Recreación de la batalla en Tres Naciones Astorga.
Tras más de medio año de Guerra de Independencia, en la Navidad de 1808, el Ejército de la Izquierda, comandado por el marqués de La Romana se veía mermado cada vez más por el hambre y el tifus. Esto provocó que se replegasen hacia León para sumar sus fuerzas con el aliado británico, que dirigía sir John Moore. Ambos ejércitos sabían que si eran alcanzados antes de llegar a las montañas no tendrían escapatoria, por lo que Moore ordenó la retirada hacia Astorga. Una vez allí, el marqués de La Romana no pudo convencer a su aliado para resistir en las montañas y dejar libre Galicia de la invasión. Moore había decidido reanudar la marcha hasta A Coruña, convencido de la derrota final de España.
Mientras, en el bando francés el propio emperador Bonaparte había decidido cruzar los Pirineos tras la derrota de Bailén (julio de 1808). Napoleón sabía que el ejército británico y los restos del español de la Izquierda se agrupaban en Astorga y León, por lo que lanzó una ofensiva de la Grande Armeé desde Madrid, entrando en Astorga el 1 de enero de 1809. Ese día comenzaba el saqueo de la ciudad, que duró una semana y que provocó consecuencias terribles: “En Astorga los últimos días del año fueron el Juicio Final”.
Soldados en la recreación histórica de Tres Naciones.
En medio de la ventisca la situación se convirtió en un caos y los británicos emprendieron la retirada, cubiertos por los españoles. Moore avanzó por Manzanal y Piedrafita se encaminó hacia A Coruña, mientras que el marqués de La Romana y sus tropas tomaron la ruta de Foncebadón, para llegar a Ourense atravesando Ponferrada. Durante la horrible huida, centenares de soldados murieron, y Astorga estaba siendo brutalmente saqueada.
Sin embargo, Napoleón no quedó satisfecho con la campaña, debido al carácter indómito de la gente de la zona, a la dureza del territorio y a la epidemia de tifus que también afectaba a sus soldados. Estos hechos, unidos a las malas noticias llegadas desde Austria, provocaron que el Emperador interrumpiese la campaña española el día 3 de enero y volviese a Francia para centrarse en la campaña centroeuropea.
No obstante, el sufrimiento de Astorga no terminaba ahí, ya que, a lo largo de la Guerra de Independencia, la ciudad sufriría otros dos asedios más.
Recreación histórica
Durante los días 12, 13 y 14 de octubre de este año 2018, la Asociación Histórico-Cultural de Voluntarios de León puso en marcha la recreación de los hechos históricos que acontecieron en 1808. Con la colaboración del Excelentísimo Ayuntamiento de Astorga y el respaldo de la Asociación Napoleónica Española, pusieron en marcha el proyecto Tres Naciones, que contó con la presencia de casi mil recreadores de diecisiete nacionalidades distintas. Astorga vivió de nuevo la entrada del Marqués de La Romana y Sir John Moore. Mark Schneider, en la piel de Napoleón, les pisaba los talones.
Campamentos de época en Astorga durante el evento Tres Naciones.
Entre los elementos que acompañaron a la gran batalla celebrada junto al Castrillo de los Polvazares, se podían encontrar tres campamentos de época y varias placas conmemorativas. Durante la batalla se utilizaron réplicas de armas de la época y uniformes realizados tras años de investigación y estudios. Como colofón del evento estaba programada otra gran batalla para la mañana del domingo 14, que recordaría la acción del paso del Esla en Benavente, sin embargo, las condiciones meteorológicas adversas impidieron su celebración.
Además de la recreación de las batallas, los visitantes de Tres Naciones pudieron conocer diferentes puntos de interés repartidos por la ciudad, y contemplar piezas de la artillería y caballería de los ejércitos. También se organizaron actividades complementarias como homenajes, conferencias, representaciones teatrales, bailes de época, visitas guiadas a los campamentos y a los lugares históricos y actividades para niños, como una exposición de figuras de Playmobil.
El evento Tres Naciones fue todo un éxito gracias a los miles de turistas que visitaron la ciudad y a los recreadores que pudieron disfrutar de tres días inmersos en la Navidad de 1808.
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