Como continuación a las precedentes exposiciones, “Napoléon et l’Europe” (2013) y “Napoléon à Sainte-Hélène. La conquête de la mémoire” (2016), en el Musée de l’Armée de París se ha desarrollado entre el 6 de abril y el 22 de julio de 2018 la exposición “Napoléon Stratège” («Napoleón Estratega«), en la que se ha presentado un estudio de la forma de entender el desarrollo de la guerra por parte del emperador.
Dividida en dos grandes ámbitos para adaptarse a la estructura constructiva del Hôtel national des Invalides, la exposición muestra, sobre la base de una amplia y excelente selección de materiales procedentes de los fondos del propio museo parisino y de otros como el Musée de l’Empéri de Salon-de Provence, y de colecciones particulares, destacando entre estos últimos el bastón de mariscal, con su estuche, de André Massena, y que se expone junto a los de Davout y Bessières, los orígenes del pensamiento militar de Bonaparte desde sus primeras lecturas de los textos clásicos griegos y latinos, la aplicación de dichos principios tamizados por su propia forma de comprender la guerra en las campañas de Italia y Egipto, hasta la definición del modelo de ejército basado en la organización de Cuerpos de Ejército preparados para combatir de forma autónoma y la irrupción de la teoría de la posición central para conseguir la división de las fuerzas enemigas y disponer de superioridades numéricas específicas en situaciones concretas. Logística, inteligencia militar, elección de comandantes, estudio del adversario son apartados tratados en la misma, así como la propia evolución de la estrategia militar seguida por sus oponentes, a los que la muestra dedica una especial atención, concediendo a las campañas de Rusia y España la parte esencial de las causas de la derrota del Primer Imperio.
Uno de los aspectos más significativos de la propuesta museográfica «Napoleón Estratega» consiste en la profusión de materiales de difusión concebidos exclusivamente para la muestra, iniciado con el film de anuncio en el que Berthier, Josefina, Francisco I y un granadero de la Vieille Garde explican su visión sobre las diferentes estrategias del emperador con un inestimable toque humorístico, y que incluye tres audiovisuales y 14 elementos interactivos. Los primeros incluyen diversas escenas del film Waterloo (1969) de Sergueï Bondartchouk, y dos recreaciones de las reacciones de Napoleón en las noches siguientes a la victoria de Austerlitz (1805) y la derrota de Waterloo (1815) en las que el emperador reflexiona sobre las causas del éxito y el fracaso de sus estrategias. Si el material filmado constituye un elemento interesante, los interactivos son una muestra excelente de las posibilidades de este tipo de recursos para explicar elementos clave como el empleo de la cartografía de la época en la definición de las campañas, o la evolución de la táctica desde el nivel de compañía al de división, introduciendo al visitante en los diversos tipos de maniobras de aproximación, ataque y defensa. Un segundo bloque de interactivos permite calzarse las botas tanto de Napoleón como de sus principales oponentes para tomar las decisiones oportunas tanto en el desarrollo de las campañas y batallas como en la elección de los mandos de las diferentes unidades, la logística o la obtención de información.
El empleo de recursos audiovisuales para contextualizar la exposición «Napoleón Estratega» de una temática que se había considerado restringida a un sector de público interesado, se ha convertido en un elemento determinante en la renovación del discurso expositivo de las colecciones permanentes del Musée de l’Armée, especialmente tras la renovación de las salas dedicadas al período comprendió entre los reinados de Luis XIV y Napoleón III, que se está ampliando a las correspondientes a ambas Guerras Mundiales, permitiendo así convertir unas excelentes colecciones de objetos en recursos didácticos integrados en las propuestas didácticas contemporáneas. A ello se suma, en el caso presente, la edición de un excelente catálogo dirigido por Bruno Colson, sin duda uno de los principales especialistas actuales en el mundo napoleónico, programas de mano que incluyen listados explicativos de batallas y un glosario para permitir la comprensión de los principales conceptos técnicos, e incluso cartillas de juegos para escolares sobre la temática de la muestra.
La exposición es también un nuevo ejemplo de la excelente programación que está realizando dicho centro y que ya pudimos comprobar en 2017 en dos muestras anteriores: “Guerres secrètes” dedicada al espionaje durante las dos Guerras Mundiales con interesantes derivadas en el ámbito de la creación literaria y cinematográfica, y “France-Allemanne(s) 1870-1871. La guerre, la commune, les mèmoires”, una espectacular muestra sobre la Guerra franco-prusiana, la caída del Segundo Imperio, la proclamación de la Tercera República y, especialmente el desarrollo de la Comuna de París y su aplastamiento por las tropas gubernamentales. En el año en que se celebrará el centenario del armisticio del 11 de noviembre de 1918 que puso fin a las operaciones militares de la Primera Guerra Mundial, el museo ha programado dos nuevas muestras: “1918, armistice(s)” entre el 24 de julio y el 30 de septiembre, y “À l’est la guerre sans fin 1918-1923” entre el 5 de octubre y el 20 de enero de 2019 en la que se analizará el surgimiento de los nuevos estados en Europa oriental surgidos como resultado de la descomposición del Imperio Austro-húngaro refrendada en el Tratado de Versalles de 1919, la Guerra Civil rusa y las intervenciones occidentales en el teatro de operaciones. Sin duda, excusas excelentes para desplazarse a París.
Por Francisco Gracia Alonso es catedrático de Protohistoria en la UB, autor de Cabezas cortadas y cadáveres ultrajados y miembro del consejo asesor de Desperta Ferro Antigua y Medieval, Desperta Ferro Historia Moderna y Arqueología e Historia.
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