En DESPERTA FERRO MODERNA Nº9: RICHELIEU CONTRA OLIVARES. FRANCIA EN LA GUERRA DE LOS TREINTA AÑOS, podrás encontrar…
“Rocroi, 19 de mayo de 1643” por Julio Albi. No es fácil explicarse el mito que se ha formado en torno a la batalla de Rocroi. No produjo ningún cambio estratégico mencionable, ya que al final de la campaña de ese año, tras conseguir otros éxitos poco reseñables, el ejército francés se hallaba exhausto y diezmado por las bajas, debidas a los combates, las penalidades y la sempiterna deserción, mientras que el español se hallaba ya totalmente reorganizado. Tampoco reveló ningún fallo estructural en esa infantería española que una escuela cada vez menos vigente ha venido presentando como elefantiásica y rígida. Por fin, no fue ni la primera ni la última derrota de los tercios. Parecería, pues, que debería ocupar entre las grandes batallas de la Historia un lugar menor del que detenta. Ilustración de Julia Lillo. Mapas de Carlos De La Rocha.
A la venta el 28 de marzo de 2014.
Rocroi no es, ni mucho menos, una de las grandes batallas de la Guerra de los Treinta Años.
En 1642, el triunfo de los Tercios frente al ejército francés en Honnecourt fue aplastante, y los franceses estuvieron cerca de perder la guerra.
El hecho de que los franceses estuvieran al mando de Guiche, menos exitoso que Turenne y Condé, hace que Honnecourt sea relegada a un segundo puesto.
Sin embargo, en Rocroi los franceses eran liderados por el Gran Condé, que junto a Turenne, era uno de los mejores generales de la época.
Es normal que los franceses, ganadores de la guerra franco-española, dieran tanta importancia al triunfo en Rocroi. Si la guerra hubiese terminado en Honnecourt, De Melo habría sido un gobernador excelente, el Ejército de Flandes habría pasado al recuerdo como una unidad invencible, y el general Beck habría sido uno de los mejores de su época.
Sin embargo, los franceses se rearmaron, y pasaron al contraataque, venciendo en Rocroi, Freiburg, Nördlingen y Lens, al mando de generales muy capaces, con tropas bien equipadas, y con el apoyo sueco en Alemania.
Gracias por participar en el blog, José Antonio. Desde luego que Rocroi no fue la gran victoria que Francia ha vendido durante siglos. Posteriormente, a pesar de las derrotas que el Ejército de Flandes sufrió hasta el fin de la guerra, también hubo victorias, como por ejemplo Valenciennes (1656). Y si la guerra acabó en victoria francesa fue gracias a su alianza con la Inglaterra de Cromwell. Otra cosa que se olvida con demasiada facilidad es que la guerra no solo se libró en los Países Bajos. En Italia, a pesar de todas las intentonas francesas, las tropas galas fueron incapaces de conquistar ninguna posición; mientras que Felipe IV retomó Barcelona en 1652. No debemos centrarnos en un solo frente para intentar explicar la situación de la Monarquía.
No puedo estar más de acuerdo. Recuerdo que en el instituto nos explicaban la Guerra de los Treinta Años y la Guerra franco-española como un triunfo francés. Sin embargo, considero que los franceses (y los suecos) ganaron la guerra contra el Imperio y Austria, contando con la alianza sueca. Pero contra España, no podría decir que los franceses hubiesen vencido: Italia seguía siendo española, y el dominio sobre los Países Bajos españoles perduró bastante tiempo más.
Cierto. Hasta la alianza hispano-holandesa que tampoco fue muy provechosa… quizás el advenimiento de los Borbones fue más por intimidación que por convicción, con un ejército francés -presuntamente- invencible, que contra todo pronóstico, tuvo una serie de derrotas en la Guerra de Sucesión bastante catastróficas.
En el siglo XVII, los Países Bajos eran sin duda alguna los últimos de Europa, y el país que peores enemigos tenía.
España fue su enemigo más acérrimo desde que los neerlandeses se rebelaron contra la autoridad española.
La Francia de Luis XIII y Richelieu, por motivos comerciales y políticos, era otro de sus rivales. Inglaterra odiaba a los neerlandeses por su colonia de Nueva Holanda en Norteamérica, que mantenía separadas Nueva Inglaterra de Maryland y Virginia.
El Imperio y Austria, por religión, no aguantaban sus ganas de hecharle las garras a los Países Bajos. Por último, Suecia no quería ni oir hablar de los neerlandeses, que liderados por Peter Stuyvesant, destruyeron el asentamiento sueco en el río Delaware y masacraron a sus habitantes.
Viendo esto, me parecen increíbles los deseos de superación de los neerlandeses, que teniendo a las naciones europeas más poderosas en su contra, mantuvieron su independencia y crearon un imperio colonial que todavía mantiene algunos enclaves fuera de Europa.
Me parece una visión incompleta. La monarquía hispánica entraría en una decadencia notable bajo Carlos II, mientras que Francia estaría pujante bajo el Rey Sol.
Te olvidas que el frente catalán también lo ganamos nosotros, si no, hoy cataluña sería francesa seguramente, menos tarragona a lo mejor.
Casi fue más decisiva la batalla de lérida de 1644 que la de rocroi.
Supongo que si los ejércitos franceses hubieran vencido en Cataluña, y si hubieran tomado Barcelona, Milán, Pavía, Besançon, Gante, Brujas, Bruselas y Amberes, el poder español en Europa occidental se habría venido abajo ipso facto, y Francia se habría expandido notablemente al ocupar Cataluña, Charolais y el Franco Condado, el Milanesado, Luxemburgo, Valonia, Flandes, Brabante y el arzobispado de Colonia.
Pretendíamos analizar desde 1635 a 1643, tal y como anunciamos en el título. En números venideros tal vez podamos estudiar la segunda parte del reinado de Felipe IV y el de Carlos II, tiempo al tiempo.
Hola, a mi me gustaría saber las bajas reales que hubo, por que las francesas si están más claras, pero con las españolas van desde los 3000-4000 muertos en total, 5000 muertos, 8000 que, ya no creo tanto pero leyendo que atacaron de flanco a los alemanes y valones y que al día siguiente se unieron a beck más de 5000 infantes y casi toda la caballería. Y habiendo los tercios italianos habiendo salido casi intactos… No se cuantas bajas tuvieron los «tercios de naciones», alemanes, valones y borgoñotas.