Libro de los caminos y los reinos al-Istajri al-Bakrī al-Ándalus omeya

Representación del Mediterráneo occidental, copia del siglo XII del Libro de los caminos y los reinos del geógrafo persa al-Istajri, predecesor del onubense al-Bakrī, que a mediados del siglo X desarrolló una serie de mapas de concepción geométrica que pretendían ser una guía de caminos. A la derecha, con forma circular, se encuentra la al-Ándalus omeya, con epicentro en Córdoba, resaltada con un gran círculo rojo donde confluyen todas las rutas. Universidad de Leiden.

Tanto bereberes como eslavos buscaban tierras y poder para mejorar su anterior situación en el Magreb. Todos intentaron reproducir en los pequeños estados que formaron el esquema despótico omeya, lo que provocó que algunos de los territorios fuesen adquiriendo cierta preeminencia sobre sus vecinos. Por ello muchas veces tuvieron que pedir ayuda a los reinos cristianos, que cobraron su apoyo militar con creces, produciéndose la ruptura del preexistente equilibrio entre los andalusíes y estos. El proceso de segregación y organización de las primeras taifas(2) fue bastante rápido. Durante cincuenta años el pago de las parias(3) por protección a los cristianos del norte propulsó su riqueza y sumió al sur en una profunda crisis(4).

El período de las primeras taifas terminaría con el asalto de Alfonso VI a Toledo, lo que provocó la ruptura de la frontera del Tajo y la huida hacia el sur de miles de familias. Esto supuso la peor ruptura social de al-Ándalus, donde una estable y diversa base humana había encontrado el equilibrio bajo el poder de emires y califas. Una migración masiva de bereberes y de esclavos agrupados bajo el liderazgo de distintos generales, fue la causante del desequilibrio(5). Además, la mala gestión de dichos grupos, que debieron haber sido asentados en las fronteras donde su belicosidad hubiese resultado de provecho, alimentó rencillas entre aquellos cercanos al poder debido a que se les permitió participar en la política cordobesa. Se produce entonces la degradación de la dinastía Omeya, la pérdida de su sustento ideológico, tejido estructural del Islam.

La gran mayoría de la población eran hispano-godos, que se convertían para prosperar en la sociedad islámica. Los judíos se mantenían culturalmente segregados, sin embargo, se habían asimilado más intensamente. Los esclavos, que no sabían árabe, se mantenían en grupos no integrados, mercenarios, sin idiosincrasia ni tierra hasta que crearon su propia taifa.

Los árabes conformaron el grupo más homogéneo y el que pasó a formar la élite política, social, religiosa y económica. Su actitud fue segregadora hacia otras minorías(6), lo que provocó conflictos interraciales, sobre todo con los bereberes. Estos representan el segundo grupo humano más extendido, que fue llegando a la Península en sucesivas oleadas y pasó por distintos estadios de integración y predominio social. Tuvieron que islamizarse de forma muy rápida y estaban organizados en escuadrones de caballería con una fuerte cohesión interna. Apenas se integraron en la sociedad andalusí y principalmente se dedicaron a la conquista y al botín(7).

La familia de Abū Zayd o Abū Muṣʻab ʻAbd al-ʻAziz al-Bakrī, padre de nuestro personaje, perteneció a las más destacadas de la región onubense. Desde el comienzo de las guerras civiles (fitna) del siglo XI, ʻAbd al-ʻAziz es reconocido como soberano de Huelva y Saltés en 403 H/1012-1013. Las fuentes mencionan la importancia económica y maítima de Saltés y la arqueología ha revelado su importancia minera.

Las referencias a la prosperidad de esta taifa se repiten en las fuentes hasta la llegada de al-Muʻtaḍid de Sevilla. En cuanto conquistó la vecina Niebla, se dirigió hacia Huelva en 1051. ʻAbd al-ʻAziz intentó detenerle mediante pactos y cediéndole Huelva para él retirarse a Saltés, pero al-Muʻtaḍid no respetó el pacto y la familia de al-Bakrī(8) tuvo que exiliarse a Córdoba, falleciendo ʻAbd al-ʻAziz en el año 1058(9). Además de autor, al-Bakrī fue un intelectual áulico ligado a la actividad política.

al-Bakrī. Formación, actividad y legado

Según Ibn Baškuwāl, desarrolló su actividad en diferentes ciudades, como Almería, donde aprendió sus conocimientos geográficos del al-ʻUḏrī. Sin embargo, su actividad áulica destaca en la corte de la taifa sevillana en la época(10) de al-Muʻtamid, sucesor de al-Muʻtaḍid. Su poesía manifiesta su cercanía a los círculos de poder. Este fue un momento propicio para el cultivo de las letras en las diferentes cortes.

Su formación(11) comienza con su traslado a Córdoba. Ibn Baškuwāl menciona a cuatro de sus maestros: el cronista cordobés Ibn Ḥayyān, el geógrafo al-ʻUḏrī ya mencionado, al-Muṣḥafi, alfaquí, literato y lingüísta, y al-Barr, especialista en fiqh o derecho islámico(12). De su producción geográfica destacan dos obras(13): el Muʻjam mā istaʻcham, un diccionario geográfico que aún se conserva y que trata toponímicos de la península arábiga; y el Kitāb al-masālik wa-l-mamālik:

“…una geografía general que comienza con la Creación, y trata de los países del mundo a base de esquemas de su historia, clima, recursos naturales, costumbres, carreteras, ciudades, provincias, y monumentos, y de la cual solo nos ha llegado una parte que trata del norte de África, y algunos fragmentos sobre al-Ándalus, Europa, y otros lugares.” (Chejne, pp. 253-254).

Chejne insiste en que al-Bakrī nunca salió de al-Ándalus y que basó su obra en las informaciones recopiladas de otros autores, tanto occidentales como orientales. Algunos de ellos fueron Ibn Rustah, al-Masʻūdī, Muḥammad Ibn Yūsuf al-Warrāq, al-Rāzī, Ibrāhīm Ibn Yaʻqūb al-Isrāʼ ilī, al-ʻUḏrī, etc.

Existen varios estudios publicados sobre la figura de Abū ʻUbayd al-Bakrī y entre las fuentes que nos informan sobre su vida contamos con diccionarios bio-bibliográficos y crónicas. Los primeros son biografías del personaje contenidas en repertorios de ulemas y alfaquíes, género de la literatura árabe medieval que solo aportan algunos datos. Su producción se caracteriza por su amplitud de temas y su variedad un total de doce obras. Destaca su producción lingüística, aunque en nuestros días sea conocido como el principal geógrafo de al-Ándalus. Se le atribuyen complementarios. En los repertorios andalusíes, destaca el diccionario de sabios del cordobés Ibn Baškuwāl(14) (1139).

Del resto de repertorios biográficos, solo el de al-Dabbī (1202/1203), menciona a nuestro personaje, aportando una fecha para su muerte nueve años más tardía que la que nos presenta la obra anteriormente citada. Ibn al-Abbār, prácticamente reproduce en su totalidad la obra de Ibn Baškuwāl y añade fragmentos de textos de la obra de al-Bakrī, así como un párrafo del antólogo Ibn Jāqān(15).

En cuanto a los repertorios orientales(16), nuestro personaje aparece mencionado en las obras de Yāqūt al-Hamawī (1229); la de al-Safadī (1297-1363); y la de al-Suyūtī, que señala una fecha de fallecimiento cercana a la de al-Dabbī.

Contamos también con la crónica del cordobés Ibn Ḥayyān (1076) y un fragmento de una crónica anónima de la obra del magrebí Ibn ʻIḏārī (s. XIV). Ambas mencionan la pertenencia de nuestro autor a la rama onubense de la familia de los Bakríes.

Otra fuente importante es la antología literaria de Ibn Bassām, con un capítulo en el que aporta varios textos del autor y algunos de sus poemas.

En base a todas ellas, solo hemos podido obtener tres fechas seguras(17) en referencia a la vida de al-Bakrī: la fecha de su muerte en 1094, cuando abandona Saltés para marcharse a Córdoba en 1051, y la fecha de composición de su descripción geográfica en 1067/1068. Su fecha de nacimiento continúa siendo desconocida.

A modo de conclusión, podemos decir que la obra de al-Bakrī tiene un valor fundamental como fuente de carácter geográfico e histórico para el conocimiento de la España musulmana durante la Edad Media. El Kitāb al-masālik wa-l-mamālik, a pesar de haberse conservado de forma fragmentaria, nos proporciona una serie de datos que nos permiten hacernos una idea de cómo los propios andalusíes veían su entorno y su pasado, además de ser una importante muestra de hasta dónde se habían desarrollado sus conocimientos culturales y científicos.

No obstante, a la hora de enfrentarnos al análisis de este tipo de fuentes, nunca debemos olvidar que sus autores pertenecían a un contexto social determinado y que el resultado de su trabajo tenía un propósito concreto, que muchas veces se hallaba al servicio de aquellos que detentaban el poder.

Teniendo todo ello en cuenta, podemos acercarnos al autor y a sus textos y realizar un análisis exhaustivo que nos permitirá comprender mejor nuestro pasado y valorar en su justa medida el legado andalusí que ha tenido una gran importancia en la construcción de nuestro presente.

 

Bibliografía

  • Álvarez Palenzuela, V. A. (2011): Historia de España de la Edad Media, Editorial Planeta S. A., Barcelona, 915 pp.
  • Bonnassie, P., Guichard, P. y Gerbet, M. C. (2001): Las Españas medievales, Editorial Crítica S. L., Barcelona, 368 pp.
  • Carrasco, J, Salrach, J. M., Valdeón, J. y Viguera, M. J. (2002): Historia de las Españas medievales, Editorial Crítica S. L., Barcelona, 380 pp.
  • Chejne, A. G. (1974): Historia de España musulmana, Ediciones Cátedra S. A., Madrid, 432 pp.
  • García Sanjuan, A. (2002): «El polígrafo onubense Abú ʻUbayd al-Bakri», en Aestuarja Revista de investigación, Diputación de Huelva, año 9, no 8, pp. 13-34.
  • Monsalvo Antón, J. M. (2014): Historia de la España Medieval, Ediciones Universidad de Salamanca, Salamanca, 434 pp.
  • Viguera Molíns, M. J. (1992): Los reinos de taifas y las invasiones magrebíes (Al-Andalus del XI al XIII), Editorial MAPFRE S. A., Madrid, 377 pp.

Notas

(1). Monsalvo Antón, J. M. (2014): Historia de la España Medieval, Ediciones Universidad de Salamanca,
Salamanca, 434 pp.

(2). Monsalvo Antón, J. M. (2014) …

(3). Ibíd.

(4). Ibíd.

(5). Ibíd.

(6). Ibíd.

(7). Viguera Molíns, M. J. (1992): Los reinos de taifas y las invasiones magrebíes (Al-Andalus del XI al XIII), Editorial MAPFRE S. A., Madrid, 377 pp.

(8). Viguera Molíns, M. J. (1992) …

(9). Ibíd.

(10). Ibíd.

(11). Ibíd.

(12). García Sanjuan, A. (2002): El polígrafo onubense Abú ʻUbayd al-Bakri, en Aestuarja Revista de
investigación, Diputación de Huelva, año 9, nº 8, pp. 13-34.

(13). Chejne, A. G. (1974): Historia de España musulmana, Ediciones Cátedra S. A., Madrid, 432 pp.

(14). García Sanjuan, A. (2002) …

(15). Ibíd.

(16). Ibíd.

(17). Ibíd.

 

Este artículo forma parte del II Concurso de Microensayo Histórico y Microrrelato Desperta Ferro en la categoría de microensayo. La documentación, veracidad y originalidad del artículo son responsabilidad única de su autor.

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