Tenemos el placer de realizar esta entrevista a Radu Oltean, portadista habitual de Desperta Ferro Antigua y Medieval y autor de Dacia. La conquista romana.

entrevista a Radu Oltean

¿Podrías presentarte brevemente a nuestros lectores?

Me llamo Radu Oltean, tengo 43 años y vivo en Bucarest, la capital de Rumania. El 1997 me licencié en la Academia de Arte de Bucarest, y trabajé un tiempo en publicidad. En un momento dado, tras algunos viajes a Transilvania –una provincia occidental de Rumania, parte de Hungría en el Medievo–, me apasioné por la ilustración histórica. Comencé a trabajar en reconstrucciones arquitectónicas y mapas de estilo renacentista. También me fascinaban las miniaturas de los manuscritos medievales: ¡incluso intenté escribir algunas páginas traducidas de François Villon [poeta francés del s. XV] en gótico uncial y con letras capitulares decoradas. Realicé ilustraciones para tres libros de Historia para niños, escritos por un autor bastante conocido y publicados en una prestigiosa editorial. Al mismo tiempo, puse en marcha una pequeña editorial y publiqué mi propio trabajo: pósters educativos de ciudades y fortalezas medievales, mapas de estilo antiguo y láminas de guerreros históricos.

¿Cómo  te involucraste en el arte de temática histórica? ¿Tu interés en la Historia antecede al interés por el arte o es al revés?

Mi interés por la Historia tiene ya tiempo. Creo que ya en la adolescencia me atraía lo “viejo”,  fuesen ruinas, tumbas, momias, armaduras o castillos, aunque en esa época mi idea era convertirme en un naturalista o geólogo, como mi padre. Mantuve mi pasión por las ciencias naturales, pero al final escogí el arte. Durante la facultad comencé a viajar a menudo a Transilvania para documentar las iglesias-fortaleza  construidas por los colonos sajones.  Estos monumentos eran intencionadamente ignorados por el régimen comunista, nacionalista; la Rumania comunista solo promovía y se enorgullecía de los monumentos relacionados con la historia rumana.Web fortress Calnic Radu OlteanSin respeto alguno,  durante los últimos años de Ceausescu se demolieron multitud de edificios históricos. La Historia se había convertido en propaganda y consistía solo en heroicos clichés nacionalistas. Descubrí este importante conjunto documental –las iglesias-fortaleza de Transilvania– justo tras el colapso del régimen comunista en 1989. En la actualidad, seis de ellas forman parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, pero en aquella época pocos rumanos habían oído hablar de ellas. Comencé a documentarlas una a una, con fotografía y dibujo, soñando con dedicarles un libro algún día. Durante cinco años visité más de cien monumentos. Para mí fue una aventura extraordinaria: hice autostop y viajé muchísimo a pie, y descubrí pueblos y edificios que no habían cambiado en un siglo. Esos viajes me enseñaron mucho. Contemplé frescos y altares de madera polícroma, escultura gótica y pilas bautismales del s. XIII, e ingeniosa arquitectura militar adaptada a edificios religiosos. Todos desempeñaron su papel en alumbrar mi pasión por la Historia. Durante mi último año en la Academia de Arte completé mi primera reconstrucción de un burgo medieval. La imprimí de mi bolsillo, como un póster, y me las ingenié para que se vendiese en museos locales. Así es como me convertí en un ilustrador histórico.Web sighisoara town

Pero antes ya era un amante del arte. Amaba los comics, y estaba muy al tanto del mundo de los comics franco-belgas, sobre todo gracias a la revista infantil Pif, un producto occidental tolerado por el régimen comunista e importado a Rumania. Después, me convertí en visitante regular de la Biblioteca Francesa de Bucarest. Sobre los dieciséis años intenté dibujar un comic inspirado en la Guerra de los mundos de H. G. Wells y, en el proceso, aprendí como documentar un tema en profundidad. Mareé pilas de libros, intentando encontrar cuál era el aspecto de la Inglaterra rural o el de Londres, sus tiendas, negocios, calles, transportes civiles y militares, cañones… Y todo esto antes de internet, todo a partir de libros y bocetos a lápiz.

¿Cómo comenzaste a pintar?

La pintura me atraía desde la infancia. De niño, era feliz dibujando volcanes, robots, monstruos y alienígenas, esqueletos, dinosaurios y mamuts, vaqueros, castillos, excavadoras y coches. ¡Un niño normal con intereses normales! Con trece años fui a una escuela de arte. A los veintiuno me admitieron en la Academia de Arte, en mi tercer intento. Era muy complicado conseguir plaza, solo había cuatro o cinco para cientos de candidatos cada año. Después de 1989 aumentaron las plazas y pude ingresar.

Web Johannes Hunyadi +transilvanian knight Radu Oltean

¿Cuáles son las principales influencias en tu pintura? ¿A qué artistas admiras?

Siempre me han gustado aquellos artistas que no solo tenían un don, sino que además eran inteligentes, como Fidias, los griegos, los arquitectos de las catedrales góticas; artistas completos como Giotto, Fra Angelico, Leonardo o Durero, Vermeer, Bruegel, Monet. Entre los ilustradores contemporáneos me siento obligado a mencionar leyendas británicas como Peter Connolly y Angus McBride, a los que respeto por su vasto trabajo y su extraordinario conocimiento. Gracias a gente como ellos ahora vemos la historia militar de manera diferente. También entre los británicos, a los que considero los mejores en ilustración histórica, admiro a Richard Hook y Peter Dennis. Vuestro anterior portadista José Daniel Cabera Peña ha sido también una influencia reciente en mi trabajo. Somos amigos virtuales e intercambiamos sugerencias técnicas en ocasiones. Otro nombre importante es el ruso Igor Dzis. ¡Ah, y no debería olvidar la influencia que las ilustraciones de National Geographic han tenido en mi obra! Entre los sesenta y los noventa estaban entre la mejor y más variada obra gráfica de este género.

¿Qué técnicas pictóricas prefieres? Sé que ahora estás mezclando técnicas tradicionales y recursos digitales, ¿qué tal la experiencia, contento con los resultados?

Soy graduado en la sección gráfica de la Academia de Arte. Me atraían las técnicas gráficas y de ilustración: acuarela, témpera, gouache, lápiz y tinta o crayón. Desde que la informática se ha convertido en una herramienta gráfica tan potente, he comenzado a usarla para aplicarla en mis ilustraciones hechas a mano. Podía limpiar manchas, equilibrar contrastes o encajar tras escanearlos elementos que había pintado por separado. Pero hasta hace poco mis intervenciones digitales casi se limitaban a contrastes, filtros y correcciones de mi trabajo en papel. Influido por Cabrera Peña, también intenté el óleo sobre papel. Los resultados eran excelentes, pero es complicado, ya que la pintura el óleo lleva mucho tiempo, y no podía escanear una obra hasta que estaba completamente seca.

Actualmente he comenzado a trabajar con una tableta digital. Al principio temía que fuese una traición a las técnicas tradicionales y que mis ilustraciones pareciesen más artificiales, por lo que intenté una mezcla de papel y digital. Pintaba la mitad sobre papel, luego lo escaneaba y continuaba con la tableta. Me di cuenta de que no había razón para temer a la pintura digital, y finalmente he encontrado soluciones y programas que me ayudan a completar mi trabajo tan bien como en papel, solo que más rápido. También uso el ordenador para construir elementos arquitectónicos con Sketch-up, un programa muy simple y que me ha ahorrado mucho tiempo.

Web Trajan Column Radu Oltean

Además de la habilidad con el pincel (o la tableta), creo que la ilustración histórica, y especialmente los temas militares, requieren otras habilidades: conocimientos de panoplia y uniformes, se capaz de capturar la violencia y angustia de la batalla, etc. ¿Qué opinas?

Creo que tengo talento para la investigación. Soy un buen observador, cuidadoso con los detalles y con habilidad para hacer deducciones lógicas y plausibles. Leo mucho, y ojeo muchos, muchos libros. Intento recoger tanto información como es posible sobre un determinado tema. Y me he dado cuenta que a veces hago conexiones visuales que se escapan a otras personas.

Cuando trabajo en algo, intento convertirme en un especialista. No me contento con especulaciones simples. La ilustración histórica requiere de extensos conocimientos en muchos campos. Es mucho más difícil, por ejemplo, dibujar un húsar que describirlo en palabras: necesito saber exactamente como eran sus botones, espuelas y arnés, qué forma tenía la pluma de su gorro (¿era de faisán o de avestruz?). Y no solo me dedicó a uniformes y equipo militar, sino que también he reconstruido muchos edificios, como ciudadelas, castillos, monasterios e incluso ciudades enteras. Algunas de mis reconstrucciones de monumentos rumanos son muy apreciadas por historiadores y arquitectos. Intento comprender los periodos históricos que pinto, viendo películas sobre el tema, viajando, conociendo tantos lugares como puedo. Me ayuda a mantenerme creativo. También visito tantos museos como puedo. Desde que Rumania se ha convertido en miembro de la Unión Europea y viajar es mucho más sencillo,  he podido visitar museos europeos y fotografiarlos. ¡Y también volver a casa con muchos libros!

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¿Cuáles son las fases de tu trabajo, desde sus inicios hasta su espectacular resultado final? ¿Qué cosas encuentras más complicadas de pintar?

Actualmente, estos son los pasos principales. Primero, busco toda la información disponible en internet sobre el tema, así como imágenes si están disponibles. Luego busco bibliografía de referencia, y es realmente estupendo cuando puede encontrar libros en formato digital. Sobre Roma y la Edad Media tengo mi propia colección. Tengo amigos arqueólogos e historiadores con los que puedo hablar. Luego intento imaginar la escena. Hago bocetos simples que me sugieran actitudes y composición. Me gusta hacer composiciones espectaculares, cinemáticas, pero que también sean realistas. Soy cuidadoso también con las expresiones faciales. Después tomo fotografías de amigos o a mi mismo; ¡tomo muchas fotos y a menudo me frustro porque mis amigos se divierten con la experiencia y no consiguen adoptar buenas poses de batalla! Les pido que parezcan furiosos o asustados y se ríen… En ese caso, hay un riesgo real de que todos los guerreros se me parezcan, como le pasa a Johnny Shumate (todos se parecen al artista). Odio cuando soy incapaz de documentar determinados detalles o cuando tengo que inventarlos, me hace sentir incómodo. También me molesta la crítica cuando estoy seguro que de que hecho un trabajo sólido y bueno. ¡Me da miedo de que me pidan que rehaga partes o detalles de un trabajo finalizado!

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¿En qué periodos históricos estás más interesado? ¿Hay alguna escena o momento particular que te gustaría pintar?

Disfruto retrocediendo a cualquier época. Amo pintar la Edad Media (ss. XIII-XV) como amo la historia de Roma, la época de las grandes migraciones y Bizancio. He viajado dos veces a Turquía (Estambul,  la costa egea, Capadocia y el Éufrates) y me fascinó el mundo bizantino. Grecia clásica y helenística vienen después. Y no estoy seguro de si me atraen mucho el Renacimiento, Barroco o la época napoleónica. Pero estoy seguro de que si me pidiesen ilustrar las guerras de religión del XVII o el asedio de una fortificación de Vauban, disfrutaría buscando documentación y pintándolo.

Además de tu trabajo en ilustración histórica, tu implicación con la Historia también está ligada a la investigación y la edición. He disfrutado mucho con tu libro sobre las Guerras Dacias, que además de estar maravillosamente ilustrado contaba con un texto interesante. ¿Qué puedes contarnos sobre esta obra?

Mi pasión por la Historia Antigua es vieja, y ya desde la facultad soñaba con hacer bellos libros para el gran público. Amo tanto la ilustración histórica como los libros, como objetos de diseño, amén de ser un amante de la literatura.

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En Rumania, la historia de los dacios y getas estaba muy ideologizada, había cesado de ser historia para convertirse en una especie de mitología fundacional: el pasado tenía que ser glorificado. Muchos diletantes con enfoques muy nacionalistas construían extrañas teorías sobre los dacios: que si eran la civilización más avanzada del mundo, que si habían inventado la escritura, que si eran cristianos antes que Cristo, los logros que habían conseguido…lo que se te ocurra. Estas teorías confunden a la gente poco informada y, a veces, incluso son difundidas en los medios de comunicación en busca de audiencia. El problema es que nunca se habían publicado libros serios de divulgación sobre los dacios. Muchos estudios arqueológicos permanecían ocultos en artículos académicos, de imposible acceso para el lector de historia ordinario. Cuando me di cuenta de todo esto, decidí lanzar un proyecto muy ambicioso: un libro ricamente ilustrado que yo mismo escribiría y dibujaría. Trabajé en ellos cuatro años y medio. Había tanto material que decidí dividirlo en dos volúmenes.

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¡Y pienso que el resultado es genial! Mucha gente me ha dicho que han aprendido cosas que no sabían, sobre un tema que, al menos en teoría, forma parte de los libros de texto de Historia. En mi libro, la historia de los dacios aparece clara y fácil de comprender. Creo que tendrá una influencia positiva tanto en los lectores rumanos como en los interesados en la historia de Roma en toda Europa (el libro está traducido al inglés y se han enviado copias a varios países europeos, así como a Estados Unidos y Australia).

Al mismo tiempo, he sido miembro de un equipo que está preparando un documental sobre los dacios, dirigidos por un joven estadounidense de ascendencia rumana, Nicholas Dimancescu. Por desgracia, durante el rodaje, Nicholas subió solo a una montaña para tomar una vista panorámica, y cayó en una grieta y murió. La película fue acabada por su padre, un magnífico documental titulado Decoding Dacia –“Descifrando Dacia”– y presenta las guerras entre dacios y romanos de una manera clara e inspirada.

Realizar este libro por mi mismo verdaderamente fue un reto. Hice la investigación para los dibujos, las ilustraciones, el texto y la maquetación; busqué fondos para cubrir los costes de impresión, distribución e impresión. Es demasiado para una sola persona, pero la iniciativa no me proporcionó suficiente dinero como para contratar a alguien para que me echase una mano.

¿Habrá continuación para el libro? ¿Y hay planes para otros libros?

Intentaré completar el segundo volumen del libro sobre las guerras entre Trajano y Decébalo. ¿Otros libros? Me gustaría seguir con Dacia durante la época de las migraciones, entre los siglos IV y XIII. Es una época oscura y siempre ha sido un hueco en la imaginación colectiva, pese al hecho de que hay información y datos disponibles sobre el periodo. Los libros de texto condensan esos mil años de historia en media página. Básicamente, dicen que muchos pueblos bárbaros cruzaron la vieja Dacia en ruta hacia algún otro lugar, mientras que los antepasados de los rumanos aguantaban valientemente y sobrevivían, hasta llegar a formar la nación rumana. Un libro sobre los tracios en Dacia, sobre los getas y sobre otras tribus del periodo helenístico también sería interesante. ¡Pero tendría que multiplicarme por dos o por tres para ser capaz de cubrir todos estos temas!

Creo que también haces recreación histórica. ¿De qué periodos? ¿Piensas que la reconstrucción ayuda a la difusión del conocimiento histórico?

Sí, he formado parte de un grupo de reconstrucción durante los últimos cinco años. Nos dedicamos la época contemporánea. Hace tres años adquirimos uniformes napoleónicos, y junto a un grupo checo formamos el Batallion 57, “Le terrible”. Pero sobre todo reconstruimos acciones de los ejércitos rumanos durante los conflictos de 1860, 1877 o 1916. Personalmente me gusta la Primera Guerra Mundial y la reconstrucción de sus batallas.

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¿Ayuda la reconstrucción a tu pintura? ¿Quizás gracias a tomar fotografías de reconstructores en diferentes posturas y actitudes?

Tomar parte en reconstrucciones me ayuda a comprender la guerra. Me ayuda mucho más que el servicio militar obligatorio que tuve en 1990. Nuestro capitán es historiador del Museo Militar de Bucarest y conversar con él siempre es agradable e instructivo. Me ayuda a comprender todo tipo de detalles sobre uniformes, equipo y armas, sobre campamentos, marchas y en general sobre la guerra que si no se me escaparían. No soy el único ilustrador que hace reconstrucción histórica. La pasión por la historia militar es compleja y multidisciplinaria. Y sí, empleo fotos de colegas reenactors, pero no tan a menudo como podría pensarse.

Has aportado ya varias portadas a Desperta Ferro Antigua y Medieval, ¿qué puedes contar a nuestros lectores de la experiencia? ¿Y cuál es tu opinión sobre nuestra revista?

Estoy muy emocionado con poder ilustrar las portadas de Desperta Ferro. Descubrí la revista solo hace dos años, a través de José Daniel Cabrera Peña, y nunca me imagine que le reemplazaría. Estoy muy orgulloso de ser valorado y de contar con fans de mi trabajo entre vuestros lectores, ¡me anima mucho! Continuaré trabajando con Desperta Ferro mientras sea posible, es una revista de una calidad excepcional. Conozco varias revistas de historia, sean o no militares, y puedo decir que Desperta Ferro está entre las mejores diseñadas e ilustradas. Los mapas hechos por Carlos de la Rocha son realmente increíbles, verdaderas obras maestras. Me entristece un poco el no hablar español, aunque puedo entender muchos de vuestros artículos porque el rumano, como el español, es una lengua romance.

Desperta Ferro Antigua y Medieval nº19

¿Cuáles son tus planes para el futuro? ¿Algún comentario final?

Desde hace dos meses he comenzado a colaborar con Ancient Warfare, la revista holandesa en inglés. Este éxito es un resultado de la visibilidad que he conseguido gracias a publicar mi trabajo en las portadas de Desperta Ferro. Estoy preparado para trabajar con ambas publicaciones. Me gustaría poder realizar una ilustración al mes, y seguir avanzando con mis libros. Por supuesto eso me deja menos tiempo para mis proyectos personales, pero estoy emocionado de trabajar para vosotros. Disfruto de la extraordinaria amistad con la gente de Desperta Ferro, a los que me siento muy cercano, pese al hecho de que solo nos hemos visto en fotos y conversado por escrito, en inglés. Gracias también por proporcionar la documentación extra para mis ilustraciones, ¡me ayuda mucho!

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