Este nuevo estudio forma parte del programa que mantiene el ministerio de antigüedades egipcio para convertir el 2016 en el «Año de las pirámides» y que se combina con otros nuevos estudios y análisis que se están llevando a cabo en la tumba de Tutankamón.
Las pirámides de Egipto escogidas pertenecen al periodo del Imperio Antiguo (2686-2181 a. C.). En el yacimiento de Dashur se estudiarán la Pirámide Acodada de Snefru (padre de Keops) y la Pirámide Roja, las más antiguas que se conservan. Por otro lado, serán las de Keops y Kefrén las que se escanearán en Giza al tratarse de dos ejemplos del periodo de máximo esplendor de las pirámides.
El primero de los procesos a los que serán sometidos los monumentos consiste en una imagen térmica por infrarrojos con objeto de desvelar puntos fríos o calientes que pudieran corresponder a nuevos pasadizos o estancias desconocidas.
Este método no está exento de complicaciones ya que, por la propia climatología de Egipto, deberán compararse las diferencias térmicas entre los datos obtenidos en verano e infierno. Además, las pirámides absorben calor durante el día y lo expulsan por la noche, lo que obligará a los expertos a tomar las instantáneas en momentos concretos del amanecer, mediodía y ocaso para obtener datos relevantes.
Posteriormente se someterá a las pirámides a una radiografía de muones, una partícula que tiene la característica de ser capaz de atravesar todo tipo de cuerpos sólidos. Esta tecnología ya se ha empleado en algunos de los volcanes que se encuentran en Japón. Para ello los especialistas situarán varios detectores en las pirámides y analizarán la velocidad y la carga de las partículas en su entrada y salida. De este modo, la acumulación de estas partículas permitirá descubrir nuevas áreas vacías en el interior.
También está pensado realizar una reconstrucción en tres dimensiones de las necrópolis mediante la toma de fotografías a diferente altitud. Este proceso conocido como fotogrametría se combinará con información obtenida gracias al empleo de drones.
Finalmente, se realizará un análisis por láser que permitirá obtener datos acerca del método constructivo que se empleó gracias al estudio de niveles, pendientes y rampas que pudieron utilizarse en su construcción.
El éxito de este particular «chequeo médico» sería un gran paso que llevaría a aplicar métodos de análisis similares en otras pirámides de Egipto y otros monumentos de la tierra de los faraones.
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