A medida que los ejércitos aliados iban avanzando desde tres ejes hacia la posición central de Napoleón en Leipzig, estallaron una serie de batallas desesperadas con las que el emperador esperaba mantener separados a sus enemigos. Tras la derrota de Murat en la batalla de Liebertwolkwitz el día 14 de octubre, al sur de Leipzig, acercándose por el norte, el Ejército de Silesia del mariscal Blücher, que incluía el cuerpo prusiano del general Yorck, se topó con los franceses que se hallaban apostados en una suave meseta cercana al pueblo de Möckern, el 16 de octubre. Allí, los hombres del mariscal Marmont, apoyados por los polacos de Dąbrowski, aguardaban a los enemigos: el salvaje enfrentamiento en las calles marcó la batalla, pues franceses y prusianos pelearon casa por casa.
El comandante Von Hiller, que mandaba a los primeros prusianos que atacaron el pueblo, describe el entusiasmo que espoleaba sus fuerzas aquel día:
«Ataqué, pues, de nuevo el pueblo. Todos ardían en deseos de lidiar con el enemigo y, cuando proclamé que el destino de Alemania se decidiría aquel día, se precipitaron hacia adelante con grandes vítores, avanzando sobre los cuerpos de sus camaradas caídos. Me vi obligado a echar mano de mi reserva, los Granaderos de Prusia Occidental, pero, a pesar de toda la rabia y el valor de mis hombres, fue imposible silenciar el fuego de los batallones enemigos en el interior de las casas. Sin embargo, tuve el placer de contemplar al enemigo avanzar […] darse la vuelta y correr ante el coraje de mis hombres. Mientras lo hacía, observé el avance del resto de las brigadas del cuerpo».
La superioridad numérica de los aliados en la batalla de Möckern se cobró un alto precio entre los hombres del mariscal Marmont. La explosión de un carro de municiones en medio de su gran batería provocó la pérdida de un buen número de cañones franceses y, aprovechando la confusión producida, los prusianos conquistaron sus posiciones. Marmont se vio obligado a retirarse a última hora de la tarde, tras haber resultado él mismo herido en la refriega. Ambos bandos sufrieron abundantes bajas.
La providencial llegada de Blücher a Möckern alteró los planes de batalla de Napoleón para ese 16 de octubre, que pasaban por concentrar sus fuerzas en un devastador ataque sobre en Ejército de Bohemia en el sector de Wachau, al sur de Leipzig. La batalla de Wachau rugió con fiereza ese día y al siguiente, pero la presencia prusiana en el norte y la consiguiente diversión de tropas permitió al príncipe Schwarzemberg aguantar la embestida napoleónica. La terrible batalla de Leipzig se prolongaría durante tres días más.
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