Nos inspira la esperanza de que Dios nos garantice el dominio sobre resto de lo que, sometido a los antiguos romanos hasta los confines de ambos mares, estos más adelante perdieron por su negligencia. Justiniano, Novella 30, AD 535, tras la conquista de Sicilia. Cuando en 527 Justiniano subió al trono del Imperio romano hubo de confrontar un mundo cuya configuración geo-política había sufrido una transformación radical en el curso del siglo anterior, con multitud de retos llamando a su puerta.
En DESPERTA FERRO ANTIGUA Y MEDIVEAL nº18: Las guerras de Justiniano en Occidente y la idea de restauración por Michael Maas (Rice University)
24 junio, 2013
Tengo muchas ganas de leerlo, un tema muy interesante. Siempre se ha dicho que Justiniano era demasiado ambicioso, teniendo en cuenta los limitados recursos del Imperio Romano en esa época.