Según el profesor Andrew Gunter Frank, Asia Central fue un importante nexo de unión entre diferentes partes de Oriente y entre este y Europa, además de definir la región como la más importante de Asia. Sin embargo, desde el siglo XVI hasta la primera mitad del siglo XIX, las relaciones políticas, socio-económicas y culturales sufrieron una gran inestabilidad en Asia Central, y a los periodos de relativo crecimiento les siguieron otros de recesión.
El janato de Bujara
Al final del siglo XV, el imperio creado por Tamerlán se fragmentó en varios pequeños dominios. A mediados del siglo XVI, Abdalá Jan II (1557-1598) logró unirlos bajo su soberanía y eligió Bujara como su capital, por lo que el nuevo estado recibió el nombre de janato de Bujara. Durante su reinado creció notablemente la producción artesanal y el comercio, tanto doméstico como internacional. Sin embargo, ya en el siglo XVIII, la situación cambió y el debilitamiento del Estado fue aprovechado por el sah de Persia, Nadir Afshar, que en 1740 capturó Bujara y fue reconocido como soberano supremo del janato, el cual, hasta la muerte de Nadir Sah en 1747, fue considerado como vasallo dependiente de Persia.
En 1753, Amir Muhammad Rajim tomó el trono de Bujara y fundó la dinastía Mangit, que pervivirá hasta 1920. Rajim Bey logró la independencia y dirigió una activa política centralizadora en la que reemplazó a los poderosos emires por representantes de las clases medias de la población. En 1785 el más importante atalik [N. del T.: originalmente, tutores o visires de los janes de Bujara] del emirato era Sah Murad, quien oficialmente se declaró a si mismo amir –jefe del Estado– y lideró la lucha por el fortalecimiento de Bujara. Sah Murad introdujo innovaciones en la corte, intentó reemplazar la fuente de los ingresos de los comandantes militares de la explotación de la tierra a una base monetaria, y restableció el waqf (institución económica islámica por la cual tierras y otros medios de producción son cedidos por los janes o donantes particulares a perpetuidad para la financiación de organizaciones religiosas y caritativas y que, debido a la inestabilidad política previa, se habían perdido).
Sah Murad organizó repetidas campañas contra Persia y Afganistán. A pesar del fortalecimiento del poder estatal, el proceso de consolidación fue obstaculizado por frecuentes acciones militares conducidas por los gobernantes de los janatos de Joqand y Jiva, y por diferentes insurrecciones, una de las más virulentas fue la revuelta de los Kitay-Kipchaks. Durante varias centurias Bujara fue considerada el centro del saber islámico y un lugar de peregrinaje para toda Asia Central, incluido el janato Kazajo.
El janato de Jiva
Desde 1511 Jorasmia estaba gobernada por la dinastía turcomongola de los Shaybánidas, y en 1556 Avanesh Jan eligió a Jiva como capital, cuya importancia experimentó un incremento radical. A finales del siglo XVI y principios del XVII, debido al cambio del cauce del río Amu Daria y el gradual empobrecimiento de la vida en Urgench (ahora Kunya-Urgench), muchos de sus residentes se vieron forzados a abandonar la ciudad y asentarse a 30 km de Jiva, donde se alzó una nueva Urgench. La ventajosa localización geográfica de la nueva población aseguró su crecimiento como el centro industrial y comercial de Asia Central, lo que, a su vez, influyó en el posterior despegue de Jiva.
A comienzos del siglo XVII el janato disfrutó de una relativa estabilidad política. Se transformó la estructura de la administración pública y a la cabeza de puestos específicos se puso a jefes tribales, llamados beks. Posteriormente la economía en las áreas rurales y urbanas recibió especial atención por parte del inak («primer ministro») Muhammad Amin, de la tribu Kungrad, el gobernador de facto del janato desde 1763. Muhammad Amin Inak se convirtió en el antecesor de la dinastía Kungrad, que perduró hasta 1920. Durante la historia del janato de Jiva, los inaks tuvieron un gran peso, ya que eran importantes dignatarios y tenían una influencia decisiva a la hora de elegir a los janes. Muhammad Amin Inak, que había comenzado a dirigir el Estado en nombre de los gengiskánidas, que para el siglo XVIII habían perdido mucha de su influencia, se levantó contra ellos y derrocó a los janes. Muhammad Amin abogó por la unificación de las distintas áreas en un solo estado tras garantizarse el apoyo político de las tribus turcómanas, lo que dinamizó sus lazos comerciales mutuos y posibilitó que los turcómanos ingresaran en el ejército de Jiva.
En 1804, Eltuzar aceptó oficialmente el título de jan y su hermano, Muhammad Rahim I (1806-1825), logró unir otras posesiones bajo su soberanía y fundó y dirigió la Corte Suprema para discutir asuntos de Estado. La Corte se componía de funcionarios de alta graduación y de representantes de las tribus uzbekas. Además llevó a cabo una reforma fiscal y estableció las oficinas de aduana.
En el siglo XVIII, con la construcción de las líneas fortificadas rusas en torno a Orenburgo, el janato de Jiva colindaba directamente con Rusia. Desde ese momento las relaciones políticas y económicas entre los dos países se intensificaron de manera significativa. Las necesidades del desarrollo económico del janato llevaron a la necesidad de reforzar y centralizar el Estado. Sin embargo, durante la segunda mitad del siglo XIX Jorasmia sufrió otra vez una serie de guerras intestinas.
El janato de Joqand
El janato de Joqand tuvo un puesto destacado en la arena política de Asia Central. La causa fundamental de esta emergencia fue el hondo declive de la vida política y socio-económica del janato de Bujara, del que formaba parte, entre el final del siglo XVII y comienzos del XVIII. La separación de Joqand de Bujara en 1709 contribuyó a la compactación de su territorio y a una mayor independencia económica del valle de Ferganá. El janato controlaba el territorio del norte del Ferganá, desde Namangan hasta Pansadgazi. Su primer gobernante fue Shahrukh Bey (1709-1721/22), y durante el reinado de su hijo, Abdurahim Bey (1722-1733), el territorio del janato fue significativamente expandido, mientras que posteriormente Ardona Bey (1751-1769) y Norbuta Bey (1770-1798) dirigieron políticas de fortalecimiento. Bajo el gobierno de este último se observó un relativo desarrollo socio-económico; se extendió la red de canales de irrigación y se erigieron diversos edificios públicos. La expansión del comercio interno se vio dinamizado por la introducción de pequeñas monedas de cobre, denominadas pul.
Durante el reinado de Olim Bek (1800-1810) se realizaron nuevas políticas para la ampliación del janato y, con la ayuda de mercenarios, subyugó Chimkent, Sairam (1810), el oasis de Angren y la región de Tashkent al completo (1809). En 1805 Olim Bek adoptó el título de jan, momento a partir del cual Joqand se denominó oficialmente como janato. Las mismas políticas de expansión fueron seguidas durante los reinados de Umar Jan (1810-1822) y Muhammad Alí Jan (1822-1841). La vida socio-económica en este periodo se caracterizó por un alto desarrollo y se llevaron a cabo una serie de actividades dirigidas al fomento de la economía, como la extensión de la red de canales de irrigación.
Sin embargo, Muhammad Alí Jan no pudo organizar ninguna oposición a la embestida de las tropas del emir de Bujara, Nasrallah, quien decretó la muerte de este en Joqand.
El gobierno del siguiente jan, Judoyar Jan, menor de edad, se caracterizaría por la relevancia de Musulmonkul Mingboshi, su regente. Durante su reinado, marcado por la violencia, se produjeron distintos cambios de gobernantes hasta el punto que el mismo Judoyar ocupó el trono por tres veces. A mediados del siglo XIX comenzó un declive interno y externo del comercio del janato, explicado en gran parte por las circunstancias anteriormente citadas.
Relaciones internacionales de los janatos de Asia Central
Los janatos de Bujara, Jiva y Joqand mantuvieron intensas relaciones diplomáticas con muchos estados vecinos. Durante el reinado de Abdalá Jan II se desarrolló aún más el comercio interno y externo del janato de Bujara, fortaleciendo los lazos económicos con las poblaciones de la estepa kazaja, Yarkand, los imperios mogol y otomano y el zarato ruso.
Cabe señalar que Abdalá Jan II prestó especial atención a la relaciones con el janato Kazajo, lo que tuvo un notable impacto positivo en la política exterior y las relaciones económicas del janato de Bujara. La ciudad-oasis de Yarkand era el nexo de unión para el comercio con China, donde paraban sus caravanas antes de internarse en Transoxania y de ahí proseguir hacia el Oeste.
El janato de Joqand también mantuvo intensas relaciones políticas y diplomáticas con el este de Turquestán y China. Las relaciones entre las partes fueron muy complicadas a veces, e incluso entre los investigadores existe la impresión de que Joqand estaba bajo la influencia o incluso vasallaje de China, hipótesis refutada por el reputado estudioso uzbeko A. Khodjaev a partir de un detallado estudio de las fuentes. Un importante logro del janato fue la organización de una institución de gestión, los aksakals de Joqand en el este de Turquestán, diseñados para, a modo de servicio consular, resolver la tarea de fortalecer la influencia del janato en este territorio.
En el janato de Jiva la dirección de la política exterior se fortaleció durante el gobierno de la dinastía Shaybánida (1511-1770) en Jorasmia. Las relaciones políticas de Jiva con Persia se basaron en encuentros personales entre sus dirigentes, intercambio de embajadas, alianzas militares y acuerdos nupciales.
De los siglos XVI al XIX, los países europeos mostraron un especial interés por Asia Central pero el principal obstáculo en el camino de la cooperación de los países de la región con Europa fue la falta de contactos políticos directos y líneas de comunicación y transporte, por las que hubo cada vez un mayor número de misiones, cuyo principal objetivo era encontrar rutas comerciales.
Desde el siglo XVI en Asia Central se sintió una gradual y creciente influencia de Rusia tras la conquista de los janatos de Kazán y Astracán y de Siberia. Sus límites se extendieron hasta el mar Caspio y el territorio del actual Kazajistán. El interés de Rusia por establecer relaciones comerciales y diplomáticas con Jiva y Bujara tuvo objetivos políticos de largo alcance. Bajo Iván IV y Abdalá Jan comenzó un intenso intercambio de embajadas, el cual continuó en periodos subsecuentes.
Cabe señalar que hasta el último cuarto del siglo XVII los mercaderes de Asia Central eran los intermediarios del comercio entre Rusia y China. A través de Balj, Bujara y Jiva productos de la India (té, piedras preciosas, perlas, especies, etc.) llegaban hasta Rusia.
Tras el desastre de la expedición militar mandada por A. Bekovich-Cherkassky (1714-1717) contra Jiva, el Gobierno ruso envió una embajada a Bujara (1721), encabezada por el italiano Florio Beneveni, con la misión de recabar información, detectar yacimientos de oro, hacer estudios topográficos, reunir datos cartográficos, etc. La construcción de las líneas de fortificaciones de Orenburgo y Siberia perfiló los objetivos político-militares de Rusia hacia Asia Central.
La conquista de Asia Central por la Rusia zarista
Durante el siglo XIX y comienzos del XX la historia mundial sufrió diversas contradicciones y una drástica intensificación de los intereses coloniales de los países más importantes: Gran Bretaña, Alemania, Francia y Rusia. El siglo XIX también fue testigo de importantes cambios políticos y geoestratégicos acaecidos en Asia Central, causados por una compleja serie de factores internos y externos entre los que destacan la política de Rusia y Gran Bretaña. Desde la segunda mitad del siglo XIX, la región se convirtió en objetivo de la expansión militar de la Rusia zarista, que entre 1867 y 1917 logró establecer su completa hegemonía política. Debido a la fragmentación política de los janatos de Asia Central, a mitad del siglo XIX, el Imperio ruso comenzó a ocupar fortalezas y ciudades –Aqmachit (ahora Kzyl-Orda), Turquestán, Chimkent, Tashkent y otras– y el territorio conquistado se unificó en 1867 bajo la Gobernación General de Turquestán.
En 1868, a iniciativa del gobernador general, K. P. von Kaufman, se firmó un acuerdo con el soberano de Joqand, Judoyar Jan, que dio como resultado el establecimiento de relaciones pacíficas hasta 1875. Sin embargo, como resultado de los conflictos internos en el janato, en 1873 comenzó un levantamiento contra Judoyar que, en agosto de 1875, se convirtió en un movimiento de liberación nacional. Kaufman ordenó la supresión del levantamiento mediante la ocupación del janato y, por decreto del zar, el 19 de febrero de 1876 el janato fue abolido y se estableció la región de Ferganá, que fue anexionada a la Gobernación General de Turquestán.
Anteriormente, en 1868, tras la derrota que el ejército ruso infligió a las fuerzas del emir de Bujara, se firmó un tratado de paz, y en 1873 en Shakhrisabz se firmó un nuevo acuerdo entre ambas partes que consolidó la subordinación de Bujara, la cual perdió su derecho a llevar a cabo un política exterior independiente.
Durante el proceso de conquista de Asia Central por el Imperio ruso era necesaria una coyuntura internacional favorable ya que Gran Bretaña, oponente de Rusia, estaba particularmente preocupada por las acciones de esta. En particular, Gran Bretaña envió mensajeros al jan de Jiva para advertir de la posibilidad de que las tropas rusas intentaran capturar el janato. En 1872 se celebró la reunión de los emperadores de Alemania, Austria-Hungría y Rusia y al año siguiente firmaron una alianza que incluía una cláusula por la cual cada signatario se comprometía a levantar un ejército de 200 000 si alguno de los otros sufría el ataque de otras potencias. Esta alianza garantizaba a Rusia el apoyo de Alemania y Austria-Hungría si se producía un conflicto con Gran Bretaña en Asia Central. Aunque en el mensaje personal del zar Alejandro II, entregado en 1872 por su representante diplomático P. A. Shuvalov al Gobierno británico, pareció prometer no incluir Jiva entre sus pretensiones, al año siguiente el janato pasó a estar subordinado a Rusia, y como resultado del acuerdo firmado en agosto de 1873, el jan de Jiva reconoció su dependencia con Rusia y rechazó establecer relaciones directas con terceros países o firmar nuevos acuerdos sin el consentimiento de esta.
A las acciones militares de la Rusia zarista entre 1860 y 1880 les siguió el establecimiento de un régimen colonial. En julio de 1867 se publicaron las leyes que organizaron la Gobernación General del Turquestán como parte del Imperio ruso. La toma de decisiones respecto a todos los asuntos políticos, fronterizos, comerciales, lo que incluía el envío de delegados a otros países, pasaron a ser controlados por Von Kaufman. Así, la supervisión y decisión de cuestiones respecto al protectorado sobre el janato de Jiva y el emirato de Bujara y la conexión de otros países de Asia fueron asignados a la oficina del gobernador general. Fueron concedidos poderes especiales a los oficiales al mando del distrito de Zarafshan y de la división de Amu Daria en sus relaciones fronterizas con Bujara y Jiva respectivamente. Desde 1899 todos los aspectos de las políticas internacionales en Turquestán fueron puestos bajo el control del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia.
La rivalidad anglo-rusa: el Gran Juego
La importancia geopolítica y económica de Asia Central fue la razón que llevó a la rivalidad política de Rusia y Gran Bretaña en la región y que se incluyera en el proceso a varios países limítrofes, entre ellos Turquía, Persia, Afganistán y China. La Rusia zarista justificó la expansión de su esfera de poder en Asia Central en primer lugar por la necesidad de desarrollar sus relaciones comerciales. Gran Bretaña, por otro lado, se opuso a la política rusa que “amenazaba la India”. Sin embargo, durante el siglo XIX ambos imperios claramente persiguieron el fin de establecer una dominación político-militar sobre Asia Central.
La base teórico-metodológica de las intenciones geopolíticas de Gran Bretaña en diferentes partes del mundo fue formulada por representantes de diferentes ciencias y disciplinas. Entre ellos destacó el geógrafo británico Halford Mackinder, quien realizó una enorme contribución al desarrollo de la geopolítica mundial. Mackinder denominó a Asia Central como la Heartland del mundo, cuyo control era considerado la base de la dominación mundial. Mackinder desarrolló y puso en práctica la teoría del “Área Pivote”, también llamada teoría de la “Región Cardial”.
El Imperio ruso, a su vez, también buscaba expandir su influencia política, militar y económica en el vasto espacio euroasiático.
Durante el siglo XIX, en el contexto de los intereses geopolíticos de Rusia y Gran Bretaña, Afganistán, que había sido unificado entre 1820 y 1830 bajo el gobierno del emir de Kabul, Dost Muhammad, comenzó a tener cada vez más peso. Por un lado, Londres veía en Afganistán, limítrofe con la frontera del Noroeste de la India británica, un mercado potencial para sus productos y, además, el país se encontraba en las rutas comerciales con Asia Central y Jurasán. Una sólida posición en Afganistán proporcionaría un nexo entre la India británica y los mercados de Asia Central. Por el otro, en Londres se discutió la posibilidad de que Afganistán fuera geopolíticamente un estado tapón en los confines de la India británica y como una base para una futura expansión colonial en Asia Central. Según los estudiosos rusos N. Kinyapina, M. Bliev y V. Degoev, Rusia había intentado reforzar su posición en la región e impedir la dominación de Gran Bretaña en Afganistán.
A pesar del hecho de que Rusia y Gran Bretaña eran oponentes, según H. Inglr, ambas tuvieron unas activas negociaciones diplomáticas sobre varios aspectos de las relaciones internacionales en general y en Asia Central en particular. Así, ambas partes abogaron por la solución pacífica de las disputas entre Persia y el janato de Jiva durante la década de 1840, acercamiento condicionado por la Primera Guerra Anglo-Afgana (1831-1841) que llevó a la retirada del ejército británico de Afganistán y a la conclusión de un tratado de paz entre ambas partes. No obstante, según historiadores rusos, en los círculos militares de Rusia se entendió que el Imperio podía asestar un certero golpe a Gran Bretaña en la región, como evidencian numerosas cartas e informes dirigidos a funcionarios administrativos y militares de alto rango.
Por lo tanto, un alto funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, I. Ignatiev, escribió que “…la posición de Rusia y Gran Bretaña en Asia dependerá de nuestra valoración a nivel mundial”. EI investigador británico D. Gillard considera que el principal objetivo que promovía Rusia en Asia Central era el de crear una amenaza potencial sobre la India; así, en caso de que en Europa se generara una situación como la que había desembocado en la Guerra de Crimea (1854-1856), la seguridad de sus colonias podría desalentar a Londres de cualquier ansia de guerra.
Varios investigadores soviéticos, en base a la ideología de su tiempo, afirmaron que existió una “amenaza rusa” sobre la India. Numerosos acontecimientos nos permiten decir que la agenda de Rusia incluyó planes para la India, tanto en términos económicos como políticos. En concreto, durante el siglo XIX Rusia llevó a cabo varios intentos de establecer una alianza con Francia con el objetivo de realizar acciones conjuntas en relación al subcontinente.
En 1873, Rusia y Gran Bretaña aceptaron reconocer la independencia de Afganistán, pero Londres creyó que Afganistán pasaría a ser un protectorado suyo mientras que en San Petersburgo confiaban que el acuerdo hacía a Afganistán “zona neutral”. La situación volvió a deteriorarse, y aquellos que propugnaban una política activa hacia Afganistán en San Petersburgo y Londres imprimieron una presión cada vez mayor sobre el comercio y la hegemonía económica en el país. San Petersburgo intentó interceptar la iniciativa de Londres en Afganistán, por lo que en 1878 mandó una misión especial a Kabul al mando del general N. Stoletov con la propuesta de que el nuevo emir, Sher Alí, aceptara el patronazgo ruso.
El emir era partidario de la idea de la unión con Rusia, pero el Gobierno británico en respuesta consideró necesario enviar tropas a Afganistán, las cuales ocuparon tres pasos claves en la cadena montañosa del Hindu Kush, en las proximidades de la frontera con la India. Sher Alí huyó en secreto de Kabul, por lo que el trono pasó a su hijo, Yakub Jan, quien fue obligado por el virrey de la India, lord Lytton, a firmar el 26 de mayo de 1879 el Tratado de Gandamak, muy beneficioso para los intereses británicos. A comienzos de octubre de ese mismo año, los soldados afganos se rebelaron y aniquilaron a la misión inglesa en Kabul, por lo que la Segunda Guerra Afgana continuó bajo el liderato del sobrino de Sher Alí, Abdur Rahman.
Al mismo tiempo que se desarrollaban dichos acontecimientos, Rusia capturó el oasis de Akhal-Teke y en enero de 1881, tras un largo y encarnizado sitio, cayó la fortaleza de Gökdepe (o Geok-Tepe). Tras conquistar el territorio ocupado por las tribus turcómanas, Rusia prácticamente tuvo la oportunidad de controlar la ruta desde el Cáucaso hasta el Asia Central. Al mismo tiempo comenzó a pactar con el sah de Persia la delimitación de las fronteras entre ambas partes. Como mediador fue elegido el representante de Gran Bretaña, quien tuvo que hacer frente a difíciles negociaciones secretas. Como resultado de las mismas en 1881 se firmó el convenio para delimitar las fronteras entre Rusia y Persia hacia el este del mar Caspio.
A comienzos de 1880, una parte significativa de Afganistán estaba ocupada por las fuerzas británicas, por lo que se concluyó un acuerdo entre el emir Alí Abdur Rahman y el representante de Gran Bretaña, por el que el Gobierno británico mantuvo el control sobre la política exterior de Afganistán. Sin embargo, desde 1882 hasta 1891, Alí Abdur Rahman, con el apoyo político y militar de Londres, consiguió tomar posesión de los pequeños estados de Shugnán, Rushán, Vakhán, Zebak e Ishkashim en la cordillera de Pamir. Al mismo tiempo, Rusia también intensificó su acción en el Pamir, por lo que en 1891 su parte oriental fue anexionada e incluida en la región de Ferganá, mientras que la parte occidental, con el beneplácito de San Petersburgo, fue conquistada por el emirato de Bujara, vasallo de Rusia.
En Gran Bretaña comenzó a hacerse patente la necesidad de mejorar las relaciones con Rusia. Por lo que, en 1887, el primer ministro Salisbury, en una sesión parlamentaria, afirmó que en Asia había el suficiente espacio para rusos y británicos. Así comenzó una nueva ronda de conversaciones entre ambas partes en referencia a Afganistán. Tras las negociaciones en Londres de 1885, se llegó a un acuerdo para delimitar la frontera noroeste de Afganistán. En 1887 se firmó un protocolo final que establecía la frontera ruso-afgana desde Gerirud, en el oeste, hasta Amu Daria, en el este y desde el lago Zorkul, situado paralelo al Hindu Kush, hasta Kashgaria.
El acuerdo incluyó el establecimiento de un territorio neutral entre las posesiones rusas en el Pamir y las inglesas en la India, el denominado corredor Vakhan, que fue entregado de nuevo a Afganistán. Por lo tanto, el límite de la esfera de influencia rusa con Afganistán quedaba establecido desde el río Panj hasta el lago Zorkul y más allá hasta el Hindu Kush hasta las posesiones del Imperio Qing, y en el Pamir, en la frontera con China, se mantuvo en la estribación de Sarykol. El estatus de Afganistán en las relaciones entre Rusia y Gran Bretaña fue finalmente determinada por la Convención Anglo-Rusa de 1907, según la cual Rusia oficialmente reconocía la primacía política de Gran Bretaña en el país, mientras se preservaba el principio de igualdad de comercio.
Conclusión
Durante el siglo XIX y comienzos del XX, los janatos de Asia Central –los estados de Bujara, Jiva y Joqand– sufrieron un difícil proceso de transformación que les llevó a luchar a unos contra otros, lo que se reflejó en sus políticas domésticas y exteriores. Al mismo tiempo, Rusia y Gran Bretaña llevaron a cabo una activa política exterior por lo que se enfrentaron por la dominación de Asia Central a través de acciones estratégico-militares, diplomáticas, económicas y comerciales, enfrentamiento que se expandió al sur de Asia y a un contexto internacional más amplio. En la intensificación de las contradicciones entre las partes tuvo una influencia significativa los procesos políticos internos de ambos y las cambiantes situaciones políticas regionales e internacionales en Asia Central. La inclusión de dichas contradicciones anglo-rusas tiene una gran importancia para el análisis de las geopolíticas modernas de las grandes potencias en la actual Asia Central.
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