la degradación”.[7] Los juramentos se celebraron el 16 de marzo “Houston permaneció en su oficina en la planta baja del capitolio, tallando un trozo de pino, mientras arriba se reunía una multitud para asistir a la ceremonia de los juramentos. Tres veces el presidente pronunció el nombre de Houston. Al no comparecer, la convención declaró que su puesto estaba vacante y nombró al vicegobernador Edward Clark nuevo gobernador”.[8] Tras anunciar que, a pesar de todo, seguía dispuesto a luchar por Texas si se le llamaba para ello (no por la Confederación), el anciano héroe se retiró a la vida privada. Fallecería el 26 de julio de 1863, unas semanas después de la derrota del Sur en Gettysburg[9] y en Vicksburg[10], cuando empezaba a cumplirse su profecía de derrota.

La ocupación del estado

Mientras tenían lugar estos acontecimientos políticos, el nuevo Texas independiente tenía que lidiar con una cuestión vital, la presencia en los puestos militares que defendían las fronteras del estado de 165 oficiales y 2558 soldados profesionales pertenecientes al 1.º, 3.º y 8.º regimientos de infantería, 2.º Regimiento de Caballería[11] y 1.er Regimiento de Artillería del Ejército regular de los Estados Unidos.[12]

Para ello, el 2 de febrero de 1861, recién aprobada la secesión y antes incluso de que esta fuera ratificada en referéndum, la convención se reunió en sesión secreta para nombrar un Comité de Seguridad Pública[13] cuya función debía ser tomar el control de todas las propiedades federales del Estado. Entre sus miembros se encontraban los hermanos Benjamin y Henry Eustace McCulloch y John Rip Ford, que recibieron nombramientos de coronel y la orden de reclutar un ejército texano. Pronto se les unirían algunos oficiales del Ejército federal que habían renunciado a sus puestos para volver a sus estados de origen.

Mapa de la ocupación de Texas, febrero-marzo de 1861. Pincha en la imagen para ampliar. © Javier Veramendi B

La toma de control de las propiedades federales de interés militar en Texas dependía en gran medida de las decisiones que tomara el general David Emanuel Twiggs, comandante en jefe del Departamento de Texas y cuarto oficial de más alto rango del Ejército de los Estados Unidos, quien nada más iniciarse los acontecimientos se había encontrado frente a un grave dilema. Por un lado, su honor y sus obligaciones militares le impedían ceder sin más los puestos y almacenes militares que estaban bajo su mando; por otro, su condición de georgiano lo llevaba a simpatizar con la rebelión, y por tanto a entregar fuertes, armas y suministros a los texanos. La única solución que se le había ocurrido, antes incluso de que se declarara la secesión, había sido dimitir.

«[…] Me encuentro en una situación sumamente embarazosa –escribió al general Winfield Scott, comandante en jefe del Ejército federal, en Washington, el 15 de enero–. Soy un hombre del Sur y todos estos estados van a separarse. Lo que quede ya no serán los “Estados Unidos” y no sé lo que será de las tropas actualmente en este departamento […]. Debo solicitar, muy respetuosamente, mi relevo del mando de este departamento para el próximo 4 de marzo o antes. Todo lo que tengo está en el Sur, y como mi salud[14] no me permitirá ser parte activa en los acontecimientos que probablemente tendrán lugar, debo convertirme en un simple espectador».[15]

Pero Washington estaba muy lejos y no iba a recibir respuesta antes de que el Comité de Seguridad Pública se pusiera en acción.

David E. Twiggs Texas

David E. Twiggs (1790-1862), veterano de la Guerra de 1812, de la Guerra de Halcón Negro y de la Guerra con México. Comandante de los Estados Unidos del Departamento de Texas, tras rendir su contingente a las fuerzas secesionistas en 1861 y ser expulsado del Ejército federal por traición, cambiaría de bando para convertirse en el general confederado de mayor edad, aunque su mala salud le obligaría a retirarse ese mismo año. Murió de neumonía un año más tarde en su Georgia natal. Fuente: Library of Congress.

Enfrentados a una tarea difícil sin apenas tropas, conscientes de que las milicias que reclutaran podía ser, a lo sumo, un mediocre enemigo que enfrentar a las tropas profesionales del Ejército federal; y conocedores de la pretensión de Twiggs de que se le relevara del mando, los hombres del Comité de Seguridad Pública tenían que actuar con rapidez. Si el Gobierno federal aceptaba la dimisión del viejo general su más que probable sucesor era el coronel Carlos A. Waite, un ardiente unionista que podía ordenar a las tropas que resistieran o, casi tan malo como eso, decidir retirarse hacia Nuevo México destruyendo a su paso todo aquello que los texanos querían ocupar. Rápidamente, se enviaron tres comisionados a San Antonio para negociar con Twiggs, y poco después partió el coronel Benjamin McCulloch, recién nombrado comandante confederado del Distrito de Texas, para tomar posesión de las instalaciones y depósitos con la ayuda de una fuerza de voluntarios.

El informe redactado por Twiggs en San Antonio el 19 de febrero de 1861 nos indica cómo se sucedieron los acontecimientos:

«Tengo el honor de adjuntar al presente las gestiones de la comisión militar constituida en virtud de la Orden Especial n.º 20 de este año y de este departamento para encontrarse con los comisionados enviados por el Estado de Texas. Se observará que las reuniones con dichos comisionados terminaron abruptamente con la llegada a esta ciudad, durante la mañana del 16 del presente, de una fuerza armada de más de mil hombres bajo el mando del coronel Ben McCulloch. Esa mañana se me emplazó para “entregar todos los puestos militares y propiedades públicas que tengo bajo [mi] control”  […]».[16]

La presencia de un contingente tan numeroso para enfrentar a los apenas ciento sesenta soldados federales que había en la ciudad acabó de convencer a Twiggs, quien ya había manifestado, el 23 de enero, en una carta al coronel Samuel Cooper en Washington[17] que “dado que no creo que haya autoridad alguna que desee que ejecute una guerra civil contra Texas, tras la secesión […] ordenaré que las armas y propiedades sean entregadas a sus agentes [del gobernador de Texas], quedándome con las armas en posesión de las tropas”.[18] Tras la ocupación de San Antonio se llegó a un acuerdo con Twiggs para que ordenara la entrega de todas las posiciones bajo su mando, con la promesa de que los soldados serían trasladados al norte desde los puertos de Brazos Santiago[19] e Indianola.[20] Por supuesto, no se esperaba que esta orden fuera obedecida por los comandantes de todos los destacamentos, por lo que el nuevo Gobierno secesionista de Texas envió a Henry Eustace McCulloch[21] y a Rip Ford, con sendas fuerzas de voluntarios, para que se hicieran cargo de los fuertes que guarnecían la frontera. El primero actuaría al noroeste del estado mientras el segundo se encargaba de la frontera del Río Grande.

Texas entra en guerra

Nada más soplar los primeros vientos de secesión en el estado de Texas, John Robert Baylor, un personaje bien conocido por su rudo temperamento, forjado durante años de vida en la frontera, y controvertido por la guerra brutal que había ejecutado contra las tribus indias de la región, publicó un anuncio en los periódicos con el fin de reunir un millar de voluntarios para ir a una “expedición a la caza del búfalo”. Nadie se dejó engañar y radio-macuto pronto extendió la noticia de que lo que Baylor pretendía era asaltar las posiciones federales en San Antonio primero y conquistar Nuevo México después. Su anuncio no tuvo el éxito deseado. Acudieron aventuraros de todo pelaje, pistoleros y vagabundos de la frontera sin oficio ni beneficio, pero nunca llegaron a alcanzar la cifra deseada y no tardaron en tener que integrarse en alguna de las unidades constituidas más formalmente, en concreto en el 2.º Regimiento de Fusileros Montados del coronel Rip Ford.[22]

Coronel John Salmon "Rip" Ford Texas

John Salmon «Rip» Ford (1815-1897), nativo de Carolina del Sur afincado en Texas desde los 20 años, donde ejerció como médico antes de dedicarse a la abogacía y adquirir el periódico Texas National Register, rebautizado como Texas Democrat. Veterano de la Guerra de México y ranger de Texas, fue un ferviente secesionista. Como coronel de la Confederación sirvió a lo largo de toda la contienda, consiguiendo una inútil victoria en la batalla de Palmito Ranch, la última de una Guerra de Secesión más que decidida, en mayo de 1865. Fuente: Wikimedia Commons.

Entretanto, Texas había enviado delegados a Montgomery, Alabama, para participar en la constitución de los Estados Confederados de América el 8 de febrero de 1861, y el 11 de abril, justo el día antes de que el bombardeo de Fort Sumter iniciara la guerra, el nuevo Gobierno envió un comandante en jefe para que se hiciera cargo del Departamento de Texas, se trataba del coronel Earl Van Dorn[23]. Este tenía varios objetivos. Primero, consolidar militarmente el estado, y para ello, tenía que empezar por organizar la defensa, y luego se encargaría de formar una brigada texana para enviarla a combatir a los campos de batalla al este del Misisipi. En busca del éxito en la primera de estas misiones, el 24 de mayo de 1861 emitió una orden en la que se especificaba que:

«Por la presente, se establecen dos líneas de defensa para la frontera oeste de Texas: […]; la segunda línea irá de Fort Inge a Fort Bliss.[24] […]. La segunda línea englobará los siguientes puestos militares: Fort Bliss, Fort Quitman, Fort Davis, el campamento Stockton, Fort Lancaster, Fort Clark, Fort Inge y el campamento Wood. […]. La segunda línea tendrá como guarnición el 2.º Regimiento de Fusileros Montados de Texas, la Compañía de Artillería de Teel, la Compañía de Infantería de McCallister y una batería de artillería. Todo ello estará bajo el mando del coronel Ford».[25]

El punto V de esta misma orden indicaba que, temporalmente y hasta la llegada del coronel Ford, la segunda línea quedaba bajo el mando del teniente coronel Baylor, quien debía “dar las órdenes necesarias para el envío de las compañías actualmente en esta vecindad [San Antonio] a las posiciones de la segunda línea”[26]. Exceptuando Fort Quitman, que no recibiría guarnición alguna.

Imperio confederado en el río grande ocupación de Texas Guerra de Secesión

Mapa de las líneas de defensa de Texas. Pincha en la imagen para ampliar. © Javier Veramendi B

En cumplimiento de estas órdenes, Baylor se desplazó a Fort Bliss, en el extremo occidental de Texas, junto a El Paso –donde llegó el 15 de julio con unos trescientos efectivos del 2.º de Fusileros Montados de Texas–, mientras el coronel Ford instalaba su puesto de mando en Brownsville, en la costa del golfo. En aquella época, los 1300 km prácticamente sin carreteras que separaban a ambos oficiales convirtieron el mando de Baylor en una fuerza independiente a efectos prácticos, y este se dispuso a aprovechar esta independencia lanzando una ofensiva hacia el norte, siguiendo el cauce del Río Grande hacia el interior del actual estado de Nuevo México. Los motivos que lo impulsaron a tomar esta decisión fueron fundamentalmente dos: la presencia de un fuerte elemento de apoyo a la Confederación en el valle de Mesilla, a pocos kilómetros al norte de la frontera interestatal, y la creciente acumulación de tropas federales en Fort Fillmore, justo al sur de Las Cruces, desde donde amenazaban no solo a los confederados de Mesilla sino también las recién ocupadas posiciones confederadas en torno a El Paso.

En lo que al escenario político se refiere, todo había comenzado el 16 de marzo de 1861, justo el día en que Sam Houston se negaba a jurar fidelidad a la Confederación, con la celebración en Mesilla una convención del pueblo de Arizona[27] que acabó repudiando el Gobierno federal y declarando que todo el territorio de Nuevo México al sur del paralelo 34 pasaba a ser territorio confederado.[28] Desde el punto de vista militar, en una región en que la población era escasa, estaba dispersa y era mayoritariamente de origen hispano, que unos cuantos anglosajones se reunieran para hacer ruido era algo que no preocupaba en exceso al coronel Edward Richard Sprigg Canby, quien había sido nombrado comandante en jefe federal del Departamento de Nuevo México tras la renuncia del coronel William Wing Loring para ofrecer sus servicios a la Confederación.

«A mi juicio –escribió Canby el 11 de junio–, la desafección en Arizona está limitada a una pequeña porción de la población de este territorio, y se considera que carece de medios para hacer nada contra el Gobierno, tal y como se desprende del hecho de que hayan solicitado ayuda militar [a Texas] repetidas veces para solucionar sus problemas locales. Puede esperarse una demostración contra Arizona por parte de la gente de Texas y, aunque aquí no sabemos nada de que se esté considerando un movimiento en este sentido, tomaré medidas para incrementar considerablemente la fuerza disponible en Fort Fillmore transfiriendo una parte de las tropas desde puestos en el interior y, si es posible, fuerzas montadas adicionales desde el norte de la región».[29]

Para ello, también solicitó que se retrasara el envío a Kansas (y luego a los campos de batalla del este) de parte de las tropas regulares aún presentes en Nuevo México.

Imperio confederado en el río grande Guerra de Secesión

Mapa del teatro de operaciones del Río Grande. Pincha en la imagen para ampliar. © Javier Veramendi B

La invasión de Arizona

Fue precisamente la posibilidad, muy real según se deduce de la carta de Canby citada anteriormente, de que el Gobierno federal enviara más tropas hacia el sur del Río Grande, la razón de conveniencia militar esgrimida por Baylor para invadir Nuevo México.

«Cuando asumí el mando en Fort Bliss –escribió el 21 de septiembre de 1861, después de una campaña victoriosa– confirmé que el Ejército de los Estados Unidos estaba concentrando un contingente numeroso en Fort Fillmore y, dada la proximidad de este puesto, supuse que el objetivo del enemigo era atacar a las tropas bajo mi mando que se hallaban en Fort Bliss. Estaba seguro de que, si les permitía concentrarse, mi fuerza sería demasiado débil como para mantener mi posición. En consecuencia, determiné atacar al enemigo y prevenir, si era posible, dicha concentración».[30]

El plan de los confederados era sorprender a los entre seiscientos y setecientos soldados que guarnecían el fuerte, para lo cual eran necesarias dos cosas: un reconocimiento minucioso y llegar hasta los unionistas sin ser detectados. El propio Baylor indicaría, en su informe sobre la campaña, que se daban ambas condiciones: “[…] envié un destacamento, bajo el mando del comandante Waller, para reconocer Fort Fillmore y averiguar cuáles eran las posiciones de los piquetes enemigos, así como si era posible acercarse al fuerte sin ser descubiertos. El informe del comandante Waller me dio la satisfactoria noticia de que era posible, durante la noche, llegar a una posición entre el fuerte y el río [Grande]”.[31]

Baylor

John Robert Baylor (1822-1894) tuvo una vida tan azarosa como polémica. Nativo de Kentucky, se trasladó a Texas con 18 años, donde se estableció como ranchero. Nombrado agente del Gobierno ante los comanches en 1855, fue despedido a los dos años por su marcado espíritu anti-indio, del que hizo gala en numerosos discursos y en el diario que editó posteriormente, The White Man («El Hombre Blanco»). Tras la ocupación del territorio de Arizona, se autoproclamó gobernador del nuevo estado, cargo en el que iría de escándalo en escándalo, como el asesinato de un editor rival en un alternado o las consignas de exterminio de los apaches que trasladó a sus tropas: «Usen todos los medios en su mano para hacer venir a los apaches para firmar la paz, y cuando los tengan reunidos maten a todos los indios adultos y tomen a los niños prisioneros y véndanlos para costear el gasto de matar a los adultos». Escandalizado, el presidente confederado Jefferson Davies le destituyó como gobernador y lo licenció del Ejército, lo cual no impidió que desarrollara su carrera en política, ni que se viera envuelto en nuevos altercados violentos (en la década de 1880 acabaría con la vida de un ganadero local, pero se libró de ser procesado). Murió en su rancho en 1864, a la provecta edad de 71 años.

En la mañana del 23 de julio de 1861, una columna de 258 hombres abandonó Fort Bliss camino del norte. Eran todos milicianos, pero a estos no había que confundirlos con los granjeros, oficinistas u otros hombres pacíficos que se estaban uniendo a filas en todo el país. Se trataba de hombres curtidos, algunos de ellos veteranos de las guerras contra México o contra los indios, apaches o navajos, que poblaban la región, otros pistoleros de toda calaña. Buena parte se habían alistado para “cazar búfalos” siguiendo el anuncio publicado por Baylor meses atrás, y casi todos provenían de los condados fronterizos del Río Grande o de las inmensidades sin ley de la mitad occidental del estado. Llegaron a su destino en la noche del 24 al 25 de julio sin haber sido detectados, tras sorprender y capturar a algunos de los piquetes destacados precisamente para avisar de su llegada. En silencio, Baylor desplegó su fuerza entre Fort Fillmore y el río, con la intención de capturar las caballerías del enemigo cuando fueran llevadas a abrevar a primera hora. Esperaba que, cuando se viera sin monturas para los jinetes ni animales de tiro para la impedimenta, el oficial al mando de la guarnición atacara para recuperar su ganado y el acceso al agua, perdiendo así el resguardo de las defensas del fuerte. Todo estaba listo “pero la deserción de un soldado de la compañía del capitán T. F. Teel, quien informó al comandante Lynde [al mando del fuerte] de nuestra fuerza y nuestra posición”[32] dio al traste con todo. Al escuchar el redoble de alarma de los tambores federales, Baylor comprendió que su treta había fracasado y decidió retirarse a Mesilla.

Curiosamente, la retirada surtió el efecto que no había podido suministrar la sorpresa. Al ver marcharse a su enemigo, el comandante Isaac Lynde, del 7.º Regimiento de Infantería de los Estados Unidos, al mando del fuerte, decidió hacerle el juego a Baylor y salió de sus posiciones con una columna para cazar y destruir a los confederados. Estos, atrincherados sobre las casas de adobe de Mesilla y tras el muro de piedra de un gran corral, vieron cómo sus enemigos llegaban y se detenían para luego enviar a un grupo de hombres a solicitar su rendición incondicional. Pero Baylor no estaba de humor para ceder tan deprisa, sobre todo si el enemigo había salido al fin a campo abierto, por lo que su escueta respuesta habría sido “vamos a luchar un poco primero”.[33] Eran en torno a las 17.00 horas del 25 de julio cuando Lynde mandó a sus hombres al ataque. Primero la artillería, para ablandar al enemigo, luego la infantería, en línea de escaramuza, que se atascó en la arena blanda o entre los altos maizales, y por fin la caballería, que no tuvo mejor fortuna. Los confederados resistieron y rechazaron todos los intentos de asalto, hasta que Lynde decidió retirarse de vuelta al fuerte.

Imperio confederado en el río grande Texas campaña de Baylor Guerra de Secesión

Mapa de la campaña de Baylor, julio de 1861. Pincha en la imagen para ampliar. © Javier Veramendi B

Esta escaramuza, que se saldó con escasísimas bajas –dos confederados y de tres a trece unionistas muertos y una cifra de heridos desconocida pero también sumamente escasa–, iba a tener resultados inesperados. Tras ella, la preocupación hizo mella en el jefe unionista, quien posteriormente indicaría que el enemigo había recibido refuerzos: al menos un centenar de hombres y una batería de artillería, y de que su posición era insostenible. “Había informado con anterioridad –se justificó en el informe que redactó el 7 de agosto– de que el fuerte era indefendible contra la artillería pues tenía alrededor un semicírculo de colinas arenosas que dominaban su posición, y que el único suministro de agua estaba a una distancia de unos dos kilómetros”.[34] El día 26 de julio, convencido de que si permanecía en su posición tendría que rendirse, Lynde, cuya fuerza era en realidad superior a la de su enemigo, decidió abandonar Fort Fillmore pero, en vez de tratar de rodear las posiciones confederadas para ir hacia el norte por el valle del Río Grande, tomó la decisión de marchar hacia el nordeste, a través del desierto y de los montes Organ. Su intención era hacer una marcha nocturna para llegar hasta Saint Augustine Springs, a 32 km, durante la mañana del día 27. Allí esperaba hacer aguada, cosa que no había podido hacer en el río antes de partir a causa de la presencia confederada, y luego marchar otros 225 km en dirección norte para llegar a Fort Stanton, en el territorio de los apaches mescaleros. La parte nocturna del camino fue bien.

«Hasta el amanecer –cuenta Lynde–, la fuerza avanzó sin dificultad, pero cuando salió el sol la jornada se volvió intensamente calurosa, y poco después hombres y tiros empezaron a mostrar señales de cansancio y me encontré con que la distancia era mayor de lo que se había dicho. Unos 9,5 km antes de alcanzar las fuentes, empieza un corto ascenso hacia un paso a través de los montes Organ, donde hombres y tiros sufrieron mucho a causa del intenso calor y la falta de agua. Muchos hombres cayeron, incapaces de seguir adelante».[35]

Fort Fillmore

Fort Fillmore y las montañas Organ. Nuevo México, litografía coloreada de 1854. Construido en 1851 en la localidad de Mesilla como parte de la red de fuertes establecidos para la protección de los colonos que se dirigían a California del ataque de los indios (apaches en este caso), contaba con estructuras simples de madera y adobe. Allí sirvió por un tiempo el capitán George Pickett, que pasaría a la posteridad por su célebre aunque aciaga carga en el tercer día de la batalla de Gettysburg. En 1861, Fort Fillmore fue incendiado y abandonado por la guarnición federal ante el avance de las tropas de Baylor, y clausurado oficialmente en octubre de 1862.

Todavía tenían que empeorar las noticias: “Tomé la decisión de adelantarme hasta las fuentes con las tropas montadas –sigue contando–, y volver con agua para los que estaban sufriendo en retaguardia […]. Al alcanzar las fuentes, me encontré con que el suministro de agua era tan escaso que no sería suficiente para mi fuerza”.[36] El cansancio, la falta de agua y el sentimiento de derrota, sumados a la presencia de una columna de tropas confederas pisándole los talones, obligaron al comandante Lynde a tomar la más desagradable de las decisiones, rendirse. “La fuerza bajo mi mando en el momento de la rendición era de noventa y cinco soldados y suboficiales y dos oficiales. Con respecto a la infantería, no tengo los medios para conocer la cifra exacta, pero había siete compañías del 7.º de Infantería, con ocho oficiales presentes”.[37] En realidad, todos los que se habían quedado atrás o formaban parte de la retaguardia de la columna, habían sido capturados ya cuando Lynde se rindió. También el informe de Baylor da una cifra de tropas capturadas que, aunque erróneo en lo que a la cantidad de compañías se refiere, parece más acorde, cuantitativamente hablando, con la guarnición original de Fort Fillmore. “La fuerza del comandante Lynde estaba compuesta por ocho compañías de infantería y cuatro de caballería, con cuatro piezas de artillería. Todo ello ascendía a casi setecientos hombres”.[38] Siguiendo los usos de la época, en dos días todos ellos serían liberados bajo palabra.

Esta victoria permitió la creación del estado confederado de Arizona en la mitad sur de Nuevo México y en parte de la actual Arizona, y provocó la retirada momentánea de las fuerzas federales hacia el norte. Fort Stanton, el destino que la columna de Lynde no había sido capaz de alcanzar fue abandonado en un ataque de pánico; solo quedó una guarnición en Fort Craig, un puesto del que hablaremos más adelante. En el bando contrario, Baylor fue nombrado gobernador de este nuevo territorio, la ambición confederada obtuvo alas y pronto empezó la preparación de una nueva campaña.

Notas

[1] Establecida entre 1763 y 1767 para separar los estados de Pensilvania y Maryland, en el siglo XIX fue considerada como la línea que separaba el Norte del Sur.

[2] Tras Carolina del Sur se separaron los estados de Mississippi (9 de enero de 1861), Florida (10 de enero), Alabama (11 de enero), Georgia (19 de enero), Luisiana (26 de enero), Texas (1 de febrero) y ya bastante más tarde y tras el bombardeo de Fort Sumter el 12 y 13 de abril de 1861 lo hicieron también Virginia (17 de abril), Arkansas (6 de mayo), Carolina del Norte (20 de mayo) y Tennessee (8 de junio).

[3] Que duró desde la independencia de México en 1836 hasta su incorporación en los Estados Unidos en 1845.

[4] Cutrer, T. W. (2017): Theater of a Separate War. The Civil War West of the Mississippi River 1861-1865. Chapel Hill: The University of North Carlina Press. p. 16.

[5] De estos, en once la secesión solo obtuvo un 60 % de los votos.

[6] Cutrer, p. 17

[7] Ibid.

[8] Josephy, A. M. Jr. (1991): The Civil War in the American West. New York: Vintage Books. p. 22.

[9] 1, 2 y 3 de julio de 1863. Véase Guelzo, A. C. (2020): Gettysburg. Madrid: Desperta Ferro Ediciones.

[10] 4 de julio de 1863, un día después de Gettysburg.

[11] Bajo el mando del teniente coronel Robert E. Lee hasta muy poco antes, quien se encontraría en tránsito hacia Washington durante la secesión de Texas.

[12] Josephy, p. 26.

[13] Formado por quince miembros, todos con experiencia militar, presididos por John C. Robertson, representante del condado de Smith en la convención.

[14] Tenía 71 años y fallecería al año siguiente.

[15] Carta del general D. E. Twiggs al teniente general Winfield Scott, del Ejército de los Estados Unidos, fechada en San Antonio, Texas, el 15 de enero de 1861. War of the Rebellion, a compilation of Official Records, serie 1, volumen 1, p. 581.

[16] Informe del general D. E. Twiggs, Ejército de los Estados Unidos, sobre la toma del arsenal de los Estados Unidos y los acuartelamientos de San Antonio, y la rendición de los puestos militares, etcétera, en el Departamento de Texas. 19 de febrero de 1861. War of the Rebellion, a compilation of Official Records, serie 1, volumen 1, p. 503.

[17] Se trata del mismo Samuel Cooper que posteriormente se convertiría en el ayudante militar del presidente confederado Jefferson Davis, pero en aquel momento seguía ocupando un puesto militar en el Ejército federal.

[18] Carta del general D. E. Twiggs al coronel S. Cooper, ayudante general en Washington D. C. enviada desde San Antonio el 23 de enero de 1861. War of the Rebellion, a compilation of Official Records, serie 1, volumen 1, p. 582.

[19] En el lado norteamericano de la desembocadura del Río Grande.

[20] En la costa del golfo de México, a medio camino entre Corpus Christi y Galveston.

[21] Hermano de Ben McCulloch, a quien nos referimos antes y que perdería la vida el 7 de marzo de 1862 en la batalla de Pea Ridge, mientras que Henry Eustace sobreviviría a la guerra.

[22] El 1.º quedó bajo el mando de Henry Eustace McCulloch.

[23] Veterano de la guerra de México, había llegado al rango de general de milicias, pero era coronel en el Ejército confederado. La duplicidad de escalafones entre milicias y ejército regular de unos y otros hace que a veces sea difícil conocer el rango concreto de cada oficial.

[24] La primera línea, que debía orientarse hacia el noroeste, se extendería desde el río Rojo hasta el Conchos, mientras que la segunda debía seguir el curso del Río Grande.

[25] Orden general n.º 8, emitida por el Cuartel General de las tropas confederadas en Texas, situado en San Antonio, el 24 de mayo de 1861. War of the Rebellion, a compilation of Official Records, serie 1, volumen 1, p. 574.

[26] Ibíd. p. 575.

[27] La Arizona de la época correspondía a la llamada Gadsen Purchase, en español la venta de la Mesilla, una franja de territorio que se extendía hacia el oeste desde Las Cruces hasta Tucson y Fort Yuma, en la Arizona actual, y que había sido comprada por el Gobierno estadounidense al de México en 1854.

[28] Josephy, p. 40.

[29] Carta del teniente coronel Edward R. S. Canby, del 10.º Regimiento de Infantería, al asistente general del Ejército federal, en el Cuartel General del Ejército en Nueva York; redactada en Santa Fe, Nuevo México, el 11 de junio de 1861. War of the Rebellion, a compilation of Official Records, serie 1, volumen 1, p. 606.

[30] Informe del teniente coronel John R. Baylor, comandante de los Estados Confederados en Arizona, redactado en Doña Aña, Arizona, el 21 de septiembre de 1861. War of the Rebellion, a compilation of Official Records, serie 1, volumen 4, p. 17.

[31] Ibíd.

[32] Ibíd.

[33] Hay otras versiones de la respuesta de Baylor: “Lucharemos primero y nos rendiremos después”, o “si desea tomar la localidad, que venga y lo haga”. Todas mencionadas por Cutrer, p. 97 y n. 9

[34] Informe del comandante Isaac Lynde, del 7.º de Infantería, redactado en Fort Craig, Nuevo México, el 7 de agosto de 1861. War of the Rebellion, a compilation of Official Records, serie 1, volumen 4, p. 5.

[35] Ibíd.

[36] Ibíd.

[37] Ibíd.

[38] Informe del teniente coronel John R. Baylor del 21 de septiembre de 1861. War of the Rebellion, a compilation of Official Records, serie 1, volumen 4, p. 19.

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