Este nuevo descubrimiento en el territorio de Dessobriga, colindante entre Osorno (Palencia) y Melgar de Fernamental (Burgos), excavado desde 2014, ha servido para arrojar luz sobre un pueblo prerromano habitante en la península ibérica que luchó fervientemente contra el Imperio romano: los vacceos.
La información sobre esta etnia prerromana es muy escasa, de ahí la gran importancia del «Proyecto Dessobriga» emprendido por la catedrática francesa de origen palentino Margarita Torrione, miembro la Société Archéologique de Bron (SAB, LYON) y en el que colaboran los arqueólogos Jesús F. Torres Martínez y Antxoka Martínez Velasco, del Instituto Monte Bernorio de Estudios de la Antigüedad del Cantábrico (IMBEAC). Su pretensión es conocer la relevancia del pueblo vacceo en el proceso de conquista romana de la península ibérica.
El yacimiento de Dessobriga ocupa un lapso de tiempo que abarca desde la Primera Edad del Hierro hasta época romana altoimperial, entre los siglos VIII a. C. y III d. C. Se trata de un oppidum, un tipo de urbanismo defensivo en altura caracterizado por aprovechar la elevación natural del terreno para reforzarlo y crear recintos amurallados para la protección de su comunidad, así como para el control de todo el territorio visible.
Al tratarse de este tipo de organización espacial, la campaña de excavaciones de este año, que ha transcurrido entre el 13 de julio hasta el 8 de agosto de 2015, se ha centrado en la zona de la muralla para determinar la relación de este pueblo con el fenómeno militar: si se trataba de un pueblo protegido y poderoso, o todo lo contrario. Y, para mayor sorpresa, han descubierto que la muralla tiene un espesor considerable y se extiende 400 m. de longitud, lo que indica un cierto poder y relaciones de inestabilidad con otros pueblos, que por ello tuviesen que protegerse con este tipo de murallas.
Además, aún presenta evidencias de que en ella se libró al menos una batalla; sabemos además que la urbe fue quemada, como delata el hecho de que los adobes de sus viviendas han perdurado hasta nuestros días, endurecidos por efecto del fuego. Alrededor de la muralla se han encontrado fosos contiguos de 4 m de profundidad que servirían como evasiva de posibles ataques.
Los investigadores señalan a Roma a la hora de buscar responsables de estos daños, porque además de los antecedentes conocidos de enfrentamientos del pueblo romano contra la mayoría de los pueblos de la península ibérica, se han hallado proyectiles de piedra usados como catapulta junto con flechas de tipo sirio (elementos típicos de las ofensivas romanas, y en especial las flechas, ya que eran utilizadas especialmente cuando el ejército romano quería terminar la batalla con el “toque de gracia”). Además, se han encontrado ajuares, fíbulas, cerámica y menaje doméstico que definen a los vacceos como una comunidad explotadora de recursos, poderosa dentro de su territorio y con estratificación social.
Este hallazgo ayudará a la investigación de la época inmediatamente anterior a la conquista romana de Iberia, ya que algunos autores interpretan este episodio de agresión a los vacceos como un preludio a la conquistas de la zona cantábrica.
Debido a las pocas certezas que se tienen acerca de los pueblos prerromanos y lo inseguro de las interpretaciones, es previsible que la investigación en este campo aún nos depare grandes sorpresas. Gracias a proyectos como éste, con la colaboración franco-española o con otros países, podremos avanzar en nuestro conocimiento de los episodios de la historia que aún nos quedan por reconstruir.
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